Isabella
Durante un momento, pareció confundido.
—Cenamos juntos todas las noches.
Asentí.
—Lo sé. Esperaba que pudiéramos salir a cenar. Juntos, sólo nosotros dos. A algún lugar agradable.
Seguí adelante, porque él no parecía entender. Sólo continuaba mirándome, con la frente baja.