Capitulo 14
Edward
Debería haber estado
trabajando en lugar de estar jugando. Mi escritorio estaba lleno de pilas de
documentos, había, al menos, cien correos electrónicos en mi bandeja de entrada
que necesitaba responder, y aquí estaba, escribiéndole a una columnista de
sesenta años otra vez.
Querida
Alice,
La
mujer que he estado viendo últimamente ha expresado un interés por ser
amarrada. Estaba preguntándome si podía darme algunas instrucciones para un
primerizo, novato del bondage. ¿La cuerda sería una buena inversión? ¿O sugiere
algo más por las líneas de las esposas de cuero? ¿Tal vez algunas corbatas de
seda que es menos probable que dejen marcas en las muñecas? Debería anotar que planeo
enterrar mi rostro en su pequeño y apretado coño, así que habrá una buena
cantidad de jaloneo en las restricciones mientras se retuerce en la cama por
los múltiples orgasmos.
—Cincuenta
Sombras de Cullen, Manhattan.
Solo tomó veinte
minutos para que apareciera una respuesta en mi bandeja de entrada. Había
esperado una gran respuesta llena de su usual sarcasmo. Debería haber sabido
mejor que no podía anticipar nada de lo que tenía que ver con Isabella Swan.
Querido
Cincuenta,
¿Podría
sugerirle que revise la mesa de noche de su compañera?
Tal
vez, ya que esta mujer que está viendo expresó un interés, fue a comprar
algunas cosas después del almuerzo.
Esta mujer iba a ser
mi muerte; simplemente lo sabía.
Una hora después, mi
secretaria llamó por el intercomunicador.
—¿Señor, Cullen?
Tiene una llamada en la línea tres.
—¿No te pedí que no
me interrumpieran?
—Sí. Pero dijeron que
era urgente.
—¿Quién es, y qué
quieren?
—Mmmm. No pregunté.
—Escucha… —¿Cuál demonios
era su nombre? ¿Ellen? Maldición—. La razón de tu trabajo es pasar las
llamadas, ¿estoy en lo cierto?
—Sí.
—¿Y considerarías
que, interrumpirme cuando te he pedido no hacerlo sin tener el nombre de quién
llamó, es estar haciendo tu trabajo de forma correcta?
—Yo…
Mi paciencia estaba
acabándose.
—Averigua el nombre
de quién llama y la razón de la llamada tan urgente. Un minuto después el
intercomunicador volvió a sonar.
—¿Qué?
—Es una señora
Moreau. Dijo que le dijera que la razón de su emergencia es que su esposo está
muerto.
Levanté el teléfono.
—Tanya.
—Edward. Necesito tu
ayuda.
—Ya estoy en eso. Te
lo dije ayer.
—Necesito más que
eso.
Me quité los lentes y
los arrojé al escritorio. Frotándome las manos sobre el rostro, inhalé
profundamente. Habían pasado años desde que había tenido una conversación
educada con ella, pero contrario a la creencia popular, no era un completo
imbécil. Acababa de perder a su esposo por un ataque al corazón a la edad de
treinta y uno. Inclinándome en la silla, exhalé un suspiro de veneno e inhalé
una fresca compasión.
—¿Qué puedo hacer por
ti, Tanya?
—No quiero dirigir
una compañía por mi cuenta. No puedo hacerlo.
—Claro que puedes.
Contratas a alguien en quien puedas confiar si es muy abrumador.
—Confío en ti,
Edward.
Solía confiar en ti
también. Fue
físicamente doloroso morder mi lengua.
—No estás en un
estado para hablar de negocios ahora.
—Siempre estoy en
estado de hablar de negocios. Tú también. Es la única cosa que tenemos en
común. Nuestras emociones toman un segundo plano en un acuerdo.
—Creo que te
equivocas, y simplemente no eres capaz de verlo claramente ahora. ¿Pero en qué
crees que te gustaría que te ayudara?
—Quiero fusionar con Cullen
Financial Holdings.
