martes, 10 de julio de 2018

Un Alma Compartida Capitulo 22

Isabella

Durante un momento, pareció confundido.

—Cenamos juntos todas las noches.

Asentí.

—Lo sé. Esperaba que pudiéramos salir a cenar. Juntos, sólo nosotros dos. A algún lugar agradable.

Seguí adelante, porque él no parecía entender. Sólo continuaba mirándome, con la frente baja.


—Me pondré algo bonito. Tú te pondrás algo elegante. —Mi sonrisa se convirtió en una suave risa y sacudí mi cabeza con consternación—. No me lo estás haciendo fácil, cariño. ¿No puedes ver que te estoy pidiendo una cita?

Sus cejas se levantaron. No habló durante un tiempo, pero luego confirmó.

—Me lo estás pidiendo a mí, no a Jasper.

Parpadeé inocentemente.

—¿Por qué le pediría salir a Jasper? No me siento atraída por Jasper.

—Te sientes atraída por mí —pronunció, casi para sí mismo, como si necesitara una confirmación reiterada.

No me molesté con una respuesta. Ya le había dicho que era el hombre más guapo que conocía. No le dije que era sexy como el infierno y que me había masturbado con el recuerdo de su cuerpo desnudo mientras él entraba a la ducha, pero estaba segura de que lo sabría, eventualmente.

—Sí —respondió en voz baja—. Sería un honor cenar contigo, Isabella.

Separé nuestras manos entrelazadas y sostuve su palma abierta en mi mejilla. Mi sonrisa se volvió más amplia a medida que le preguntaba deliberadamente:

—Edward. —Bajé las pestañas—. ¿Vas a besarme esta noche?

Él pasó su pulgar sobre mis labios. Con sus ojos en el premio, preguntó con voz ronca:

—¿Quieres que lo haga?

Aterricé un pequeño beso en la yema de su pulgar y él lo presionó ligeramente contra mis labios mientras yo susurraba con voz ronca:

—Sí. Mucho.

—Yo también —admitió—. Y sí, creo que lo haré.

Eso era demasiado. Quería chillar de emoción, pero tuve la repentina sensación de que estaría enferma, así que me lo tomé con calma. Tomando su mano de mi mejilla, presioné un beso suave en el centro de su palma.

—No puedo esperar. ¿A qué hora?

Por primera vez desde que lo había conocido, a Edward parecían faltarle las palabras.

—Um…

—¿A las seis? —indiqué.

—Sí. A las seis.

—Genial. —Sonreí y me moví para salir del dormitorio, deteniéndome en la puerta abierta y girándome—. ¿Edward?

Levantó la cabeza para centrarse en mí.

Me apoyé en el marco de la puerta y admití:

—He estado imaginando cómo te verías en vaqueros. —Me enderecé y le guiñé el ojo—. ¿Quién sabe? Tal vez te pondrás vaqueros esta noche —bajé la mirada hacia sus largas piernas—, para mí.

Sin dudarlo.

—Está bien.

Mi sonrisa se ensanchó, le lancé un beso desde la puerta, me apresuré a bajar las escaleras y corrí todo el camino hacia la casa de Alice.

¿Cuál era el proceso antes de salir en una cita?

No tenía ni idea, pero sabía que Alice lo haría.

***

Me puse un vestido negro con una falda de tubo que llegaba a mis rodillas y un cuello alto que no mostraba nada de mi inexistente escote. A pesar de que estaba cerca de mi peso ideal, no tenía bastante allí todavía, pero mis rodillas ya no eran protuberantes y tenía carne donde la carne debería haber estado. Mis pechos todavía tenían que ponerse al día con el resto de mi cuerpo. Mi trasero, sin embargo, lo estaba haciendo bien.

Sabiendo cómo caminaba en tacones, Alice me abrochó un par de sandalias de tiras negras de cuero, y llevaba una chaqueta blanca encima. Me dejé el cabello suelto ondulado pero domesticado, fluyendo por mi espalda. Alice me prestó un bolso para poner mi teléfono y brillo labial, y estaba lista para salir.

