sábado, 4 de noviembre de 2017

Amarte en Secreto Capitulo 18

Capitulo 18

Antes de leer el capitulo un aviso importante este capítulo es largo ya que contiene partes del libro de Edward para que no se revuelvan cuando cambie pondré el inicio en paréntesis (libro de Edward).


Una simple oración, y cualquier pequeño progreso que había hecho este fin de semana intentando olvidarlo se fue por un tubo. Mi mano estaba temblando mientras escribía una respuesta.

 Quería que leyera su autobiografía en la que estaba trabajando. ¿Por qué ahora? De todas las cosas que podía decir, esta era la última que esperaba.

El pensamiento de encontrar todo lo que me pregunté sobre él era absolutamente emocionante y terrorífico todo a la vez… Mayormente terrorífico. Incluso aunque había ciertamente partes que me molestaban, ya sabía cuál sería mi respuesta. ¿Cómo podría haber dicho que no?

Me encantaría leerlo.

Edward: Sé que esto está fuera de nuestro campo, especialmente después de como dejamos las cosas.


 Su respuesta fue inmediata como si estuviera esperando la mía.

 Bella: Ciertamente no esperaba esto.

Edward: No confió en nadie más para que lo lea. Necesito que seas tú.

Bella: ¿Cómo me lo vas a enviar?

Edward: Puedo enviártelo por email esta noche.

¿Esta noche? Sabía sin duda entonces que definitivamente mañana llamaría para estar fuera del trabajo. No había manera de que me pudiera detener de leer una vez que comenzara. ¿En qué me estaba metiendo?

Bella: Esta bien.

Edward: No está terminado, pero está muy cerca.

Bella: Dentro de poco revisare mi correo electrónico por él.

Edward: Gracias.

Bella: De nada.

 Eché el resto de la botella en mi copa y no podía inhalar el suficientemente profundo aire de la noche. El olor del vecino que previamente era una apetecible barbacoa ahora me hacía enfermar.

Subí al balcón y a mi habitación a través de la ventana. Abriendo mi laptop, ansiosamente escribí mi correo electrónico y la contraseña muy rápido, teniendo que intentar varias veces antes de hacerlo correctamente.

Ahí en negrita en la cima estaba un nuevo correo de Edward Cullen. El asunto era un simple Mi Libro. No había mensaje en el cuerpo del correo, solo un documento de Word adjunto. Inmediatamente lo convertí a otro formato así podía leerlo en mi Kindle.

Sabía que esta historia iba a devastarme. Habría revelaciones que explicarían el comportamiento de Charlie y Edward entre ellos.

Lo que no esperaba era ser destruida por la primera frase.





( Libro de Edward)


Prólogo

La manzana no cae lejos

Soy el hijo bastardo de mi hermano.

¿Confundido aun?

Imagina como me sentí cuando esa bomba cayó sobre mí. Desde el momento en el que tenía catorce años, creo, esa revelación me definió.

Mi miserable infancia habría tenido un poco más de maldito sentido si no hubiera sido privado de ese detalle más temprano.

Se supone que el secreto nunca saldría a la luz. El plan era hacerme creer que el hombre que me degradaba por tanto tiempo como pude comprender palabras era mi padre.

Cuando dejó a mi madre por otra mujer, mamá posteriormente tuvo una crisis nerviosa y derramó la verdad una noche sobre como de hecho vine al mundo. Una vez que divulgaba todos los enfermos detalles, no pude descifrar que era peor: el hombre que siempre había creído que era mi padre o el donador de esperma que nunca tuve la oportunidad de conocer.

 La jodida historia de mi vida de hecho comenzó hace veinticinco años en Ecuador. Ahí es donde un hombre de negocios estadounidense quien emigraba de Irlanda, Carlisle Cullen, divisó a una hermosa adolecente vendiendo arte en la calle.

Su nombre era Esme Platt. Carlisle siempre tuvo una inclinación por el arte y las mujeres hermosas, así que quedó fascinado al instante. Con su exótica belleza y talento extremo, ella no se parecía a nadie que hubiera encontrado.

Pero ella era joven, y él se estaba yendo pronto. Eso no lo detuvo de ir detrás de lo que quería.

Carlisle era un superior en un centro neurálgico de café de los Estados Unidos. Le habían encargado supervisar la compra de unos cultivos fuera de Quito.

