jueves, 15 de febrero de 2018

Enredos de Amor Capitulo 14

Capitulo 14
Mucho ruido y pocas nueces
Edward
Sentí como si hubiese estado en el hospital una eternidad. Me dolía todo el cuerpo y estaba más que dispuesto a relajarme con Isabella. Sin embargo, cuando bajé del ascensor, me di cuenta que la persona que esperaba en mi puerta era Jasper.

Se apoyó contra la pared, y bajó la mirada.

―Jasper, estoy muy ocupado esta noche, tú estás…

―Necesito hablar contigo ―dijo serio, con las manos en los bolsillos―. Estoy seguro que luego de escucharme no voy a estar mucho tiempo aquí.

―¿Jasper? ¿Qué es? ―Bajo mis cosas, poniendo toda mi atención en él.

Tomó una profunda respiración, me miró, y luego bajó la cabeza de nuevo.

―Abandoné la escuela de medicina hoy.


Es como si me hubiese empujado delante de un tren en movimiento.

―Lo siento, ¿qué? ―pregunté lentamente.

Asintió.

―Deje la escuela de medicina…

―¿Has jodidamente perdido la cabeza? ―grité―. ¿A qué te refieres con que abandonaste? Tienes las notas más altas de tu clase, ¡hablé con tu profesor hace una semana!

―¡No quiero ser doctor, Edward! ―me gritó―. He estado tratando de pensar en una forma de decirte esto durante… años.

―No puedo creer lo que estás diciendo en este momento. ¿De dónde viene esto? Jasper…
―¡Eso es, de mí! Esto viene de mí, Jasper, tu hermano menor. No me gustan los hospitales, Edward. No me gusta la gente enferma. No quiero salvar la vida de personas con un bisturí, y no quiero ser como tú o papá. Yo no…

―Entonces, ¿qué quieres? ¿Huh? Parece que ya lo tienes todo pensado, niño grande, así que dime, ¿qué vas a hacer con tu vida?

―Quiero hacer música.

Dios, ayúdame. Volteándome, intenté encontrar las palabras, intente mantener la calma, pero podía sentir mi pulso acelerándose a un lado de mi cuello.

―Por favor, dime que estás jugando conmigo de nuevo ―dije finalmente―. Por favor, dime que esto es una estúpida broma.

―No es estúpido ni una broma. Es lo que quiero hacer. Ya me he reunido con una discografía y me pidieron una gira, y me voy en una semana.

―Y un infierno que vas a…

―Edward, tal vez no lo entiendes, ¡pero estoy enfermo y cansado de esperar y esperar tu bendición! Soy un adulto. Soy capaz de hacer esta elección por mi cuenta, y lo he logrado. ―Caminó alrededor de mí, de vuelta al ascensor.

―¿Y qué? ¿Simplemente vas a tirar todo tu duro trabajo? ¿Dejar todo e ir a cantar para vivir?

―Sí, y la única razón por la que el trabajo era duro, fue porque lo odiaba mucho. Lo hice porque quería que mi hermano mayor estuviera orgulloso de mí. Quería que él fuera feliz, porque sabía que hizo todo en el mundo por mí, para que creciera y compensara el hecho de que nunca conocí a mi padre. Me enseñaste a jugar béisbol y fútbol. Fuiste UNY, a pesar que lograste entrar a las mejores universidades del país, porque querías estar cerca de mí y mamá. Incluso después de decirte que estaba bien, elegiste la escuela de medicina de Yale, así podías conducir a casa cada pocos días para estar con nosotros. Siempre nos has cuidado, y desearía querer la vida que tú quieres para mí. De verdad. Desearía no estar decepcionándote ahora mismo, pero no soy como tú, Edward. No puedo vivir para otras personas. Simplemente no puedo. ―Entró al ascensor.

No estaba seguro qué decir. Tomando mis cosas y entrando a mi apartamento, estaba tentado de ir detrás de él. Estaba tirando a la basura su vida. ¿Por qué no veía eso?

