viernes, 20 de abril de 2018

No Esperaba Enamorarme de Ti Capitulo 22


Capitulo  22

Isabella
Esa semana no volví a ver a Edward. No era que me lo hubiera encontrado exactamente, al menos pensaba que él no me había visto, pero me propuse mantenerme alejada de todos los lugares en los que podía estar, y la lista incluía la calle mayor.

El día que lo vi había aparcado a un lado de la carretera y me había quedado veinte minutos dentro del coche, intentando recuperar la calma. Luego me había recompuesto como pude y me dirigí al solar donde iba a construirse la escuela. Jacob ya estaba allí, esperándome.

—¿Edward? —me preguntó en cuanto me vio la cara. Al ver que asentía, me rodeó con sus brazos.

No era justo, pensaba que Edward ya no me podía hacer sufrir y, de repente, lo veía en la calle brevemente y me quedaba hecha una piltrafa. Así que sí, dar rodeos para no toparme con él podía ser una cobardía lamentable, pero, al menos de momento, prefería ser una cobarde. Esconderse dolía menos.

No Esperaba Enamorarme de ti Capitulo 23


Capitulo 23
Isabella

Ese fin de semana trabajé un par de turnos en Alec’s, pero Edward no volvió por allí. Por suerte. Todavía me sentía avergonzada por aquella discusión que habíamos mantenido en público, pero sabía que en el local de Alec no era algo raro. De hecho, la novia por correo de Felix Clancy intentó atropellarlo dos horas más tarde. No, lo cierto era que solo me sentía herida. La rabia que me había inundado me había hecho sentir mucho mejor. Conseguía que me sintiera al mando. El dolor era dolor, pero me había sentado bien regresar al pueblo. Quería ver cómo quedaba la nueva escuela, era mi sueño y mi legado para el lugar en el que había nacido, el pueblo que me había facilitado los medios para poseer una educación. Sin embargo, después me gustaría contratar a alguien para garantizar el mantenimiento de la financiación anual. Luego me marcharía a otro lugar, para empezar de nuevo. Quizá eso era el cierre que necesitaba esa etapa de mi vida, para pasar realmente de Edward. ¿Me había estado mintiendo a mí misma? Parecía que una parte de mí había querido saber qué pasaría si lo veía de nuevo, que en realidad no lo había dejado atrás. Y ese era el problema. Pero lo mejor era ser sincera al respecto. Tenía la confirmación: estaba realmente, de verdad, con la mujer con la que me había engañado. Tenía un hijo con ella. Era la realidad. Y era mejor que me enfrentara a ello.

ORACION A MI SEXY VAMPIRITO

Edward de mi guarda
De mi sexy compañia
Bebete mi sangre
De noche y de Dia
Hasta que caiga en tus brazos
Y sea tu marca de heroina