La única cosa que Carlisle estuvo supervisando era a Esme.
                                                                                                                                                 

Visitaba su carrito de la calle cada mañana y comprado una pintura cada día hasta que eventualmente, las había comprado todas. Las pinturas de Esme eran la principal fuente de ingresos para su familia grande y empobrecida. Todas las imágenes representaban vidrieras pintadas de memoria.

Carlisle se obsesionó con la chica más que con su arte. Su viaje se suponía que duraría solo tres semanas, pero lo extendió hasta seis.

Sin el conocimiento de Esme, Carlisle no iría a casa a menos que se la llevara con él.

 Incluso aunque ella era menor de dieciocho, él localizó a sus padres y comenzó a cortejarla con su aprobación. Les daba dinero y compraba regalos para cada miembro de la familia Platt.

 Habló con el padre sobre la posibilidad de llevársela a los Estados Unidos, donde él podría tomarla bajo su ala, ponerla en una escuela y ayudarla a construir una carrera de arte real. La familia estaba desesperada por que uno de los suyos tuviera ese tipo de oportunidad. Eventualmente aceptaron dejarla ir a América con Carlisle.

Esme se sentía cautivada y asustada del hombre mayor todo a la vez. Se sintió en obligación de ir con él a pesar de su temor. Era guapo, carismático y controlador.

Después de mudar a Esme a los Estados Unidos, Carlisle mantuvo su palabra. Se casó con ella cuando cumplió los dieciocho para facilitarle ser capaz de quedarse en los Estados Unidos, inscribiéndola en una escuela de arte además de clases de Inglés y uso sus conexiones para meter su arte en algunas galerías de arte de la zona de la Bahía. La única condición era sin decirla: Esme era suya. Él era de ella.

Lo que no sabía era que Carlisle tenía una familia… Una ex esposa quien acababa de mudarse a la ciudad con su hijo.

Una tarde, Esme pintaba en la habitación que Carlisle construyó para ese propósito.

Un hombre joven vestido con nada más que pantalones parecía de su edad apareció en la puerta del pasillo. Esme no tenía idea de quién era, solo que su cuerpo reaccionó instantáneamente a él.

 Él era más joven, más guapo que la versión de su esposo. Se sorprendió al saber que Carlisle tenía un hijo y que se estaría quedando en la casa por el verano.

Cada tarde mientras Carlisle trabajaba, su hijo, Charlie, se sentaría y observaría a Esme pintar. Comenzó como algo inocente. Ella le decía historias sobre Ecuador, él le presento la música más actual y la cultura Pop Americana… Cosas que Carlisle no podía relacionar con sus veinte años de diferencia.

Pronto, Esme se encontró completamente encantada y enamorada por primera vez en su vida. Charlie, quien siempre sentía que Carlisle lo había abandonado, no mantenía ninguna lealtad a su padre. Cuando Esme admitió que los sentimientos por su marido eran platónicos, Charlie no dudó de tomar completa ventaja.

Un día, el cruzó la línea y la besó. Desde ese punto no había vuelta atrás. Sus encuentros por las tardes fueron de inocentes conversaciones a citas sórdidas. Con el tiempo comenzaron a hablar de su futuro secreto. El plan era continuar su romance hasta que Charlie terminara la Universidad y no fuera más dependiente económico de Carlisle. Entonces, huirían juntos.

Mientras tanto, Charlie se mudó permanentemente a la casa de Carlisle para estar más cerca de ella y pretendía tener novias para aparentar frente a su padre. Charlie y Esme eran extremadamente cuidadosos hasta que una vez no lo fueron y calcularon mal el regreso de Carlisle de uno de sus viajes de negocios a Costa Rica.

Ese fue el día en que Carlisle encontró a su joven esposa follando con su hijo en su cama. Ese fue también el momento que desató la cadena de acontecimientos que dieron lugar a mi existencia.

Un enfurecido Carlisle encerró a Esme en el armario mientras molía a golpes a Charlie antes de patearlo fuera de la casa. Carlisle entonces presuntamente violó a mi madre en la misma cama que la encontró follando con su hijo. Para el momento que Charlie rompió la ventana, era demasiado tarde.

