miércoles, 15 de junio de 2011

CAPITULO VI PECADO ORIGINAL


LOS PERSONAJES PERTENECEN A STEPHANIE MEYER, LA TRAMA ES MIA.
QUEDA PROHIBIDA TODA REPRODUCCION TOTAL O PARCIAL DE LA OBRA.

CAPITULO VI CONFESIONES BELLA PARTE 1

POV BELLA

¡No me iré a Londres! Puede una solo frase de 5 palabras, 15 letras, desbaratar tu mundo. Si, si puede.

Después de que Edward dijo “no me voy a Londres” todo se fue al caño. ¿Cómo se le ocurría no irse? Se supone que esa era la solución a todo, el tenia que, debía de irse, la distancia era la mejor, con el tiempo pasaría toda esta locura, lo olvidaríamos, si yo lo olvidaría o por lo menos lo intentaría, ya no caería en tentaciones por tenerlo cerca y es que arderé en el infierno después de lo que paso entre nosotros. Nunca debí acostarme con él, le entregue mi virginidad a mi hermano, pero no me importo en ese momento, cuando empezó a acariciarme todo perdió sentido, no quería que parara, me sentí tan mujer en sus brazos, y cuando decía “te amo” sabía que era verdad, pero pese a que también yo lo amo, necesitamos terminar con esto, es inmoral, nuestros padres no lo merecen, nosotros no lo merecemos, tenemos que enterrar esto que sentimos, y eso solo es posible alejándonos, pero ahora resulta que Edward no se va.

Me quede sin decir nada, las palabras no salían de mi boca, después de unos minutos mi padre invito Cortes mente a mis amigos y a mi tío Charlie a retirarse, ya que debíamos tener una charla de “familia”. Tenía miedo, temía por mí y por Edward, por lo que pensarían mis padres si a este se le ocurría contarles, pero no lo haría ¿Cierto? ¿Cierto?

¡Edward! ¿Qué es eso de que no te vas a Londres? Dijo mi padre muy molesto

Eso padre, la verdad lo estuve meditando y no me voy. No quiero irme.

Edward, ha sido tu sueño por años ingresar a Oxford, te ofrecimos pagarte la escuela allá y no quisiste, porque dijiste que querías ir por ti mismo, por tus meritos, que buscarías una beca, Bueno ya lo obtuviste, ahora vete.

¡Carlisle! Le dijo mi mami. ¿Qué cosas dices?

Lo siento amor, pero no entiendo porque sale con esto ahora.

Es que no quiero irme, no quiero.

Cariño, ¿Por qué? Pregunto mi madre sentándose junto a Edward, yo estaba sentada en el sofá más pequeño, y evitando mirar a Edward.

Es que no quiero irme, no veo por qué tenga que hacerlo, la universidad de Washington es tan buena como cualquiera.

Lo sabes cariño, pero como dice tu padre Oxford ha sido tu sueño por años, no entendemos cómo es que cambias tu decisión a si de repente, Apenas iniciando este año brincaste de felicidad cuando dijeron que cumplías los requisitos para la solicitud y aun mas cuando te dijeron que te aceptaban. ¿Qué pasa cielo?

No pasa nada mami, es que me di cuenta que no quiero alejarme de ustedes, no quiero dejarte a ti, a papá o a bella. Cuando escuche mi nombre levante la vista y lo vi, el me estaba mirando fijamente como preguntándose si yo diría algo, pero que decía “no te vayas Edward” “Quédate conmigo”, no podía, no debía, era su sueño y era lo mejor para todos.

¿No dices nada bella? Me pregunto papá.

Estoy de acuerdo contigo papi, creo que Edward debería ir, es una gran oportunidad, dije reusando su mirada, sabía que estaría molesto por no apoyarlo.

¿De verdad quieres que me vaya? Pregunto él.

Bueno, es una gran oportunidad Edward, es Oxford, no es cualquier cosa, pensé que tú lo querías, le dije.

Lo que yo quiero es estar aquí junto a ti, lo dijo y mis padres nos miraron.

¿Qué? Pregunto mi padre y yo me encogí en mi lugar, el lo iba hacer, se los iba a decir.

Lo que quiero decir es que no quiero alejarme de ninguno de ustedes, no sé si me adapte al cambio.

Cariño esas son tonterías, te adaptaras, y nosotros podemos ir a visitarte, además hay vacaciones tu vendrás a vernos cuando quieres y si no te adaptas regresas y no hay problema.

