CAPÍTULO 6
El
cuero frío acariciaba la espalda de Edward. Anchos puños de cuero suave le
ataban las muñecas. La suavidad era casi reconfortante después del pellizco
frío de los esposas de metal. El diseño del arnés lo dejaba abierto y
vulnerable. Su culo colgado del borde. Con sus tobillos enganchados en los
lazos en lo alto de las cadenas de apoyo, sus piernas estaban bien abiertas.
Sentía como si su polla y bolas estuvieran en exhibición. Su polla le dolía con
mayor necesidad a causa de su impotencia.