Capitulo 29
Edward
¡Rebecca!
¿Era tan difícil
encontrar gente competente en estos días?
Golpeé el botón del
intercomunicador de nuevo, gritando más fuerte:
—¡Rebecca! —No había forma de
que no pudiera oírme los últimos diez minutos. Toda la condenada oficina tenía
que haberme escuchado, aunque la puerta de mi oficina estaba cerrada. Sin
respuesta, fui en busca de mi secretaria. Su escritorio estaba vacío, y parecía
que no estaba hoy, aunque estaba sentada allí cuando entré hace solo tres
horas. Gruñendo con un montón de papeles, me dirigí a recepción.
—¿Dónde está Rebecca?
—¿Quién?
—Mi secretaria. De
nuevo no está en su escritorio.
—Oh. Se refiere a
Eliza.
—Lo que sea. ¿Dónde
está?
—Renunció esta
mañana, señor Cullen.
—¿Ella qué?
—Renunció.