Exactamente lo que pasó después no está completamente claro porque los detalles que me dieron siempre han sido escasos. La única cosa que sé con absoluta certeza es que Carlisle nunca dejó la habitación con vida.

 Mamá dijo que se cayó y accidentalmente se golpeó la parte de atrás de la cabeza en medio de una pelea con Charlie. Sospeché que Charlie tal vez lo haya matado, pero nunca admitirá eso si fuera verdad. Sabía que protegería a Charlie hasta que muriera a pesar de la traición a su matrimonio.

 La policía nunca sospechó nada y se creyó la historia sobre Carlisle cayendo y golpeando su cabeza.

Debido a que vivían lujosamente y había puesto a Charlie y a Esme en la escuela, Carlisle no tenía dinero para dejarles. Charlie dejó la escuela y desechó sus sueños para tomar algunos trabajos.

Era realmente un mal tiempo para Esme descubrir que estaba embarazada. Sabía que no podía ser de Charlie ya que ellos fueron extremadamente cuidadosos con su protección.

El bebé era de Carlisle.

Charlie la amaba y se culpaba así mismo por la situación en la que estaban.

Él le rogó que se hiciera un aborto, pero ella se negó.

Sabía que nunca podría llegar a amar al producto de la noche en que su padre violó a Esme.
                                 

Tenía razón. No pudo, pero me educó como su hijo propio y de todos modos pasó el resto de su vida tomándola conmigo.

Así fue como Charlie se convirtió en mi padre y como me convertí en el hijo bastardo de mi hermano.
( fin del libro de Edward)
***
Eso fue sólo el prólogo y ya se sentía como un terremoto pasando a través de mi cabeza. No podía creer lo que acababa de leer.

 Mi mente y mi cuerpo estaban ahora en medio de una guerra, porque mientras mi corazón necesitaba un largo descanso antes de continuar, mi cerebro tenía una necesidad urgente de dar vuelta la página. Una vez que había empezado a leer, no dejé de dar vuelta a las páginas toda la noche.

 Hasta que llegue a la primera mitad del libro al amanecer. Leer sobre el abuso verbal que Edward sufrió a manos de Charlie era extremadamente doloroso. Cuando era niño, Edward se escondía en su habitación y se perdía en los libros para escapar de la realidad. Charlie a veces lo castigaba sin razón alguna y le quitaba sus libros. Una de esas veces, Edward comenzó a anotar una historia en un papel y descubrió que la escritura era un escape aún más satisfactorio. Podía controlar el destino de sus personajes, mientras que él no tenía control sobre la vida que se vio obligado a vivir en la casa de Charlie.

Siendo niño, nunca supo la verdadera razón detrás del odio de Charlie. La protección de Esme de Charlie era inaceptable y quería estrangularla a través de las páginas. Lo único bueno que alguna vez hizo, fue ir en contra de los deseos de Charlie en la compra de un perro para Edward. Lucky se convirtió en el consuelo de Edward y en su mejor amigo.

 Edward también relató el momento cuando se enteró de la infidelidad de Charlie. Se infiltró en la computadora de su padre y descubrió el amorío en línea con mi madre. Edward se sentía culpable porque fue quien le dio la noticia a Esme. Charlie se mudó poco después.

 La subsecuente ruptura de Esme abrió un nuevo conjunto de desafíos. Pasó a depender de Edward de la misma manera en que siempre había confiado en Charlie. Eso, junto con Edward descubriendo la verdad acerca de Carlisle y después la muerte de Lucky provocó una espiral descendente.

 Comenzó a fumar y a beber para lidiar con el estrés, desarrolló una adicción a los tatuajes como una forma de auto-expresión y se convirtió en un promiscuo sexual. Había perdido su virginidad a los quince con una chica artista del tatuaje después de haberla convencido de que tenía dieciocho.

Fue muy difícil para mí llegar a través de ciertas partes del libro, pero su brutal honestidad era admirable.

Leí directamente a través de ello hasta llegar al punto en el que absolutamente tuve que parar antes de continuar.

 Era el capítulo sobre mí.



(Libro de Edward)

Capítulo 15
Bella
Venganza.

 Eso era lo único por lo que iba a aguantar tener que pasar la mayor parte del próximo año viviendo con Charlie y su nueva familia mientras Mami “no estaba”.

