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domingo, 23 de febrero de 2020

Corazones Oscuros Capitulo 8


CAPÍTULO 8
—Cuéntame alguna emergencia rara a la que hayas acudido —dijo Isabella, sonriendo a Edward. Dios, qué atractivo era, sentado en el asiento del conductor de su Jeep negro y agarrando el volante de cuero con sus enormes manos. Aunque iban a visitar a su familia, conducía él (el pequeño Prius plateado de Isabella era demasiado claustrofóbico para Edward). Ya estaban a medio Mikeino entre su hogar en Arlington y la casa de su padre en Filadelfia y, como siempre, no tenían problema en encontrar temas de conversación. Aunque claro, eso era parte de lo que la había atraído a Edward desde el principio.

—He tenido más de un caso extraño a lo largo de los años —dijo Edward, esbozando una pequeña sonrisa pícara y dedicándole una mirada—. Veamos. Una vez, a una mujer se le quedó encallada la mano en el triturador de basura. Su jersey se enganchó con una pieza del mecanismo interno. Se ve que era de lana de cachemira, y se cabreó de lo lindo cuando tuvimos que cortarlo.

Isabella hizo una mueca.

—¿Por qué metió la mano en el triturador?