Mami es que…

Edward, calmémonos todavía faltan algunas semana para que te vayas, piensa muy bien y si al final no te quieres ir, entonces no te vas. Le dijo mi padre un poco más tranquilo.

Como gusten pero no me iré a Londres, parece que a Edward le gusta hacer rabiar a papá.

La discusión no termino hay yo me levante y me fui a mi habitación, mis padres se quedaron hablando otro rato mas con Edward, pero yo me escabullí, no quería estar ahí, en mi habitación me di una ducha y me puse la pijama, cerre mi cuarto con seguro por si a Edward se le ocurria entrar.

Me acosté en la cama, estaba muy cansada, demasiadas emociones por un día, al acostarme no pude evitar recordar lo que paso la noche anterior con Edward, como hicimos el amor, trate de alejar esos pensamientos pero, no podía, y sobre todo cuando en la mañana reaccione al saber que Edward no había usado protección, es una suerte tener amigas como Alice. Tome el libro que estaba en mi mesita de noche al jalarlo se cayó mi diario, Edward pensó que era un chismografo, ¿me pregunto si Edward lo leyó todo? Deje el libro a un lado y abrí mi diario, por suerte solo Alice sabia lo que en verdad era, ella insistió en poner ese apartado como si fuera un chismografo para conocer mejor a nuestras “amigas” del instituto, busque entre las paginas hasta que encontré lo que buscaba.



Escribe el nombre de tu chico.

A.- Jasper

k.- no tengo.

Z.- Alan

R.- Tyler.

B.-

¿Eres virgen? Busque entre las preguntas hasta que la encontré, la borre y escribí de nuevo mi respuesta

A.- no.

k. - No

Z.-No

R.- No

B.-No, no pude evitar una sonrisa al recordar lo tierno que fue Edward, me trato como una princesa.

Tenía que guardar este libro, era importante esconderlo, era el único testigo de lo que sentí por Edward, bueno el único que estaba segura jamás le contaría a nadie, Alice me había insistido al igual que Edward que se lo dijera a mía padres, pero no podía, no podía hacerles esto.

Me levante de mi cama y observe toda mi habitación, fui al armario y corrí mi ropa, en la parte de arriba, había un compartimiento escondido, el abuelo lo construyo a si, pero nunca se lo dijo a nadie solo a mí, dijo que algún día esperaba que le sirviera a alguno de sus nietos, el abuelo, el sí que me apoyaría, lo extrañaba, porque tenían que irse a Londres. Por lo menos Edward lo vería, si es que se iba, en fin, abrí el compartimiento y baje una caja, una donde tengo todos mis recuerdos, hay metí el diario, era mejor que Edward no lo encontrara. Volví a acomodar todo y me metí de nuevo en la cama, apague mi lámpara y abrace mi almohada, tendría que cambiar las sabanas por que olían a Edward, toda yo olía a él y en eso en vez de molestarme me hacia desear estar con el de nuevo.

¡Dios! ¿Por qué no dejo de pensar en él? Pregunte mirando el techo, toda la casa estaba en calma, el silencio reinaba y yo estaba por dormirme, poco a poco la inconsciencia fue ganando terreno hasta que caí en los brazos de Morfeo. Soñaba con Edward, ninguna sorpresa desde hace varios años es el único habitante de mis sueños.

Después de un rato sentí como acariciaban mi mejilla, se sentía tan real, pero debía estar soñando, pero la caricia no desaparecía, y luego unos labios rosaron los míos, poco a poco abri mis ojos encontrándome con 2 hermosas orbes verdes.

¡Hola! Dijo Edward que se encontraba a mi lado en la cama apoyado en su brazo izquierdo.

¡Vete Edward tengo sueño! le dije.

No, ¿Por qué cerraste la puerta? Pregunto y entonces comprendí que no era un sueño, asi que me senté en la cama de golpe. Provocando un ligero mareo.

¿Estás bien? Me pregunto mientras acariciaba mi mejilla.

Si, ¿Qué haces aquí? ¿Cómo entrantes?

Quería hablar contigo, y entre por la ventana, ¿por qué cerraste la puerta?

No le conteste. ¿Bella? Volvió a insistir.

Es que tenía sueño.

¿Y por eso cierras la puerta con seguro?