El único consuelo iba a ser la satisfacción que provendría de hacer su vida miserable.
 Iba a pagar por poner a mi madre en el manicomio y por dejarme a recoger los pedazos. Ya había decidido que odiaba a su hija. Nunca la había conocido, pero me imaginé lo peor basado en su nombre por sí solo, que, irónicamente, rimaba con vendetta.

Bella.

Pensé que era un nombre feo.

 Estaba apostando que tendría una cara que coincidiera.

 Al segundo en que me bajó del avión, el smog y el mal olor de Boston fueron un gran gigante “jódete”. Había oído esa canción antes sobre el agua sucia aquí y no me sorprendió después de echar un vistazo alrededor.

Cuando nos detuvimos en la casa, al principio me negué a salir del auto de Charlie, pero hacía frío, y mis bolas se congelaban, así que finalmente me rendí y arrastré mis pies adentro.

 Mi hermanastra estaba de pie en la sala de estar esperándome con una enorme sonrisa en su rostro. Mis ojos inmediatamente se posaron en su cuello.

Jó.De.Me.

¿Recuerdas esa apuesta sobre la cara coincidiendo con el nombre? Bueno, al parecer, perdí la apuesta y a mi polla. Bella no era fea… en absoluto.

Esta revelación era un pequeño inconveniente en mi plan y estaba decidido a no tomármelo con calma.

Me recordé a mí mismo mantener una cara seria.

Su largo cabello rubio rojizo estaba atado en una cola de caballo que iba y venía mientras se movía hacia mí.

—Soy Bella. Encantada de conocerte —dijo.

 Olía suficientemente bien para comer.

Corregí la idea en mi cabeza: lo suficientemente bien para comer y ESCUPIRLA. No pierdas el enfoque.

 Su mano seguía suspendida en el aire mientras esperaba que la tomara. Ni siquiera quería tocarla. Eso sería sacarme más fuera de mi enfoque. Finalmente tomé su mano, apretándola con demasiada fuerza. No me esperaba que esta fuera tan condenadamente suave y delicada como la pata de un pájaro o alguna mierda así. Se estremeció un poco. La ponía nerviosa. Bien. Este era un buen comienzo.

—Te ves diferente… de lo que imaginaba —dijo.

¿Qué se supone que significa eso?

—Y tú te ves bastante normal… —repliqué.

 Deberías haber visto su cara. Ella pensó que estaba siendo agradable por una fracción de segundo. Lo corté de raíz cuando añadí la palabra “normal”. Luego, su sonrisa se sumergió en un ceño fruncido. Eso debería de haberme hecho feliz, pero no me gustó en absoluto.

 En realidad, era todo menos normal. Su cuerpo era exactamente mi tipo: pequeño, con pequeñas curvas. Su culito perfectamente redondo se extendía a través de un par de pantalones de yoga gris. No sería una sorpresa que hiciera yoga con un cuerpo así de apretado.

Y su cuello… No podía explicar lo que era, pero era la primera cosa que noté en ella. Me instaba a besarlo, morderlo, a envolver mi mano alrededor de él. Fue jodidamente raro.

—¿Te gustaría que te mostrara tu habitación? —preguntó.

Todavía estaba tratando de ser dulce. Necesitaba salir de allí antes de romperme, así que la ignoré y me dirigí a las escaleras. Después de un breve encuentro con Sarah, a quien siempre me he referido como madrastra, finalmente llegue a mi habitación.

Después de que Charlie entró para darme mierda por una buena media hora, me encerré a fumar y tocar un poco de música para ahogar el ruido en mi cabeza.

Luego, fui al baño a tomar una ducha caliente.

Rocié algún gel de baño femenino de granada en la mano. Había una esponja vegetal rosa colgando de una ventosa en la pared de azulejos. Apuesto a que era lo que ella utilizaba para limpiar su bonito culito. Lo cogí y lavé mi cuerpo con él antes de volver a ponerlo donde  estaba. La mierda de granada no era realmente suficiente para hacer el trabajo, así que usé el gel de baño de hombres para lavarme y así terminar.

 El cuarto de baño se llenó de vapor. Salí, y cuando secaba mi cuerpo, la puerta se abrió.

Bella.

Ahora era mi oportunidad para demostrar que no era todo ruido y pocas nueces.

