Rosalie Hale consigue lo que quiere en
los negocios y en privado.
Lo que ella quiere es Emmet Cullen, su
entrenador personal, y tiene la intención de que sea suyo.
Emmet se siente atraído por la confiada e
inteligente Rosalie.
A pesar de las vibraciones sexuales entre ellos,
hasta el momento ha mantenido sus sesiones
de entrenamiento en lo
profesional. Durante
una sesión de
entrenamiento privada, Emmet
rompe un tabú, llevando a Rosalie a alturas sexuales en una habitación donde podrían ser
interrumpidos
en cualquier momento.
Él la deja queriendo más...
y desorientada por su respuesta
a su dominio. Un regalo con una nota atrevida la convence
para ir a su casa donde le enseña la libertad y
la fuerza que vienen de entregarle a él el control sexual.
Sin embargo, Emmet no ha terminado.
Lo que sigue es el control del corazón
de Rosalie.