Capitulo 21
Isabella
No había visto el
auto estacionado en la acera fuera de mi edificio, hasta que bajó la ventanilla
y su voz sexy me llamó la atención.
—¿Quieres un paseo,
hermosa?
Me dirigí al auto
oscuro.
—Eso depende. ¿Qué
tipo de paseo ofrece, Sr. Gran Imbécil?
Tomándome por
sorpresa, Edward abrió la puerta, tiró de mi brazo y me llevó dentro, sobre su
regazo, en un rápido movimiento. Lo juguetona que fue su acción me hizo
sonreír, aunque era de mañana y no había tomado mi segunda taza de café. Eso
no pasaba seguido.
Me reí, probablemente
sonando como una colegiala, pero no pude evitarlo.
—¿Qué estás haciendo
aquí?
—Vine a llevar a mi
mujer a trabajar.
—¿Tu mujer? Suenas
como un hombre de las cavernas. —Lo que secretamente me encantó.