Capitulo 11
Edward
Algo había cambiado
después de la visita de Isabella al baño de damas anoche. Antes de eso, estaba
siendo usualmente sarcástica, encantando los pantalones de un investigador
farmacéutico de sesenta años de edad, solo siendo nada más que quien es.
Después, sin embargo, estuvo callada y retraída. Cuando volvimos a su
apartamento, no me invitó a entrar, y a su beso le faltaba el fuego habitual
que ardía entre nosotros. Asustado de presionar, esperé a ver qué pasaría el
día siguiente. Nada había pasado.
Y aquí estaba yo, sentado en mi oficina el sábado por la tarde mirando una pila
de prospectos. Mi concentración se había ido a la mierda desde que esa mujer
invadió mi vida.
Tomé mi teléfono,
luego lo tiré de nuevo a mi escritorio. A las tres, había repetido el mismo
movimiento veinte putas veces. Eventualmente, me quejé conmigo mismo por el
tonto que era y digité un rápido mensaje.
Edward: Sobrevivimos a los dos eventos. ¿Todavía tenemos un trato?