Esperé hasta las cinco cincuenta antes de caminar de regreso a la casa. Utilizando la llave que Edward me había dado, abrí la puerta principal y entré justo mientras Edward estaba bajando las escaleras.

Mi aliento me dejó en un silbido. Tuve la suerte de que me aferré a la manija de la puerta, o de lo contrario me habría encontrado tendida en el suelo desmayada.

Edward había encontrado sus vaqueros.

Oh, habrase visto.

Jesucristo, le quedaban como un guante. Su cabello bien peinado, como siempre, no se había afeitado, dejando una agradable barba de un día jugando en su mandíbula. El suéter gris que llevaba, empujado hasta los codos, era ajustado y con estilo, y esos vaqueros negros…

Oh, Dios. Se veía increíble.

Mi corazón latió más rápido y mi lengua comenzó a hincharse.

Hacía calor aquí. Luché contra el impulso de abanicar mi rostro.

Sonreí tímidamente.

—Hola.

Sus ojos me devolvieron la sonrisa.

—Hola. —En el último escalón, sus ojos recorrieron mi cuerpo—. Te ves impresionante, Isabella.

—Y tú… —Era sofocante aquí adentro—. En vaqueros. —Mis ojos se ampliaron mientras sonreía y respiraba—. Vaya.

Sus mejillas adquirieron un tinte rosado. Se aclaró la garganta y preguntó:

—No estoy mal vestido, ¿verdad?

Dulces mantecadas, si se cambiaba esos vaqueros, lloraría durante la cena, derramando lágrimas en mi comida, y comiéndolas porque estaba hambrienta y no era muy exigente.

Di un paso hacia adelante y salí disparada:

—No, en absoluto. Te ves… —sexy como un caramelo—, muy guapo, Edward —seguí—. No te cambies.

Estaba ligeramente avergonzada cuando dije:

—Me gustas en vaqueros.

Él me encontró en la puerta, estirando su mano. La tomé, entrelazando nuestros dedos. Me miró.

—¿Lista?

Edward me condujo fuera de la casa y por los escalones de la entrada. Dejé escapar un suspiro inquieto.

—Lista como siempre lo estaré.

***

La cena fue un asunto tranquilo. Edward nos llevó a un pequeño lugar ruso en un callejón en la ciudad.

Estaba emocionada. Parecía como si él se hubiera esforzado, deseando que experimentara una parte de él, por pequeña que fuera.

Sostuvimos nuestras manos hasta después de que nos sentamos. Edward hizo preguntas sobre mí, y yo respondí cada una de sus preguntas con entusiasmo, sólo haciéndole las preguntas más básicas. No quería asustarlo. Me había enterado que tanto su madre como su padre eran inmigrantes rusos, que a Edward le gustaba hacer deporte, pero no verlos, que prefería la mermelada de moras a las otras, que tenía primos en Nueva York a los que adoraba, que le gustaba leer en lugar de ver televisión, y que tenía un título doble en negocios y matemáticas, los cuales completó a la edad madura de veintiún años.

Ordenamos unos cuantos platillos diferentes y los compartimos. Edward insistió en que pidiéramos stroganoff, que era ligero y cremoso, y la carne estaba cocinada hermosamente hasta la incitación. Después ordenamos el blini, que eran finas crepas con una variedad de rellenos, desde salmón ahumado hasta queso crema, crema agria y caviar. Por último, pedimos el pelmeni, y eran deliciosas bolas de masa hervida rellenas de cordero picado, ajo y hierbas.

Acabamos con todos los platillos, incluso aunque ordenamos para seis personas. Y, maldito Edward, ¡incluso la forma en que comía era sexy!

Edward se estiró por el último pelmeni, pero debió haber visto la mirada triste en mi rostro. Negó con la cabeza, su labio podría haber temblado (o tal vez lo imaginé), y colocó la última bola de masa hervida en mi plato.

La comí con nada más que una sonrisa, y Edward continuo observándome, con un aspecto suave en su rostro. Una vez que terminamos, extendió la mano a través de la pequeña mesa, y con una sonrisa tímida, puse mis manos en las suyas.

Las sostuvo en silencio, acariciando sus pulgares sobre los míos.

Oh, chico. Estaba lista para ese beso.

Revisó su reloj.