Tomando una aspirina, me recosté en mi sofá, tratando de respirar y calmarme, pero mi dolor de cabeza no se detuvo.


Isabella

Esperé hasta cerca de las diez antes de, finalmente, juntar coraje para golpear su puerta.

Tomó un rato, pero finalmente abrió, llevando la misma ropa que en el trabajo por la mañana, sólo que más arrugada. Sus ojos se abrieron de par en par mientras me miraba fijamente y luego a su reloj.

―¡Isabella, lo siento mucho! ―Colocó su cabeza contra el dorso de la mano que sostenía la puerta.

―¿Puedo entrar? Traje comida china. ―Levanté la bolsa para que la viera.
Intentó sonreír.

―Isabella, estoy de un humor terrible…

―Lo sé. Los escuché, a ti y a Jasper. Estoy segura que todo el edificio los escuchó. Simplemente iba a dejarlo ir y pretender que no escuché nada si llamabas. Pero, luego sentí que iba a estar mintiendo. Estaba ansiosa por pasar tiempo contigo, así que, de mal humor o no, estoy aquí con comida.

Se hizo a un lado para dejarme entrar.

Caminé hacia la cocina, dejando la bolsa en el mostrador y sacando todo.

―No estaba segura qué querías, así que, como que traje todo lo que sonaba bien. A Vicky le encanta el lugar, entonces, yo… ¿qué? ―Me estaba mirando fijamente cuando me di la vuelta.

―Nada. Estoy un poco molesto conmigo mismo por dormirme, y tú te tomaste la molestia de todo esto. Estoy seguro que pensaste demasiado todo, desde ordenar comida hasta venir aquí ―respondió, caminando para traer platos.

―No estaba pensándolo demasiado. Preguntarme qué pedir es una preocupación válida. La mayoría de lo que comes es saludable, de todos modos, así que, ni siquiera estaba segura sobre la comida china. Pero es mejor que la pizza, ¿verdad?

Rió, negando hacia mí.

―La comida china es peor para ti, pero está bien, comeré cualquier cosa.

¡Debería haber pedido pizza!

―Y ahora estás pensando que deberías haber pedido pizza. ―Se rió, sacando la comida para ambos.

―Deja de hacer eso.
―Deja de hacer muecas y no podré saberlo. ¿Arroz o fideos?

―Siempre arroz ―dije.

Sus ojos se detuvieron en el pequeño regalo que también había traído. Estaba envuelto en papel marrón liso de mi apartamento.

Lo vi tratar de alcanzarlo, así que, lo aparté.

―Primero la comida ―dije, manteniéndolo en mi espalda.

Me dio una mirada extraña pero no dijo nada, tomé mi plato y fui a su refrigerador a buscar vino.

―Oh, no, ¿casi te quedas sin el vino de tu padre? Siento que es mi culpa.

―Ni de cerca. Mi mamá tiene toda una bodega llena en la casa. Además, sabemos cómo se hace. Siempre podemos producir más si realmente queremos ―respondió, tomando las copas y siguiéndome a la sala de estar. Se sentó cerca.

Una vez más, sonreí por su suave sofá.

―Algún día, cuando me mude a un lugar más grande, voy a comprarme el mismo sofá.

―¿Aún sigues usando tu apartamento como un estudio improvisado? ―Tomó un bocado y se detuvo, mirando su plato―. Esto es increíble.

―Cuando se trata de comida, nadie sabe mejor que Vicky. ¿No estuvo genial la comida de su boda?

―¿Pensé que no te gustaba el pescado?

―No, pero me niego a comer pescado que no sea de casa. Ni siquiera estoy segura por qué me molesto ―dije, tomando un bocado.

―¿Lo extrañas? ¿Cypress?

Asentí.

―Algunos días más que otros. Amo Nueva York. Después de vivir aquí por un tiempo, es algo difícil no hacerlo. Pero extraño los espacios abiertos, y la naturaleza. Una vez, cuando tenía nueve, nos topamos con una manda de ciervos, y recuerdo que quería llevarme uno a casa tanto, que lloré cuando mi papá me dijo que los dejara solos. Su razonamiento era que estaría triste si alguien pensaba que yo era linda y decidía llevarme a otra casa, lo cual es realmente horrible ahora que lo pienso, pero comprendí lo que quería decir.