—¿Quieres que compre
Inversiones Gainesworth? ¿Como… manejarlo completamente?
—No. Inversiones
Gainesworth y Cullen Financial Holdings combinadas serian una fuerza motriz.
Quiero dirigirla contigo.
—¿Disculpa?
—Me escuchaste bien.
Quiero fusionarme. Ser un equipo de nuevo.
—Tanya, no quiero ser
insensible, pero… acabas de perder a tu esposo. ¿No crees que deberías esperar
más tiempo antes de buscar un nuevo compañero? ¿Un poco de duelo tal vez? No
estás pensando con claridad.
Suspiró.
—Alec y yo estábamos
separados.
—No lo sabía.
—Lo encontré follando
con mi asistente de veintitrés años.
—Lamento escucharlo.
—No, no lo lamentas.
Estás pensando que se cosecha lo que se siembra.
Yo también lo haría.
Sorprendentemente, de
hecho, no era así.
—Aun así, sufriste
una perdida. Tu hija debe necesitarte ahora. Déjame terminar de congelar a los
accionistas de comprar demasiadas acciones, y mantener tu ventaja a salvo.
Podemos discutir de negocios después que hayas tenido tiempo de pensarlo con
claridad.
—Ese es el discurso
de Edward para tendremos una conversación después que haya decidido lo que
quiero.
—Tanya, ve con tu
familia. Los negocios pueden esperar.
—Bien. Pero revisa tu
calendario. Tienes una cita este viernes con una señora More a las diez; dirá
que es una referencia de Bob Baxter. No lo es.
Soy yo. More… Moreau.
Hice la cita hace dos semanas. Estaba planeando acércame a ti de esa forma.
—Te veré en el
servicio esta noche, Tanya.
Después de colgar,
revisé mi calendario. Por supuesto, había una cita, para el asesoramiento de
una nueva cliente, con la señora More el viernes. Y estaba anotada como una
referencia de Bob Baxter. Tenía que concedérselo. Normalmente yo llamaría a
alguien que refiriera un nuevo cliente, sacaría alguna información del
referido. Pero Tanya era lista. Sabía que no había forma de que llamara a Bob
Baxter. No había tal cosa como una llamada de diez minutos con ese hombre. Me
tendría al teléfono durante tres horas y haría imposible que declinara una
invitación a cenar antes de colgar.
Sin poder
concentrarme, decidí ir al gimnasio por un rato. Correr y levantar pesas
siempre me ayudaba a despejar la cabeza. Alrededor de los seis kilómetros en la
cinta, mi cabeza todavía daba vueltas. Destellos de mi vida estaban parpadeando
en mi mente al azar.
Los ojos de Isabella
abriéndose esta mañana, acurrucada en mi cama.
Sonriéndome cuando me
encontró mirándola.
Tanya y yo abriendo
una botella de champán en la oficina, la noche que nuestro portafolio de manejo
de activos alcanzó un billón de dólares por primera vez.
Isabella,
arrodillada, mirándome mientras deslizaba ese círculo de plata alrededor de la
cabeza de mi polla.
Entrando en la
oficina de Tanya después de llegar temprano de un viaje de negocios, listo para
celebrar otro trato cerrado. Encontrándola arrodillada, tomando la polla de Alec
en su garganta.
Corrí más y más
rápido. Pero mientras más rápido iba, más rápido se reproducía el recuerdo en
mi cabeza.
Ver la aguja de Emmet
perforarme la piel y la tinta derramarse sobre el nombre Tanya.
Alec y yo, mano a
mano, mirando mientras colgaban el primer aviso de nuestra oficina tres semanas
después de la graduación.
Mi madre. Mi madre.
Frágil, yaciendo en la cama del hospital, tratando de pretender que estaba
bien.
¿Qué demonios?
Corrí más rápido.
El tatuaje de pluma
de Isabella.
Tanya sentada en la
esquina de mi escritorio.
Alec corriendo a mi
lado en la cinta.
