Capítulo Seis
Otra vez, despertó sola.
Ella salio de su cama en la oscuridad, estremeciéndose un poco. Él había dejado el vibrador, justo como la varilla. Por lo visto, su amante misterioso tenía prisa por agrandar su ano.
En realidad, como le pasaba a ella.
El placer que esto le dio la hizo sentirse mareada, sintiendo el ser demasiado pequeña, caliente y dolorosamente apretada.
Infiernos, sólo ante el pensamiento de lo que iba a pasar la ponía a…