―Las fotos que mostraste en la boda de Vicky fueron tiernas. Es totalmente como te imaginaba. Estoy seguro que debiste haberles dado un infierno de momentos a tus padres. ―Rió.
―En realidad, no. ―Suspiré―. Mis padres realmente nunca intentaron decirme no, así que, siempre intenté dar lo mejor de mí cerca de ellos.

―¿Por qué?

Dejando mi plato en su mesa de café, lo miré.

―Voy a contarte algo triste, pero, por favor, no te preocupes si todavía estoy herida o nada de eso. En su mayor parte, estoy realmente bien. ―Podía ver que se sentía un poco confundido―. Sólo digo esto porque te peleaste con tu hermano. Así que, cuando tenía doce años, mi hermano regresó de la universidad y les dijo a mis padres que no se sentía un chico. Dijo que odiaba ver a esta persona en el espejo que no era él. Lo estaba matando por dentro. Planeó convertirse en mujer, pero mi padre no lo toleró ―susurré la última parte―. Estaba tan enojado y casi tuvo un ataque cardíaco.

»Le dijo a mi hermano que nunca regresara a su casa… no hasta que “aclare sus ideas”. Mi hermano, lo intentó. Intentó todo lo que pudo por cambiar y ser más como mi padre quería, pero eso sólo hizo que se odiara más a sí mismo. Nadie hablaba de eso. Luego, un año más tarde, se suicidó, y apenas unos días después de eso, todos recibimos cartas por correo de él. La mía decía cuánto me amaba, y quería que fuera la mejor Isabella en la historia de Isabellas, y también que cuidara a su cachorro, Taigi. A mis padres, les dijo que los amaba, aunque sabía que les disgustaba y que esperaba que algún día pudieran perdonarle. Mi padre lloró durante semanas, y mi madre ni siquiera podía levantarse de la cama. ―Odiaba hablar de mi pasado. No se lo había contado a nadie, ni siquiera a Peter―. Cuando regreso a casa y abrazo a mi padre, siempre me pregunto si se arrepiente de lo que le dijo a mi hermano, si hubiese preferido tener dos hijas en lugar de una y un hijo muerto.

»La única razón por la que te estoy contando esto, y lamento hacer esta noche tan deprimente, es porque escuchar a Jasper se sintió como si escuchara a mi hermano. Lo mismo, sólo que esta vez es sobre música. ¿Realmente es lo mismo? No. Sí. No estoy segura. Todo lo que sé es que todos tenemos una vida, y es lo suficientemente difícil sin que las personas que amamos intenten detenernos de completar nuestros sueños. ¿Puede salir a la luz y fallar completamente como músico? Claro. Le sucede a millones de personas, y estoy segura que habrá suficientes que le dirán que no es bueno, o que nunca lo logrará. Créeme, lo sé, porque he conocido a todos ellos.

Muchos de ellos seguían esperando mi error.

―Sólo necesita que su hermano mayor lo ame de todas formas. Entiendo que lo amas y quieres que sea feliz, pero, si falla o no, simplemente necesita que estés en su esquina. ―Cuando terminé, le di el regalo que tenía envuelto.

Extendiendo los brazos, lo tomó, sin mirarme.

―Les mentí, a tu madre y a ti… bueno, y antes al mundo. Cuando pinté Susurros del este no era por mis abuelos. Era por mi hermano. Es sólo que nunca le conté a nadie sobre él, y no quería que mis padres se pusieran tristes si lo veían. El aniversario de su muerte es el viernes, y tu madre dijo que tu padre murió una semana después. Así que, hice una copia grande para ella, e hice copias pequeñas y encuadradas para ti y Jasper.
Edward
Mis manos temblaban mientras desenvolvía el papel, y cuando lo vi, sentí como si alguien estuviese apretando mi corazón. El cuadro era tan bueno que parecía una fotografía, y ella había dibujado una imagen de Jasper y yo como adultos, al lado de mi madre y padre. Todos estábamos riendo de algo, y se sintió tan real, como si realmente hubiese estado junto a nosotros.