Miré a mi izquierda.
El jodido Alec estaba corriendo a mi lado. La visión era tan clara, que por un
segundo creí que de verdad era él.
Cuando finalmente me
detuve, había estado corriendo tan rápido, que me tomó cinco minutos en total
recuperar el aire. Apoyando mis manos en las rodillas mientras jadeaba,
derramando sudor por todas partes, cerré mis ojos con fuerza. Mierda.
Mierda. Mierda. Justo cuando finalmente todo empezaba a parecer sencillo,
¿por qué de repente se sentía complicado?
No tenía ni idea en
el momento, pero la sensación era una premonición de cosas por venir.
***
No era un gran
bebedor, nunca tomé drogas. El sexo era mi único vicio.
Y cuando estaba
estresado, lo necesitaba incluso más. Como un demonio.
Sabía que no debería
haber estado pensando en follar a Isabella de camino a un velorio, pero no pude
evitarlo. Se veía absolutamente impresionante en ese pequeño vestido negro. Se
había recogido el cabello, incluso aunque no le gustaba de esa forma.
Probablemente sentía que debía ocultar otra vez las puntas de colores. También
parecía nerviosa. Que me jodan, si esa extraña vulnerabilidad que estaba
exhibiendo no me hacía querer follarla hasta dejarla sin sentido aún más. La
división separándonos del conductor estaba completamente cerrada, y eso no
estaba ayudando. La tentación de levantarla sobre mi regazo estaba haciéndose más
fuerte con cada minuto.
Debió haber estado
leyendo mi mente cuando dijo:
—Parece que quieres
atacarme, Cullen.
—¿Me perderías el
respeto si te dijera que, a pesar de a dónde nos dirigimos esta noche, en lo
único que puedo pensar es en quitarte las bragas y dejar que te corras en mi
rostro?
—Ya sé que eres un
bastardo sucio. Así que, no es sorprendente. Pero esto puede ser un poco bajo
incluso para ti —bromeó.
—Algo que descubrirás
sobre mí… cuando estoy estresado, me pongo particularmente cachondo. El sexo
distrae mi cabeza de lo que sea que me está molestando. En realidad, es lo
único que ayuda.
—Ya veo. ¿Está
buscando mi ayuda, señor Cullen?
—No me llames señor Cullen
a menos que te vayas a poner en toda la onda de sumisa, en cuyo caso, estaría
más que feliz por ponerte en mi rodilla en este momento. Podríamos jugar ese
juego si quieres. —Mis pensamientos vagaron mientras caía hipnotizado por sus
labios ligeramente separados—. Dios, quiero follar tu boca ahora mismo.
Pareció removerse en
su asiento.
—¿Ah sí?
—Sí. Y devolverte el
favor. Podemos compararlo con comernos el estrés.
Estalló en risas.
—Me alegra que creas
que es gracioso porque estoy a diez segundos de enterrar mi rostro bajo ese
vestido.
—No podemos. Vamos a
estar en la sala de velación en cualquier minuto.
Mi voz sonaba ronca y
necesitada, mientras deslizaba mi mano debajo de su vestido, acariciando su
muslo.
—No si acordamos
llegar tarde.
—¿Es en serio?
En lugar de
responderle, levanté el teléfono para llamar a mi chofer.
—Louis, no estamos
listo para ir a la sala de velación. Nos gustaría dar una vuelta por un rato.
Da la vuelta de regreso en unos treinta minutos.
—No hay problema,
señor Cullen.
Ella se mordió el
labio y sacudió la cabeza con incredulidad hacia mí, y eso hizo que mi polla se
pusiera más dura. No podía ir a un velorio con una erección. Así que, éste era
un asunto urgente de todos modos.
La espalda de Isabella
estaba contra el asiento de cuero. Deslizando el material del vestido sobre sus
muslos, me arrodillé bajo ella y separé sus piernas. Quitándole lentamente la
tanga de encaje con mis dientes, pude sentir la humedad de la tela contra mi
lengua.
