miércoles, 21 de marzo de 2018

No Esperaba enamorarme de ti Capitulo 8


Capitulo 8
Isabella
Empezamos a caminar con la cabeza gacha para protegernos del viento y del frío. Después de avanzar un poco, tenía los pies mojados, y empecé a tiritar de nuevo. Edward me rodeó los hombros con un brazo, y permití que me apretara contra su cuerpo. En el momento en que llegamos a Dennville, había dejado de nevar. Tenía los pies todavía húmedos, pero había entrado en calor al moverme y gracias a la calidez que desprendía el cuerpo de Edward.

—Tengo que llamar al hospital para asegurarme de que Alice está allí con mi madre —dije. Había un teléfono público en la pared de la antigua oficina de correos, una reminiscencia del pasado en los tiempos que corrían. Pero arriba en la montaña no había buena cobertura para los móviles, y muchas personas no tenían teléfono fijo. En cuanto a nosotras, tampoco nos lo podíamos permitir. Edward asintió y me acompañó a la pequeña cabina, donde busqué en la guía telefónica el número del hospital al que Marlo llevaría a nuestra madre, un centro donde aceptarían Medicaid. Saqué cincuenta centavos del bolsillo. Unos minutos después me confirmaban que mi madre estaba siendo atendida y avisaban a Marlo para que se pusiera al teléfono.

—Hola, Bella. Lo siento mucho. Estaba vigilándome. Se escapó mientras me duchaba. ¿Vas camino de casa?

No esperaba enamorarme de ti Capitulo 9


Capitulo 9

Edward

Estaba nevando. Me detuve junto a la ventana y miré lo que cualquier otra persona habría observado maravillada, aquel paisaje limpio y blanco. No siempre nevaba en Navidad. Algunos dirían que era algo especial. Yo no. «Navidad». Me inundó una oleada de melancolía, e intenté contenerla. Solo era otro día en el calendario. Si no hacía caso, pasaría sin más. No era diferente a cualquier otra fecha, salvo en mi mente.

—Lo conseguirás, Edward —murmuré para mí mismo, tomando otro sorbo de café caliente.

Llamaron a la puerta y me sorprendí un poco. ¿Qué coño…? ¿Quién cojones iba a casa de nadie la mañana de Navidad? Fruncí el ceño mientras me acercaba a la puerta.

—¿Quién es? —exigí, en guardia.

—Isabella. —Parpadeé. ¿Isabella? «Joder». Me tomé mi tiempo antes de abrir.

ORACION A MI SEXY VAMPIRITO

Edward de mi guarda
De mi sexy compañia
Bebete mi sangre
De noche y de Dia
Hasta que caiga en tus brazos
Y sea tu marca de heroina