Capitulo 4
Edward y yo nunca
hablamos del beso a pesar de que pasaba por mi mente constantemente. Me
encontraba muy segura de que no significaba nada para él, que solo trataba de
hacer un punto. Aún así, las sensaciones que experimenté eran las mismas, como
que si el beso hubiera estado basado en la verdadera pasión. Saber cómo se
sentían sus labios en los míos y la forma en que los probó no era un recuerdo
que se podía borrar fácilmente. Ansiaba esa sensación de nuevo. Esto hacía una
batalla entre mi mente y mi cuerpo mucho más difícil que antes.
Era una maldición
enamorarse de alguien con quien tenía que vivir, sobre todo cuando traía las
chicas de la escuela a la casa.