Mierda. Estaba
empapada.
Su trasero se removió
debajo de mí, mientras no perdía tiempo en mover mi lengua en un lento
movimiento de arriba abajo sobre su coño. No solo estaba usando la lengua, sino
toda la longitud de mi lengua para devorarla, deteniéndome lo suficiente para
chupar su clítoris. Nunca había estado así de mojada por mí. Nunca.
Isabella pasó sus
largas uñas a través de mi cabello y tiró. Mi boca estaba cubierta por su
excitación mientras seguía en ello, antes de decidir que no podía soportar más.
Metiendo mis dedos en su interior, los moví dentro y fuera mientras alzaba la
mirada a sus ojos brillantes.
—De verdad necesito
follarte.
—Sí. Por favor… —murmuró.
Oh, definitivamente
podía acostumbrarme a Isabella Swan rogando.
Bajando el cierre de
mis pantalones, los dejé caer por mis piernas antes de reposicionarla para que
quedara encima. El cuero estaba frío debajo de mí. En segundos, se enterró en
mi polla, provocando que pusiera los ojos en blanco.
Su vestido estaba
subido hasta su cintura, su trasero desnudo expuesto mientras me montaba y la
miraba a los ojos. La sensación de hundirme en ella había sido tan increíble
como imaginé que sería. No pude evitar sacar las horquillas de su cabeza,
deshaciendo su moño, mirando los rizos caer mientras me follaba. Justo como la
noche de la gala, no protestó; sabía que no lo quería así de todos modos.
Las otras veces que
habíamos tenido sexo parecía amable en comparación a esta experiencia en el
auto. Esto era más rudo, carnal… puro, sexo sin adulterar de la mejor forma.
Cuando dejó salir un
tenso gemido, me corrí más fuerte de lo que podía recordar correrme. Se sintió
tan bien dejar salir la tensión que había estado aumentando todo el día. Nada;
ni siquiera mi extenuante entrenamiento, había sido capaz de tranquilizarme
como estar dentro de ella lo hizo. No solo eso, sino que la muerte de Alec fue
un duro y doloroso recordatorio de mi propia mortalidad y un recordatorio de lo
que era importante. La vida simplemente era muy corta para no follar así todo
el jodido tiempo.
—Somos un desastre
ahora —dijo mientras se bajaba de mí.
—Te juro por Dios,
que nunca te has visto más hermosa para mí, Isabella. —Era la verdad. Su rostro
estaba sonrojado, su cabello era un desorden. Pura alegría ante la muerte.
Estaba tan agradecido de no tener que enfrentar esta noche solo. Agradecido de
estar vivo.
Sacó su polvo
compacto y se miró en el espejo.
—Pasé de lucir como
la princesa Grace a Roseanne Rosannadanna1.
Eso me hizo reír.
—Y me encanta.
Hice que Louis se
detuviera en Macy’s para que Isabella pudiera usar el baño para arreglarse el
cabello y comprar bragas nuevas. Oficialmente íbamos tarde para el velorio.
Cuando estacionamos
en la sala de velación, mi ansiedad estaba otra vez por las nubes. Isabella
ahora tenía su cabello en una coleta. Frotó mi espalda y dijo:
—Estará bien.
Gracias a Dios estaba
aquí conmigo.
No solo iba a ser
difícil ver el cuerpo de Alec, sino que era la primera vez que había tenido que
estar cara a cara con Tanya después de mucho tiempo. Pero tal vez la parte más
dolorosa era el hecho de que todo esto me recordaba a la última vez que puse un
pie en una casa de velación: cuando
mi madre murió.
La fila sobresalía
por la puerta, un mar de poliéster blanco y acolchado.
Miembros viejos de la
alta sociedad de Manhattan estaban discutiendo sobre sus portafolios de
acciones cuando deberían haber estado cerrando la jodida boca. No podía ver más
allá de las personas frente a mí. No es que quisiera ver algo ahí. Quería ir a
casa, a mi lugar seguro dentro de Isabella.