Edward, no quiero discutir, me duele la cabeza.

¿Te sientes mal? ¿Quieres que llame al doctor?

No Edward estoy bien, es solo mareo.

No vuelvas a cerrar la puerta así bella.

Es mi cuarto Edward, y si lo cerré fue porque no quería ser molestada.

¿Yo te molesto? Dijo tomando mi rostro para que lo mirara

Si, le dije y su cara se descompuso en una mueca de enfado.

Pues no decías eso anoche cuando te hice el amor. Solo repetías, “Edward, Edward”

Fue un error, ya te lo dije.

Para mí no lo fue, dijo tomando mis muñecas impidiendo que me alejara.

Edward vete, papá y mamá… no me dejo terminar.

Ellos están dormidos, después de hablar se fueron a dormir, ¿Por qué no me apoyaste?

No quiero que dejes tu sueño, es algo muy importante para ti.

Lo que más me importa eres tú.

Edward, te esforzarte mucho por esa beca, no es justo que dejes esta oportunidad.

Lo que quieres es que me vaya, pero no entiendo ¿Por qué?, ¿Por qué me alejas bella?

Porque es lo mejor, lo mejor para todos, la distancia ayuda, no hay nada que el tiempo no cure.

Por dios bella, sonaste al tio Charlie “el tiempo cura todo” Esto que sentimos no es una enfermedad. ¿No lo entiendes?

Edward…

Shhh, no digas nada, solo quiero hacerte el amor. Me dijo acercándose a mí.

Edward, eso no volverá a pasar.

¿Por qué? Dijo rozando mi cuello con su nariz.

Porque no puede volver a pasar. Le dije entrecortadamente.

Amor seré cuidadoso, y nos cuidare, dijo antes de sacar un paquetito de su pantalón.

¿Qué es eso? Le pregunte.

Un condón, no nos cuidamos las primeras veces, a mi no me molestaría tener a una bella en miniatura corriendo por aquí pero no sería prudente en estos momentos, todavía no termino la escuela quizás mas adelante… no podía creer lo que estaba diciendo.

Edward, eso jamás pasara, somos hermanos y aunque estuviéramos juntos, no podríamos tener hijos.

¿Por qué dices eso?

Edward por favor, esos embarazos son los más complicados, la mayoría de niños nacen con problemas, y nuestros padres jamás lo aceptarían.

Siempre encuentras algún obstáculo bello.

Es la verdad.

Pues podrías estar embarazada ahora mismo, sería lo mejor, asi de una vez decimos todos.

Eso no puede pasara.

No usamos protección así que puede ser posible que estés embarazada.

No, no puede ser porque me tome la píldora.

No es posible, necesitas ir al médico, no están en venta para menores de 16.

Exacto, por eso le pedí el favor a Alice.

¿Ella sabe?

Sí, pero no todo, le dije que la pastilla era para alguien más.

Jasper también lo sabe, me dijo. Sabe que te quiero, pero nada más.

¿Y? le pregunte.

Me golpeo primero, pero después dijo que lo comprendía, que yo jamás te vi como a una hermana.

¡Dios Edward! Ya no podemos seguir así.

Bella, yo te amo, no quiero alejarme, por favor no lo hagas tú.

Edward, yo… yo no tengo la fuerza para luchar contra lo que somos, no puedo, no soportaría el rechazo de nuestros padres, la demás gente no me importa, pero mis padres sí. El me abrazo, y beso mi frente.

Edward no…puso uno de sus dedos en mis labios.

No pasara nada que no quieras, solo quiero abrazarte, como cuando éramos pequeños.

En esa época no había complicaciones, solo éramos tu y yo, como hermanos.

No arruines el momento pequeño, me dijo recostándome en su pecho.

Te quiero bella.

Yo también, mucho Edward, mucho, le dije recostándome en su pecho, mientras el acariciaba mi cabello, después de un rato me dormí.

A la mañana siguiente todo estaba tranquilo, Edward no estaba en mi habitación. Los días comenzaron a pasar y en la casa no se habla de la partida o no partida de Edward. Creo que tanto el cómo papá lo preferían así.

Hoy era viernes, era el día de ir a dejar las cosas al orfanato de Seattle, Edward no estaba nada feliz con eso, toda la semana en la recolección de las cosas se la paso celándome con jacob, no le caía nada bien, aprovechaba cualquier oportunidad para alejarlo de mi justo como ahora.

