-¿Podrías enseñarme a preparar otras conservas?-pregunto ella-A james le gusta mucho la mermelada pero supongo que también otras cosas…sonreí.
-Claro-dije
-Que bien-exclamo ella-Entonces en lo que mi hermoso sobrinito duerme ire al huerto por fruta-
-Adelante-musite-De mientras terminare la comida-ella sonrió- Alec no debe de tardar en llegar-sonreí ante lo último.
-Me alegra que te des una oportunidad con el-le sonreí
-Anda ve-le dije y ella salió por la puerta tras tomar una canasta entre sus manos. Me concentre en echar la pasta en la olla que me hizo dar un respingo el escuchar unos ligeros toquecitos en la puerta, supuse que seria victoria por lo que murmure-¿Tan pronto volviste victoria?-musite sin darme la vuelta.
-No soy victoria-musito una voz muy conocida para mi. Era un voz que reconocería en cualquier lugar ese timbre tan dulce y tan fuerte a la vez, esa voz que en un tiempo atrás me hizo sentir amada y que ahora solo podía causarme temor, solte la cuchara y esta cayo sobre el piso ocasionando un sonido sordo y rogue por que lucas estuviera lo suficiente dormido como para no escucharlo, mis manos sudaban y me apoye una en el pecho para calmar mi respiración, tome valor y me gire para poder mirar al único causante de todas las desgracias que habían habitado mi vida últimamente. Y ahí estaba, de pie, luciendo un poco mas delgado y mas viejo podría agregar, estaba el…estaba Edward cullen. Quien me miraba como si tuviera muchas cosas que decir…y en cambio lo único que yo pode decir en ese momento fue su nombre.
-Edward-susurre y supe que el verdadero calvario esta por comenzar otra vez.