―Isabella… ―Ni siquiera sabía qué decir, así que, dejé el cuadro junto a la lámpara y la besé. Mi mente se aceleró, sentía diez millones de cosas diferentes, y lo más grande de todo era simplemente estar con ella… mientras me dejara.

Se subió a mi regazo, y mis manos fueron debajo de su camiseta mientras las suyas se aferraron a mi cabello.

―Edward… ―gimió mientras me besaba el cuello―. Quiero esto contigo, pero lo quiero si tú lo quieres, no sólo a cambio de la pintura.

La volteé sobre su espalda y la miré fijamente.

―Quiero esto por todo lo que has hecho y más, porque me haces sentir… me haces sentir cosas que no puedo describir. Si me dices que me detenga, lo haré.

Abrió mi camisa, sonriendo.

―Veo que todo lo que corres da buenos resultados.

Saqué un condón de mi bolsillo trasero cuando me detuvo.

―Tomo la píldora ―respondió, y fue como música para mis oídos.

Sonriendo, la besé una vez más, mordiendo su labio inferior. Devolviendo el favor, rasgué su camiseta, besando ambos de sus pechos antes de pasar mi lengua hasta su estómago, quitándole los jeans y ropa interior.

―Ahh… ―gimió, extendiéndose para aferrarse al sofá cuando dos de mis dedos se deslizaron dentro de ella. Se retorció―. ¡Edward!
Se estremeció cuando la lamí. Su pierna en mi hombro, mi lengua se enterró en ella, saboreándola, bebiéndola, mis dedos nunca dejaron de moverse.

―Edward… ahh, Edward… yo… yo, ahh… no puedo ―dijo.

O por lo menos, eso pensé que dijo, pero no estaba seguro entre sus gemidos y sus manos empujando mi cabeza, manteniéndome para que continuara.

―¡Edward! ―Ella se vino, su cuerpo arqueándose hacia arriba.

Sentándome, limpié la comisura de mi boca, sonriendo al verla debajo de mí, su pecho subiendo y bajando con cada respiración.

―Bésame ―demandó.

¿Cómo podía negárselo? Su lengua se movió sobre la mía y gemí, sabiendo que podría saborearse a sí misma en mi lengua.

Con un leve empuje, pudo tumbarme sobre mi espalda, subiendo sobre mí. Cuando lo hizo, se quitó el sujetador, dejándolo caer al suelo junto a mí. Sentándome un poco, agarré sus pechos y llevé uno a mi boca. Jadeo cuando mordí su pezón.

―Edward… yo… te quiero ―dijo, deshaciendo mis pantalones y agarrándome.

Me estremecí en su cálida mano. Cuando me acarició lentamente, perdí el hilo de mis pensamientos.

―Isabella. ―Jadeé, dejando ir sus pechos y moviéndome en su mano.

―Te quiero dentro de mí. ―Besó mis labios rápidamente y repitió cada palabra.

Sosteniendo su cintura, mi respiración superficial, casi me vine cuando se bajó sobre mí.

―Mierda ―siseé.

Era tan jodidamente apretada, apretada alrededor de mí. Con sus manos en mi pecho, se movió sobre mí, su cabelló cayó a un lado, su boca medio abierta, gimiendo mi nombre una, otra y otra vez mientras lo hacía.

No podía soportarlo. A esta velocidad no. Empujándola sobre su espalda, levanté su pierna, entrando en ella una y otra vez, sus pechos rebotando con cada golpe.

―Oh, Dios ―gritó, sus manos en mis hombros―. ¡Edward… joder, sí!

Mientras más gritaba, más necesitaba escucharla y más rápido iba, al punto que la lámpara al lado del sofá cayó al suelo y el sofá se movió con nosotros, pero no me importó.
Su cuerpo se arqueó, y estaba de rodillas, tomando sus muslos. Apenas podía ver bien.