¡hola bella!

¡Hola jake!

Dejame te ayudo con eso, el tomo las caja que estaba bajando del nuevo auto de Edward, el estaba dentro del orfanato por que llevo otra caja.

Gracias, le dije y el sonrio.

Casi no te he visto en estos días.

Ehh si, lo que pasa que son vacaciones, mi hermano se irá a Londres y procuramos estar el mayor tiempo posible juntos. Le dije y no era mentira, bueno no totalmente, Edward estaba decidido a quedarse pero mi padre y mi madre sutilmente le insinuaban que lo pensara.

¿Tu hermano? Me pregunto jake.

Si, es el chico de pelo cobrizo que estaba ayer conmigo.

¿El es tu hermano?

Si, ¿por qué? Le dije en lo que caminábamos al orfanato.

Bueno es que no parecía tu hermano, te juro que creí que era tu novio.

¿Qué? No, claro que no, el es mi hermano. Se llama Edward… y hablando del rey de roma.

¡Bella! Dijo Edward en la puerta del orfanato.

Edward, mira este es Jacob Black, le dije. El miro a Jacob de pies a cabeza.

Un placer dijo al final extendiendo la mano y con una sonrisa torcida de esas que me dejan como tonta.

¡Lo mismo digo! Dijo Jacob, Te estrecharía la mano pero, movió la caja.

Así claro, vamos bella, el tío y los chicos nos esperan, dijo Edward tomándome de la mano y jalándome a su lado, entrelazo sus mano con la mía, tan fuerte que tuve que morderme el labio para callar el quejido de dolor

Caminamos un poco hasta que nos alejamos de Jacob.

Edward suéltame me lastimas, le dije.

Lo siento amor, dijo el examinando mi mano, pero yo la retire.

¿Qué te pasa?

Lo siento, pero no me gusta nada Jacob.

Menos mal, pensé que que eres gay, le dije.

No es gracioso bella, sabes a que me refiero.

Si, pero estas loco, el solo es amable.

Demasiado amable diría yo.

¡hey chicos! Al fin los encuentro dijo emmett acercándose, el tío Charlie quiere que lo acompañemos con los niños para repartir los juguetes.

Vamos bellita, dijo emmett cargándome sobre su hombro, Edward solo rio, ¿Me pregunto por que no me cela con em?

Emmett baja a bella, dijo mi tío Charlie.

Lo siento tio Charlie, dijo emmett soltándome y por poco me caigo si no es por que Edward me atrapo antes de tocar el suelo.

Si serás bruto emmett, por un poquito y bella se hace puré, le dijo rose dándole un golpe.

¿Estás bien? Me dijo Edward que todavía me tenía en brazos.

Si, gracias le dije, y me separe cuando vi a mi tío quien nos observaba desde una esquina.

Bueno dijo mi tío acercándose, es hora de repartir los juguetes entre los niños, cada quien tomo una juguete y le entregaba a un niño, los chicos aprovecharon para jugar un poco con los niños, Estaba acomodando una caja cuando me percate que una pequeña me observaba desde un pilar del corredor, le sonreí y ella se escondió tras el pilar, me acerque lentamente a ella, no podía tener más de dos años.

¡Hola hermosa! ¿Estás bien? Ella negó con su cabecita.

¿Qué pasa? Le pregunte y vi como sus ojitos se llenaban de lagrimas al mirar a una dirección, voltee y vi que era donde los chicos, jasper, emmett, jake, rose, y alice jugaban con los otros niños.

¿No quieres jugar? Ella volvió a negar. ¿Por qué linda? Le abrí los brazos para cargarla y ella estaba indecisa entre aceptar o no, pero al final se escondió de nuevo tras el pilar cuando escucho pasos acercarse a nosotras.

¿Qué pasa?

Es que no quiere ir a jugar con los demás, le dije a Edward.

¿Qué pasa princesa porque te escondes?

Ella no habla, dijo una monja detrás de nosotros, es una pequeña muy dulce pero no habla desde que llego, no juega con nadie, no le gusta.

¿Y eso porque princesa? Las princesitas lindas como tú, deben divertirse, le dijo Edward tratando de acercarse pero ella se movió hacia atrás.

¿No quieres jugar? Le dijo Edward poniendo una mano alrededor de mi cintura, la pequeña sonrió ante ese gesto, Edward y yo nos inclinamos a su altura, yo volví a abrirle los brazos pero ella no se movió, Edward lo intento y ella lo miro.

