viernes, 22 de julio de 2011

EL ARTE DE LA SEDUCCION

Epílogo
Hay en ti todo lo que creemos de los cielos,
Asombroso fulgor, pureza y verdad,
Alegría eterna y amor imperecedero.
Thomas Otway

Dos años después...
—Mujeres.
Edward apartó los ojos de la luna llena que contemplaba en el cielo y vio a
Emmett caminando hacia él con expresión malhumorada.
— ¿Qué pasa, Stratford? Creo haber oído ya antes ese lamento.
Emmett se detuvo junto a Edward y lo miró con el ceño fruncido antes de volver los ojos hacia la mansión de los Carlisle, que brillaba como un faro, con las luces encendidas en todas las plantas haciendo que la casa de sus antepasados resplandeciera como una magnífica joya contra el telón de fondo del aterciopelado cielo oscuro y la interminable extensión de tierra.
Era la noche de la fiesta anual de disfraces. Bella había obligado a Edward a disfrazarse de pirata; su mujer sentía cierto placer perverso en recordarle los juegos infantiles de ambos.
—Pues esta es tu vida ahora, Stratford. Será mejor que te acostumbres a ella. Tu primer hijo está en camino.
La expresión de Emmett se suavizó.
—Nuestro primer hijo. Que me condene si esas no son las palabras más dulces que he oído jamás. Voy a ser padre, viejo amigo. Padre. —Esbozó una sonrisa absurda, como si él hubiera inventado la paternidad. Pero Edward había sentido lo mismo.
—Es maravilloso.
— ¿Y cuándo se va a poner en camino el próximo pequeño Carlisle? Megan va a cumplir dos años en unos meses.
Edward seguía sin poder creerse su buena fortuna. Su hija era una bendición.
Meg era tan angelical como lo había sido su tocaya y tenía todas las hechuras para convertirse en una bribona como su madre, con su pendenciera personalidad, aquella cabecita llena de rizos oscuros y unos ojos de color azul pálido. Edward suponía que tenía unos cuantos años muy interesantes por delante.
— ¡Ah, no, eso sí que es el colmo! —gruñó Emmett—. Ahí está el puñetero de
Royce coqueteando con Rosalie. Ahora voy a tener que matarlo.
Edward se rió y observó a Stratford cruzar como una tromba el césped, listo para entablar batalla, pero derritiéndose en cuanto su mujer le acarició el hombro cuando se encontró con él en las escaleras.
Edward se preguntó dónde estaría su amante esposa. Seguramente le estaría dando a la hija de ambos la última toma antes de meter a la pequeña Meg en la cama.
A su excelencia le costaba bastante estar presente durante las tomas. La visión de su hija succionando el pecho de Bella hacía que su cuerpo respondiera de un modo no demasiado digno. Bella se reía de sus apuros al tiempo que sus ojos le prometían los placeres que él podría cosechar en el dormitorio.
Solo con pensar en lo que podía hacerle su mujer hacía que le ardiera la sangre, así que decidió que ya estaba bien de matar el tiempo en el jardín para evitar acercarse demasiado a la tentación.
Vio entonces una figura envuelta en una capa que salía de una puerta lateral y vislumbró un tobillo femenino. La escena le recordó de un modo sorprendente a otra noche.
Observó a la mujer mientras se dirigía a la cabaña de verano. ¿Qué se estaba tramando allí? Era obvio que se había corrido la voz sobre el escondite de los amantes. Pero, maldita fuera, ¡aquella era su casa! Si alguien iba a tener una cita secreta, ese iba a ser él.
El ruido de un discreto carraspeo hizo girar la mirada de Edward. Detrás de él se encontraba Hastings, tendiéndole una pequeña bandeja de plata.
— ¿Qué pasa, hombre? —dijo Edward de mal humor, su mirada volvió disparada a la cabaña cuando la mujer se metió dentro.
—Ha llegado una carta para usted, excelencia.
— ¿Una carta? ¿A esta hora? ¿De quién es?
—No estoy al tanto de esa información, señor. — ¿Era una sonrisa lo que había en el rostro del viejo bobo?
Edward lanzó un gruñido y recogió la misiva de la bandeja, le lanzó una mirada asesina a su mayordomo por la interrupción mientras abría el sobre... y después sonrió de oreja a oreja.
— ¿Buenas noticias, espero? —inquirió Hastings; lo que lo traicionó fue su expresión de mochuelo, indicándole a Edward que su mayordomo estaba conchabado con la persona que había escrito aquella carta. Por una vez, a Edward no le importó la intromisión del viejo sirviente.
—Yo diría que esto requiere un aumento en su salario, Hastings.
—Vaya, gracias, excelencia. Es usted muy amable, sin duda el más maravilloso de...
Edward ya se había fundido con la noche antes de que su mayordomo hubiera terminado la frase, con lo que se perdió la sonrisa de la cara de Hastings cuando dio la vuelta para regresar a la casa.
Edward se metió en la cabaña sin hacer ruido, agradeciendo el adiestramiento militar que le había enseñado el valor de moverse con sigilo.
Se topó con una hermosa mujer ataviada con la más transparente lencería, cosa que por un momento lo distrajo, antes de rodearle con fuerza la cintura con los brazos, sobresaltándola.
—Shh. No te resistas —le murmuró al oído sin permitir que se diera la vuelta—.
Ya te he capturado, mi lady Escrúpulos, y si no haces lo que te pido, me veré obligado a llamar al magistrado.
La mujer se removió entre sus brazos y frotó el trasero contra el bulto de los pantalones de Edward con gesto invitador.
—Haré todo lo que me pida, mi señor pirata —ronroneó al tiempo que le cogía las manos y se las iba subiendo hasta que le cubrieron los pechos y los pezones empujaron las palmas de las manos masculinas—. Solo tengo un ruego.
— ¿Qué es?
La mujer giró la cabeza para mirarlo; el amor, el deseo y todo lo que Edward podría haber esperado jamás se reflejaban en aquellos deslumbrantes ojos azules.
—Me gustaría que me dieras un niño que sea exactamente igual que tú.

muchas garcias por sus comentarios y apoyo y a lizzy por permitirme publicar esta adaptacion y espero me de permiso para mas jejejejeje :P 
gracias!!!


10 comentarios:

Ligia Rodríguez dijo...

Buen fin! Yo también espero que puedas subir más adaptaciones!!

lorenita dijo...

Me encanto la historia!!! espero pronto puedas poner otra adaptación!!! Gracias:)

brigitteluna dijo...

me encanto !!!!!!una historia muy linda

nydia dijo...

dios como me encanto esta historia y gracias a ustedes por publicar...Besos....

Caresme dijo...

Excelente adaptacion , muy buena en verdad

Unknown dijo...

aaaawww ya acabó T_T

me gustó mucho!!! ojalá publiques mas tan buenas como esta!!!

es cierto que me desesperé en algunos capis porq eran muy cabezotas pero el final lo compensó todo!!! Saluditos

Anónimo dijo...

aaa muy buena historia felicidades me encanto

fabiola León dijo...

Simplemente hermosa!!grax por la historia..
bess

joli cullen dijo...

hpla me los e leido de yiron me encanta

Anónimo dijo...

Me pregunto qué pasó con Victoria y sus hijos

ORACION A MI SEXY VAMPIRITO

Edward de mi guarda
De mi sexy compañia
Bebete mi sangre
De noche y de Dia
Hasta que caiga en tus brazos
Y sea tu marca de heroina