miércoles, 23 de junio de 2010

CAPITULO 5


POV EDWARD

La cargue hasta la habitación mientras nos besábamos, sus manos jugaban con mi cabello y a veces lo jalaba. Abri la puerta haciendo malabares, y la cerre de una patada, camine otro tanto hasta que caimos en la cama, trate de ser cuidadoso para no aplastarla, pero cuando me iba a levantar un poco ella atrapo mi cadera con sus piernas ocasionando que nuestros sexos se rozaran, logrando que de la boca de ambos escapara un gemido de placer.

Bese sus labios suavemente, mientras ella se encargaba de quitarme la chaqueta y tirarla por ahí, mis manos vagaban por sus piernas y su espalda, mis labios descendieron hasta su cuello y succione la parte donde su pulso se concentraba, ella solto un jadeo, poco a poco la ropa fue desapareciendo hasta quedar hecha una pila en suelo, y dejarnos a ambos solo con la ropa interior, bella era hermosa, traia puesto un conjunto de lencería negra, su sosten era de encaje y cubria solo lo necesario, al igual que la diminuta tanga que estaba usando.

-¿Estas segura?- le pregunte mientras besaba por encima de su sosten sus deliciosos y apetecibles pechos.

-si, si- respondió entre cortadamente acariciando mi cabello.

Lleve mis manos a su espalda, ella se arqueo y yo desabroche su sujetador, sus hermosos pechos quedaron libres, sus cumbre se levantaban orgullosas llamándome, invitándome a poseerlos, y así lo hice, me lleve uno a la boca provocando que bella gimiera muy alto, sabia como al mas dulce de los chocolates, su piel era suave, tersa, no había mejor melodía que los gemidos entrecortados de mi ángel.

-¡Edward!- suspiro- Por favor….- me dijo.

-¿Qué quieres amor?- le pregunte

-Que me hagas el amor- dijo ella con un adorable sonrojo adornando sus mejillas, junte nuestros labios, su aroma me nublaba los sentidos.

-Es lo que más deseo- le dije, con cuidado le quite la ultima prenda que le cubría el cuerpo, deje un reguero de besos en el valle de sus pechos, su vientre, y comencé a descender un poco más al sur, una pequeña capa de vello cubría su paraíso, exhale mi aliento sobre sus pliegues y ella suspiro, yo sonreí, con cuidado me acerque y deposite un tierno beso ahí, ella soltó todo el aire que retenía, con cuidado comencé a besar sus pliegues, jugando con su dulce botón, ella soltaba gemidos y suspiros con mi nombre entre ellos. Su sabor era increíble, jamás había probado algo tan delicioso, poco a poco la sentí llegar, sus jugos salieron a borbotones, ella sonreía al igual que yo, me separe de ella para quitarme la ultima prenda que me quedaba, ella suspiraba y abrió sus pierna en una clara invitación, la bese suavemente en los labios.

-Te amo- me dijo

-Yo te amo mas- le dije mientras entraba lentamente en ella, estaba tan estrecha. En un momento mi paso se vio impedido por una barrera, me quede quieto y la mire a los ojos, ella tenia los ojos vidriosos por las lagrimas que luchaban por salir.

-¿Eres virgen?- le pregunte aunque estoy seguro que sono mas a una afirmación. Ella asintió, algo dentro de mi se lleno de orgullo al saberme el primero.- ¿Estas segura?- le volvi a preguntar.

-Te amo Edward, quiero que seas el primero y el único- me dijo- Solo contigo quiero estar- me dijo y continue, ella clavo sus uñas en mi espalda, le di la bienvenida al dolor si eso aliviaba un poco el suyo, deje que se acostumbrara al nuevo huésped, despues de unos momentos ella movio sus caderas invitándome a seguir, comencé a moverme muy suave, pero me moria por montarla duro, se sentía tan estrecha, tan humeda, aunque no la iniciaría de esta forma, la bese mientras le hacia el amor, ella acariciaba mi espalda mientras entraba y salía de ella.

-¡dios amor!- le dije-eres-embestida-tan embestida-estrecha-, ella solo ronroneo como un gatito.

-Ahhh Ed..ward, mas rápido- me dijo en un suspiro- mas fuerte- asi que le di lo que pidió, sus jadeos se volviron muy constantes, las palabras de amor y mi nombre era lo único que se escuchaba en la habitación.

-Estoy tan cerca- le dije, sabia que ella estaba igual.

-Mirame bella, mirame amor- ella me obedeció y abrió los ojos, me perdi en sus orbes chocolate, mientras daba una ultima estocada que nos llevo al cielo al mismo tiempo. Descanse mi frente en la suya.-Te amo- le dije

-Igual yo- me dijo con una timida sonrisa. Sali de su interior con cuidado y me acoste a su lado atrayéndola a mi pecho, ella rodeo mi cintura con sus manos, no se en que momento nos quedamos dormidos.