¡Anda princesa ven! No te hare daño, vamos a jugar con los demás, Edward sonrió y la niña también, la niña corrió a sus brazos, la verdad si pudiera igual lo haría.

¡Es la primera persona que la carga sin que ella se queje! dijo la monja, los dejo espero se diviertan.

Gracias madre, le dije y nos fuimos a reunir con los demás.

La Edward cargaba en un brazo a la pequeña y llevaba la otra mano entrelazada con la mía.

¡wow! Parecen una bonita familia, dijo emmett y yo me puse roja.

Tometito, dijo la nena tocando mi mejilla.

Si nena, bella a veces parece tomatito, dijo emmett riendo tan fuerte que provoco que la pequeña llorara.

¡emmett! La asustaste le gruño Edward.

Lo siento, siempre yo, todo yo.

Ven pequeña, le extendí los brazos y ella ahora si vino conmigo, la lleve a una banca y me senté con ella, Edward se sentó a mi lado.

¡Te ves hermosa de mamá! Dijo.

Edward, no empieces. La nena empezó a jugar con la mano de Edward, el rio y ella también.

Creo que le gustas, le dije.

¿Y a ti? Me pregunto acariciando mi mejilla.

Edward por favor, la pequeña nos miraba, primero a Edward y luego a mí. Sonrió y dijo.

Pa-pa.

Te dijo papá. Le dije.

Entonces te gusto para ser tu papá ¿eh? Le dijo Edward riendo haciendo que la pequeña riera también.

Ma-má, dijo la pequeña, extendiendo sus bracitos para que la cargara.

No linda no soy tu mami.

Bella no seas cruel.

No soy cruel Edward, no quiero que sufra a la hora de irnos.

Tienes razón, me dijo acariciando la mejilla de la pequeña. Pero es que es irresistible como tú, las dos son hermosas.

Edward… le sentencie, es la verdad y no soy el único que lo nota, el tal Jacob no te quita la mirada desde que llegamos, dijo Edward mirando en dirección hacia la puerta de la capilla.

Has sido muy descortés con él.

No es cierto.

Si lo es, y lo sabes.

Jue-gar, dijo la pequeña.

¿Quieres jugar? Le pregunto Edward y la pequeña asintió con su pequeña cabecita, la verdad era adorable. Edward la tomo en brazos y comenzó a darle vueltas en el aire, ella reía, y llamo la atención de los demás niños, y los chicos tuvieron que empezar hacer lo mismo que Edward, jake incluido, yo me levante y camine hacia la capilla, me pare a ahí a observarlos, Edward se veía adorable con la pequeña, sin duda sería un buen padre, tenía que hacer que se fuera, solo asi podría formar un hogar algún día, tendría hijos y jugaría con ellos, no pude evita que mi corazón se estrujara con ese pensamiento.

¿Estás bien hija? Pregunto mi tío Charlie.

No tío, no lo estoy. Le dije.

¿Quieres hablar de ello? Negué.

Sé que quizás te incomoda hablar conmigo de “eso” pero hay un padre dentro de la capilla, por si lo necesitas, me dijo.

Si, gracias.

Tú sabes cuánto te quiero ¿verdad?, eres la hija que me hubiera gustado tener, si dios lo hubiera permitido.

Yo también te quiero mucho tio.

Es importante que aclares tu corazón hija, tú sabes de lo que hablo.

Si tio lose, creo que entrare un rato a la capilla.

Adelante, me dijo mi tio con una sonrisa, entre a la capilla, estaba casi vacia salvo por una novicia que estaba poniendo flores en un jarron, me sonrio y yo le regre la sonrisa, me dirigi al confesionario, necesitaba hablar con alguien neutral, que no fuera partidario de ningún bando. Entre en el confesionario.

Ave maría. Dijo el sacerdote

Sin pecado concebido padre.

Dime hija en que has pecado.

He cometido el peor de los pecados padre.

¿De que hablas hija?

He dejado que el demonio de la lujuria me domine, me entregue a un hombre padre.

Eso es grave hija.

Lo sé, pero…

¿Lo amas hija? Me interrumpió.

Si.

¿El te ama?

Si padre.

Debes decírselos a tus padres, deben casarse.

No puedo, no puedo decirlo.