―Tan bueno… ―Era más que jodidamente bueno, su cuerpo estaba llevando al mío hacia la locura―. ¡Edward! ―gritó mi nombre, llevando a su segundo orgasmo.

Levantándola, sus brazos me envolvieron, golpeé más fuerte contra ella, y besó ambos lados de mi rostro. Y, debido a que era la mujer más cruel que jamás había conocido, me habló sucio.

―Fóllame duro, Edward ―gimió, mordiendo mi oreja―. No dejes que pare de gritar, bebé. ¡Quiero más! ¡Fóllame más! ―gritó, sus uñas clavándose por mi espalda.

Me está matando.

―Dios, desde que me besaste, Edward, he querido que me follaras de esta manera.

―Lo haré, repetidamente. ―Abrí más sus piernas, disfrutando cómo su cuerpo se arqueó haca el cielo y, abrazándome, no pude contenerme más―. ¡Ahh! ―Me vine, mis ojos cerrándose para evitar que la habitación girara.

Ambos nos quedamos allí, ninguno se movió, sus brazos alrededor de mi cuello y los míos en su cintura mientras ambos respirábamos profundamente.

Cuando finalmente se relajó, se sentó encima de mí, asegurándose que podía verla a los ojos.

―La próxima vez, debes gritar mi nombre ―susurró, besándome suavemente―. Quiero escucharte gritar Isabella mientras te vienes.

Sonreí, colocando mi mano a un lado de su rostro.

―No eres tan inocente como pareces.

Pasó su dedo sobre mi labio.

―Algunas personas se vuelven diferentes cuando beben o se drogan. Para mí, es el sexo. Es como si algo encajara en mi cabeza, y no quiero nada más que sigas moviéndote. Gracias, había olvidado lo mucho que extrañaba esto.

―Eres una perra… mi perra. ―Me preguntaba qué más averiguaría sobre ella.

―Fóllame de nuevo de esa manera, y seré lo que quieras, Dr. Cullen ―dijo suavemente mientras nos besamos de nuevo.

Gracias a Dios por ella.


Hola a todas perdón por no subir el capitulo ayer pero es que se complico un poco mi agenda y bueno he aquí el capitulo que les pareció ya dieron el segundo paso bueno muchas gracias por sus comentarios y por estar pendiente de la historia muchas gracias a todas.

10 comentarios:

Kari Salinas dijo...

Me encantó gracias por los capítulos

crysty.katy dijo...

ohh que fuerte lo del hermano
me engañaste con lo del adelanto del capitulo
pense que le iba a decir charlotte mientras lo hacian

cari dijo...

Estos niños tan traviesos me encantan dieron un paso mas y q paso 🔥😉😘😜❤ gracias

melina dijo...

me encanto. pobre bella. espero ed halla agarrado la onda

Kar dijo...

Que bien se acoplan en todos los sentidos, sabía en la cuestión del sexo no iba a ser la excepción, me gustaron ambos capítulos, te leo en los siguientes
Saludos y besos 😘😘😘😘

Anónimo dijo...

Woooow
En un día leí todos los capítulos!!! Está super genial el día. Por favor...espero la actualización Jajaja tu me distraes de estudiar anatomía
Xoxo

Laura Natalia dijo...

Bella tiene razon Edward debe apoyar a Jasper en el camino q el escoja.

Anónimo dijo...

Estoy enamorada de esta historiaaa��

Unknown dijo...

Llore mientras leia la historia del hermano de Bella y luego me cambio completamente el mood a uno más ardiente jajajaja

saraipineda dijo...

Moriiiiii jajajajaja me súper encantó hermosa triste por la historia de Isabela y ahora la desertación de Jasper claro ejemplo que Cómo familia hay que ser más de mente abierta y apoyar con ojos cerrados a quienes amamamos jajajajja son un par de salvajes a la hora del sexo jajajaja me encantó gracias gracias gracias gracias gracias gracias gracias gracias gracias

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