lunes, 30 de julio de 2018

Un Alma Compartida Capitulo 29

Isabella

Inicié el sexo con Edward como una distracción. Era una cosa terrible que hacer, pero sentía que lo necesitaba. Lo necesitaba. Al principio, peleé contra ello, tratando de domar mis besos lujuriosos a los dulces que vislumbraban como peligrosos. Me subí sobre él, pellizcando la piel tensa en su cuello, chupando su lengua, y apretándome contra su longitud endurecida hasta que mis bragas se encontraban empapadas. Lo dije antes, no había manera de fingir mi reacción a Edward. Aparté mis bragas y me deslicé sobre él, empalándome en su polla gruesa hasta donde pude. Él había perdido esta ronda, y con ella, su control. Con la espalda contra la cabecera de la cama, subió más, empujando en mí, sus fuertes brazos se envolvieron a mi alrededor, sosteniéndome con firmeza, y el sexo ya no era una distracción, más bien era un lugar de refugio para mí.

Las manos de Edward sobre mi cuerpo me calmaron como una oración. Había demostrado una y otra vez que era todo lo que necesitaba.

Dios... lo amaba.

ORACION A MI SEXY VAMPIRITO

Edward de mi guarda
De mi sexy compañia
Bebete mi sangre
De noche y de Dia
Hasta que caiga en tus brazos
Y sea tu marca de heroina