¿Es un hombre casado?

No.

¿Tiene novia?

No.

Entonces cual es el problema hija, si se aman lo más lógico es que se casen.

Es un hombre prohibido padre.

¿Quién es hija?

Es mi hermano padre, Edward.

¿Qué?

Si padre, me entregue a mi hermano. Sé que estuvo mal, pero en el fondo no me arrepiento, no puedo, porque lo amo.

Pero eso es incesto.

Lo sé, pero él me ama, el me lo dijo, he tratado de alejarlo lo juro pero… el no cede, no quiere irse, me propuso fugarnos yo le dije que no porque eso mataría a nuestros padres. Recordé el momento en que me propuso fugarnos, su uno de esos días de nuestras habituales discusiones sobre porque está mal lo que sentimos.

FLASHBACK

Bella, si lo que te preocupa son nuestros padres, entonces vámonos, vente conmigo a Londres los abuelos nos apoyaran o si no a cualquier otro lugar, pero vámonos.

No podemos, eso acabaría con nuestros padres, ¡estás loco! Soy menor de edad Edward, no podemos huir, no somos criminales.

FIN FLASBACK

Hija no se qué decirte, salvo que está muy mal, la voz del sacerdote me regreso a la realidad.

Lo sé. Le dije.

Estamos hablando de un pecado muy grande, son hermanos de sangre hija, comparten al mismo padre y a la misma madre, eso es una abominación.

Lo sé, le dije derramando lagrimas.

Debes renunciar a él, debes pedirle que se vaya, la distancia es lo mejor, pongan tierra de por medio, el tiempo es sabio, es el mayor que tu bella, y son buenos muchachos.

Hay padre Javier, el no quiere, se lo he pedido de todas las formas posibles, pero no cede.

Entonces tal vez debas decírselo a tus padres.

No eso no, no podría soportar su rechazo, papá se decepcionaría de Edward y de mi.

Son tus padres hija, ellos sabrán orientarlos en el camino.

Tal vez tenga razón, necesito pensar, le dije levantándome, gracias padre. Dije y me di la vuelta, pase de largo el patio, vi a lo lejos que Edward y los demás seguían jugando con los niños, yo camine rápido y Salí del orfanato, necesitaba pensar, ¿Qué haría con mi vida?, ¿con Edward? Corrí, corrí cada vez más rápido hasta que llegue al parque, deambule por el hasta que llegue a la zona de los columpios, casi no había nadie, todos los niños estaban riendo y jugando en la caja de arena, otros hacían fila para la resbaladilla, yo me senté en los columpios, a observarlos, ojala pudiera regresar el tiempo, para de nuevo ser los pequeños de papá, en ese entonces solo éramos lo que en verdad somos, hermanos, solo hermanos. Parece que el cielo reflejaba mi estado de amino, ya que se empezó a llenar de nubes negras que poco a poco empezaron a remplazar a las grises, los truenos se empezaron hacer presentes y una ligera llovizna empezó a caer, todo corrieron menos yo, me quede ahí en el columpio, mojándome. Veía a la nada, mis lagrimas se confundían con las gotas de agua que caían sobre mi rostro.

Si sigues ahí te vas a resfriar, dijo un chico rubio parado a mi lado en el columpio.

¿Te conozco? Le dije, no suelo ser agresiva pero por el momento quería estar sola.

No creo que no, dijo quitándose su chaqueta y poniéndola sobre mis hombros.

¿Qué haces? Le pregunte regresándole su chaqueta.

Siendo caballeroso, y no me la pones fácil eh, volvió a ponerme encima su chaqueta.

Porque no te vas, le dije.

No puedo evitar ayudar a una damisela cuando está en apuros, dijo medio sonriendo, su sonrisa me recordó a alguien.

¿Qué te hace pensar que estoy en apuros? De acuerdo estúpida pregunta, estoy llorando como magdalena bajo la lluvia.

Lo obvio supongo, dijo encogiéndose de hombros y sentándose en el columpio de al lado.

Si sigues empeñado en quedarte te vas a resfriar, cite su frase.

Lo dudo, tengo buenas defensas, aparte no puedo dejarte sola aquí. Con este clima. Y ese animo

No me conoces. Le dije mirando a otro lado.

Pero podemos conocernos.

¿Qué quieres?

Ayudarte. Dijo.

No necesito ayuda.