Teniendo que ir con
urgencia al baño, susurré al oído de Isabella:
—Mantén el lugar en
la fila. Voy a ir a buscar el baño.
—Bien —dijo, luciendo
un poco cautelosa porque la dejara sola.
La dejé en la fila y
seguí el camino de alfombras persas hacia el baño.
Después de haber
orinado como un caballo de carreras, estaba de camino a donde Isabella cuando
vi a la madre de Alec, Phyllis, reconfortando a una niña en el pasillo. La niña
estaba llorando, y me rompió el corazón.
Aunque la niña me
daba la espalda, parecía que tenía cuatro años de edad. Tenía que ser la hija
de Alec y Tanya. Nunca la había visto antes.
Solo había sabido que
Alec había embarazado a Tanya muy pronto después que me enteré de su romance.
En ese momento, esas noticias solo lo habían empeorado. Pero en este momento,
no sentí nada más que simpatía por una niña que había perdido a su padre. Conocía
bien esa clase de dolor.
Phyllis parecía
sorprendida de verme, pero no podía pasar a su lado sin presentar mis
condolencias.
Sentí nauseas
mientras lo hacía.
—Hola, Phyllis.
Siento mucho lo de Alec.
Luciendo consternada,
simplemente asintió y sostuvo a la niña con más fuerza antes de alejarse. Fui
tras ellas cuando noté que un pompón negro se había caído del cabello de la
niña sobre la alfombra.
Aclarándome la
garganta, caminé más rápido para alcanzarlas.
—Discúlpame. Se le
cayó algo a ella.
Cuando la niña se dio
vuelta, fue la primera vez que tuve un vistazo de ella. Arrodillándome y
tendiéndole el pompón, había olvidado lo que se suponía que diría después. El
aire me había sido arrebatado por completo.
No había palabras…
solo un completo estado de incredulidad y confusión.
Porque si no lo
supiera mejor, habría pensado que estaba mirando el rostro de mi madre.
1 Personaje
ficticio creado por la comediante Gila Radner. Apareció por primera vez en el
programa Saturday
Night Live y se caracteriza, entre otras cosas, por su apariencia desaliñada
********************
Hola a todas ya regrese. Que les pareció el capitulo que
creen que pasara ahora que sepa la verdad bueno nos vemos el miércoles actualización
y mañana habrá adelanto del siguiente capítulo que anteriormente les había comentado
de los martes de adelanto.
También quería agradecerles a todas por sus buenos deseos
ya estoy bien fue un dolor de muelas ya la edad está pasando factura jejejejeje
bueno chicas muchas
gracias a ustedes por leer y por iniciar
un año más con ustedes muchas gracias a todas.
9 comentarios:
Graciaaaas 😉
😱 es su hija? Se me hace que ahora empieza la tormenta y me da cosa por Bella
Gracias por actualizar. Me alegro que estés mejor !
Feliz año
ohhh por dios es su hija no puede ser nooo y justo ahora que todo iba tambien entre ellos
No por favor está pequeño descubrimiento como va a afectar a Bella
Dios. Que cruel. Muero por ver la reaccion de bella. Y que hara ed.
No, no se vale q hdp x q se lo oculto tantos años y ahora lo descubre d casualidad x q y ahora q todo parecía esta bien con Bella no se vale solo falta ver la reacción d el con esto d la nena 😖, gracias 😘❤
Aaaq!!! Nooo!!!!
No puede ser su hija... que HDP si Tanya le negó a su hija
Pero de ser así y lo más probable es que lo sea bella se sentirá mal y a!!! Caos total
No! No nos puedes dejar así!!!
Necesito el siguiente capítulo.
Por favor!!!
Gracias :D
Oh noooooo...
Ahora bella no va a querer interferir en una futura familia... gracias
Ohh por Dios
No lo puedo creer justo cuando las no podrian ser mas complicadas.
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