—¿Deberíamos irnos? Empezamos a trabajar en cuarenta y cinco minutos.

Me puse de pie rápidamente.

—Sí, estoy lista.

¡Lista para que me beses hasta la mierda!

Edward se hizo cargo de la cuenta, envolvió mi mano en la suya, y luego caminamos hacia el coche.

—Nuestra cita… fue agradable.

—Sí —murmuré en acuerdo—. Deberíamos hacerlo de nuevo.

Él soltó mi mano, ayudándome a entrar en el coche.

Hmmm.

Ningún beso.

Condujo en silencio, mis dedos jugando con los suyos a través de la consola central. En poco tiempo, estábamos en el club y saliendo del coche.

Eso era todo. Podía sentirlo.

Esperé a que él abriera mi puerta, saliendo con gracia, le sonreí y sus ojos regresaron el sentimiento. Colocó su brazo alrededor de mis hombros, tirando de mí a su costado.

—Vamos. Tenemos trabajo que hacer.

Entendía eso. No soñaría en ser poco profesional, no cuando me habían dado esta oportunidad cuando literalmente no tenía nada. Y, sin embargo, mientras entrábamos al club, la decepción me llenó, y un pensamiento rodeó mi mente.

¿Dónde está mi maldito beso, Cullen?

El servicio era lento esa tarde. Aunque sólo teníamos cuatro de las mesas más pequeñas vacías, todos podíamos sentir la falta. ¿Estaban todos los clientes que nos había ganado El Beso de Afrodita perdidos para siempre?

El pensamiento me asustaba como el demonio, siendo que significaba que yo me quedaría sin trabajo. No me podía permitir quedarme sin trabajo. Tenía un tema muy delicado que traer a colación con Edward. Ese tema siendo el que yo me mudara de su casa.

Había estado yendo secretamente a donde Alice por las mañanas y buscando una casa. Habían unas cuantas buenas opciones, pero no tenía los ahorros suficientes en solo seis semanas para asegurarme gastar todo mi dinero de una sola. Necesitaba al menos otras dos o tres semanas para estar en una posición cómoda. No quería estorbarle a Edward. Él no había hecho nada distinto que apoyarme desde que me encontró, y estaba empezando a pensar que me estaba convirtiendo en una molestia.

¡Maldita sea Rosalie y sus comentarios de esta mañana!

Estaban atormentándome.

Cuando Edward y yo entramos en el bar y nos separamos para dirigirnos a nuestras áreas designadas, Alice me detuvo antes de que me pusiera detrás del bar.

—¿Qué le hiciste a mi hermano? —Era una acusación, si había llegado escuchar una alguna vez.

Mi ceja se elevó.

—¿A qué te refieres?

Se giró, moviendo sus brazos en dirección a Edward. Luego se inclinó hacia mí y susurró-silbó:

—¡Está usando jeans! —Sacudió su cabeza, ojos amplios—. ¿Qué demonios?

Oh, eso. Puse mis ojos en blanco.

—Le pedí que los usara. Nunca lo había visto en jeans. Se ve genial en ellos, ¿no te parece? Mucho más accesible. —Me giré para mirarlo en el momento exacto en que él se giraba para mirarme a mí. Le sonreí y lo salude tímidamente con la mano—. Ese trasero, sin embargo. Grrr.

Edward me guiñó un ojo.

Malditamente me guiñó un ojo.

Y mi estómago se volcó.

—Ewww —murmuró Alice, luego su voz se volvió más gentil—. No puedo creer que esté usando jeans. No sé qué es lo que le estás haciendo, pero sigue. Se ha relajado muchísimo desde que llegaste aquí, kukla.

Yo estaba demasiado triste para registrar que acababa de darme un gran cumplido. En vez, hice un puchero.

—Él dijo que iba a besarme esta noche. —Me giré para mirarla—. No me ha besado todavía. Lo quiero tanto que duele.

Los ojos de Alice se ampliaron.

—Voy a fingir que no estamos hablando de mi hermano por un minuto, y voy a decirte que si quieres algo, vas a tener que luchar por ello. —Se inclinó contra el bar—. Esas son las reglas.

Mi boca se abrió sorprendida mientras la miraba fijamente.