Por la mañana me levante y me percate de que bella no estaba conmigo, me asuste, asi que tome mi bóxer del suelo me lo puse y Sali de la habitación, entre en la habitación de huéspedes y tampoco estaba ahí, asi que decidi bajar, escuche ruidos en la cocina y entre, entonces me recibió la mas hermosa de la imágenes, bella estaba de espaldas a mi, de pie frente a la estufa vestida con una de mis camisas arremangada hasta los codos, me acerque a ella y la abrase por detrás, pegando su espalda a mi pecho.

-Desperte y no estabas- le dije, ella suspiro y recargo su cabeza en mi hombro

-Tenia que hacer el desayuno- me dijo.

-Pudiste decirme, no sabes lo que fue despertar y no encontrarte- le dije dándole un beso en el cuello logrando que suspirara.

-Prometo hacerlo la próxima vez- me dijo-Pero no temas, que no voy a ir a ningún lado- Dijo volteándose para quedar frente a mi y muy lentamente junto sus labios con los míos.

-Te amo- le dije mientras rodeaba su cintura con mis manos, el beso fue tornándose mas apasionado, la tome en brazos y la coloque en la encimera de la cocina, ella separo sus piernas para que me acomodara entre ella, gemi, no traia ropa interior, solo mi camisa puesta, asi que lo único que nos separaba era la tela de mi bóxer.

-Edward- suspiro ella- ¿huele a quemado?- pregunto rompiendo el encanto de la situación

-¿Qué?- le pregunte

-¡Dios Edward! El desayuno- me dijo bajando rápidamente de la encimera y apagando la estufa.

-Creo que mejor comemos luego- le dije

-No seas tonto, yo quería hacerte el desayuno- me dijo y yo tome su rostro entre mis manos y la bese.

-La intención es lo que cuenta- le dije, ella sonrio y escondió su rostro el hueco de mi cuello, respiro ahí y yo quise morir de felicidad, ella estaba en mis brazos y era mia, completamente mia.

-Sabes- me dijo- nunca pensé que estaríamos asi- me dijo besando la punta de mi nariz- Te amo tanto Edward, siempre lo he hecho- me dijo sonriendo- Desde que era una niña, tu eras tan grande y fuerte, siempre tenias a muchas chicas rodeándote, nunca crei posible que te fijaras en mi- me dijo antes de esconder su rostro en mi pecho.

-Yo siempre te mire, aunque sabia que estaba mal, por eso trataba de mantenerme alejado de ti- le dije tomando su rostro entre mis manos y juntando ligeramente nuestros labios-no eres mia aunque me moria por que lo fueras, no tenia ningun derecho de tomarte y sin embargo aquí estas- le dije medio riendo

-Por que te amo- me contesto

-Igual que yo- le dije antes de besarla, la volvi a subir a la encimera y esta vez si completamos lo que habíamos interrumpido antes.

-¡Ahh!- solto bella mientras me movia dentro y fuera de ella.

-Dios, tan estrecha- le dije mientras tenia su cadera aprisionada entre mis manos, estaba seguro que le saldrían hematomas pero ella no se quejaba.

-Edward- dijo mientras jalaba mis cabellos en un intento de pegarme mas a su cuerpo.

-Bella, eres hermosa- le dije antes de arremeter nuevamente contra ella, sus paredes comenzaron a contraerse haciendo casi imposible la penetración, tras dos estocadas mas, me vine y ella también.

-Eso fue…-

-magnifico- conclui yo.

-Si lo fue- dijo ella riendo.

-¿Dónde esta tu camisa?- me dijo, yo la recogi del suelo y se la pase.

-Te ves hermosa usando mi ropa- le dije y ella rio, subimos a la habitación para ducharnos, en la ducha la volvi a poseer creo que seria algo de lo que nunca me cansaria. Ella se quedo unos minutos mas en la ducha y yo Sali, me vesti y baje a preparar algo para desayunar, en esas estaba cuando tocaron la puerta.

-hola Eddie- dijo tania en cuanto abri la puerta.

-¿Qué haces aquí?- le dije

-no me has llamado, ¿No me invitas a pasar?- me dijo

-Amor has visto…- pregunto bella bajando las escaleras, se quedo quieta cuando vio a Tania frente a la puerta, tania miro a bella de pies a cabeza, ya que solo traia una de mis camisas puestas, luego me miro a mi.

-Veo que has estado muy ocupado Edward, pero tenemos que hablar- me dijo con voz acida, bella estaba roja de la vergüenza y yo me quería morir.



1 comentario:

Ligia Rodríguez dijo...

Siempre hay alguien que interrumpe la felicidad...

ORACION A MI SEXY VAMPIRITO

Edward de mi guarda
De mi sexy compañia
Bebete mi sangre
De noche y de Dia
Hasta que caiga en tus brazos
Y sea tu marca de heroina