Yo creo que sí, una chica tan linda no llora solo porque si.

Si lo que quieres o intentas en ligar, con migo te equivocaste, le dije un poco molesta.

No creo que sean un buen lugar para ligar, los dos empapados bajo la lluvia, tú con tu delineador de ojos corrido, tu cabello hecho un desastre, déjame decirte que no eres mi tipo, dijo sonriendo. Y no pude evitar sonreír.

Lo ves, eres más linda sonriendo.

Gracias, le dije.

No hay porque, pero ¿Por qué lloras? Lo mire la verdad no lo conocía, pero este chico me daba mucha confianza, era la primera vez que lo veía en toda mi vida.

No tienes que contarme si no quieres pero, ¿Es por un chico verdad? Yo asentí.

Nadie merece tus lágrimas, seguro no te merece.

No es eso, no lo entenderías, le dije.

Pruébame. Dijo sonriendo.

El me quiere y yo también lo quiero, pero…

¿Tus padres no lo aceptan?

Si más o menos, es que no lo saben, pero sé que si se llegaran a enterar los haría sufrir demasiado.

Yo creo que no importa lo que digan tus padres, lo que importa es lo que tú sientes, si él te ama y tu también lo amas, ¿Cuál es el problema?

Crecimos como hermanos, le solté sin querer, era una media verdad crecimos como hermanos porque somos hermanos pero él no tenía que enterarse de eso.

No hay ningún problema, no hay nada que el amor no pueda superar, por lo menos es lo que mi madre siempre dice.

Pero algunos dicen que es pecado, le dije

Eso es una tontería, amar no es pecado, amar a una persona es lo mejor que puede pasar, es lo más puro que existe en toda la tierra, el amor.

¿Tú crees?

Si, no puedes dejar escapar el amor, porque a veces se va y no regresa, dijo y era cierto, la verdad me golpeo, yo jamás amaría a nadie que no fuera Edward, nunca, por mucho que lo intentara, pero solo me mentía a mi misma Edward es todo mi mundo, el es todo si él se va, no hay nada, por el se llevaría todo con él.

Así que los dos deben de buscar una forma de estar juntos, no se dejen vencer.

Tienes razón, no puedo dejar que edward se valla, por que morirá sin el. Le dije al extraño chico que me miro con una sonrisa. Gracias.

No hay por que, y ahora ve por ese tal Edward.

Si , eso hare.

Me pare del columpio y me quite la chaqueta del extraño se la iba regresar pero me detuvo.

Consérvala, no me gustaría que te enfermaras, dijo.

Gracias, por cierto soy bella.

Un placer bella, soy Lucas, Lucas…

¡Bella! Un grito nos interrumpió, gire mi cabeza y a lo lejos pude ver a Edward.

Anda ve, dijo el chico.

Gracias.

Corrí para encontrarme con Edward, con el hombre al que amaba, el amor no podía ser tan malo, no si estábamos juntos, entre los dos encontraríamos una solución, algo que nos permitiera disfrutar en plenitud lo que sentíamos.

¡Edward! dije brincando a sus brazos el me atrapo y yo rodee su cintura con mis piernas.

¡Dios bella! nunca vuelvas a desaparecer así, me asustaste. Dijo tomando mi rostro con sus manos.

Lo siento amor, Edward me miraba como si tuviera un tercer ojo.

¿Qué dijiste?

Que lo siento.

No lo segundo. Yo reí.

Amor.

¿Quién eres y que hiciste con mi bella?

Soy tu bella tonto, solo que me canse de rehuir a esto, nos señale, te amo más que a cualquier otra cosa.

¿Estás hablando enserio?

Si Edward te amo, y no quiero perderte, no me importa lo que pase, ni lo que venga, nada importa si estamos juntos.

Te amo princesa, me dijo antes de besarme, fue un beso dulce, pero demostramos todo lo que sentíamos, estábamos como lo que éramos dos locos enamorados bajo la lluvia, y se sentía genial, porque estaba con el hombre al que amaba, y por el sería capaz de enfrentar cualquier cosa, hasta mis padres.


1 comentario:

Unknown dijo...

Lo unico que odio de esta historia es que sean hermanos que asco

ORACION A MI SEXY VAMPIRITO

Edward de mi guarda
De mi sexy compañia
Bebete mi sangre
De noche y de Dia
Hasta que caiga en tus brazos
Y sea tu marca de heroina