—¿Hay reglas? ¿Por qué no sabía esto?

Ella se encogió de hombros.

—Eras una indigente. No creo que la gente indigente conozca las normas.

Chasqué mi lengua y mordí mi pulgar.

—Que maldigan el ser indigente al infierno.

Alice me dio un empujón suave con una risita. Me gustaba cuando bromeábamos así. Era tranquilizador. Se sentía tan normal el tener un amigo con el que hacer chistes, y sin embargo era algo tan extraño para mí.

Me uní a Zafrina detrás de la barra y, con un abrazo rápido de saludo, empezamos a trabajar. No pasó mucho de mi turno antes de que Jasper me dijera que Emmett me quería en su oficina.

Emmett me ponía nerviosa. Siempre parecía que tuviera un motivo ulterior para actuar. Tal vez estaba oculto para el público general, pero yo había conocido mucha gente así en las calles y los podía identificar a kilómetros de distancia.

Toqué la puerta antes de entrar.

—¿Querías verme?
*******************************************
Hola a todas perdon or no subir ayer pero ayer si me sentia mal y ya no me dio chance recuerden hoy es martes de adelantos ahora mandare mi delanto del proximo capitulo . buenos nos vemos mañana.

12 comentarios:

Karina dijo...

Hay no muy corto para la espera y como q fuera película de suspenso que pasooo????

Kar dijo...

Hola hola Annel por favor como dejas el capítulo así y yo también me quede con ganas de beso ji ji veremos que nos trae el adelanto de hoy
Gracias por el capítulo nena te leo en el siguiente
Saludos y besos 😘😘😘

Kari Salinas dijo...

Que quiere Emmett muy buena su cita gracias por el capítulo

MELANY dijo...

K habrá pasado la habrá acusado Rose 😑 o tiene k ver con Charlie 😲😲😲

TataXOXO dijo...

Me encanta que Edward haya sido tan lindo en la cita con Bella... pero y el beso???
Ufff espero que Emmett no le vaya a decir nada malo a Bella!!! :(
Besos gigantes!!!
XOXO

carola dijo...

Y el beso? Yo tambien lo estaba esperando! :(

Unknown dijo...

Ohhh faltó el.besooooooo

Chayley dijo...

Nooo! Fue muy corto. Y el beso? Y ese final... me asustó. Besos...

Anónimo dijo...

vayaaaaaaaaaaaa
de solo pensar en ed con jeans negros
me pongo babosa como bella
ajjajaja me encanto la cita
como lo pasaron bien y compartieron
tambbien me esperaba ese beso
pero quizas sera mas tarde
la noche aun no se termina
que demonios pasa con emmett
en serio uno de los pocos fic donde el osito
no es uno de mis favoritos
y siempre es asi
esperemos no sea nada malo
un abrazo y gracias por el cap <3

saraipineda dijo...

Joder y el besooooooooo jajajaja que querrá ahora Emmet me pone de nos nerviooooossssss

cari dijo...

Edward tan lindo no pensó q Bella le pidiera la cita a el ❤ tan tontito y lindo se puso vaqueros x q Bella se lo pidió yo creo q este ratón si q tiene muchas influencia sobre el una cita linda y sin beso yo creo q ese beso llegara aun no termina la noche 😉😘 oso baboso no lastimes a Bella ya deja de ser un malvado con ella, gracias Annel 😘💕

Unknown dijo...

Aww!!! Edward tan tierno, conociéndose poco a poco pero al igual que bella sigo esperando el beso!!!! Y luego imaginarme a edward en jeans 7u7 #babitasaliendo, como dice bella si en traje se ve excito en jeans se ve más accesible ;)
Y ese Emmet ahora que tramará... me esperaré al viernes para leer el próximo cap por qué luego los fines de semana, no tengo que leer XD
Y una duda... la nueva adaptación??? No eran las actus los martes y jueves???
Graciás!!! :D
Sigo al pendiente!!!

ORACION A MI SEXY VAMPIRITO

Edward de mi guarda
De mi sexy compañia
Bebete mi sangre
De noche y de Dia
Hasta que caiga en tus brazos
Y sea tu marca de heroina