Dejé caer la toalla al suelo para perturbarla. La idea era que correría tan rápido que apenas iba a ver nada.

En cambio, se quedó allí con los ojos pegados en el anillo de mi pene.

¿Qué demonios?

Ni siquiera trataba de alejarse mientras su mirada viajaba lentamente hacia arriba a mi pecho. Finalmente, después de lo que pareció una eternidad, era como que despertara y se diera cuenta de lo que hacía. Se dio la vuelta y se disculpó.

Pero en ese momento, estaba empezando a divertirme con ello, así que le impedí salir.

—Actúas como si nunca hubieras visto un chico desnudo antes.

 —En realidad, no lo he hecho.

Estaba bromeando, ¿verdad?

—Qué decepcionante para ti. Va a ser muy duro para que el siguiente chico este a la altura.

—¿Muy engreído?

—Tú dime. ¿No merezco serlo?

—Dios… estás actuando como…

—¿Un gran cretino?

Je je. Eso la hizo callar.

Luego, vinieron más miradas.

Ahora bien, esto se estaba poniendo incómodo.

—No hay realmente ningún lugar a dónde ir desde aquí, así que a menos que estés pensando en hacer algo, probablemente deberías salir y dejarme terminar de vestir.

Finalmente se fue.

 Esperaba por Dios que ella estuviera bromeando. Si nunca había visto a un chico desnudo antes de esto, lo que yo acababa de hacer era realmente jodido.


***

Un par de días más tarde, la había escuchado diciéndole a su amiga que pensaba que era caliente “tan jodidamente caliente”, para ser exactos. Honestamente, a pesar de que sabía que tenía algún tipo de efecto sobre ella, no estaba muy seguro de si era atracción física. Así que al escuchar que era un poco más, cambie de juego. Lo bueno: Sabía que podía utilizarlo para mi beneficio. Lo malo: Estaba increíblemente atraído por ella, también y tenía que asegurarme de que no lo supiera.

Vivir en la casa parecía ser un poco más fácil cada día. Aunque nunca lo habría admitido, ya no era exactamente miserable, ni mucho menos.

Disfrute en hacer pequeñas cosas para meterme con ella, como el robo de toda su ropa interior y su vibrador. Bueno, tal vez eso no era una cosa tan pequeña. En general, sin embargo, empecé a darme cuenta de que la motivación detrás de mis acciones no era lo que yo pretendía originalmente.

Vengarme de Charlie era apenas una idea postergada ya. Ahora, me metía con Bella simplemente para llamar su atención.

 En cuestión de días, me había olvidado por completo de mi “plan malvado”.

 Una tarde, sin embargo, la mierda se hizo real cuando traje intencionadamente a una chica de la escuela al Kilt Café donde Bella trabajaba. Lo admitiré; no tenía ningún problema para conseguir chicas y había estado con algunas de las más calientes en la escuela durante el primer mes. Pero todas me aburrían. Todas me aburrían, excepto conseguir algo más de mi hermanastra.

 Bella nunca me aburrió.

La primera cosa en la que pensaba cuando me levantaba por la mañana era en cómo iba agitar sus plumas luego.

Ese día en el café no fue la excepción, pero fue un punto de inflexión y uno del que no podía dar marcha atrás.

 Bella esperaba en nuestra mesa y había sido intencionalmente para darle un momento difícil. Terminó tratando de vengarse vertiendo mucha salsa picante en mi sopa. Cuando lo descubrí, me tragué toda la cosa a pesar de ello. A pesar de que ardía como el infierno, no me dejé mostrarlo. Estaba tan impresionado con ella que podría haberla besado.

Así que, lo hice.

Bajo el pretexto de tomar represalias, utilice la sopa como una excusa para arrástrala a la esquina de un pasillo oscuro y hacer lo que había querido durante semanas. Nunca olvidaré el ruido que hizo la primera vez que la agarré y reclamé su pequeña boca húmeda con la mía. Era como si estuviera muriendo de hambre por ella. La podría haber besado todo el maldito día, pero esto debía parecer como si se tratara sobre la salsa caliente y no el beso. Así que, a regañadientes me aparte y fui de nuevo a la mesa.

 Estaba duro como el infierno, y eso no era bueno. Le dije a mi cita que me reuniría con ella afuera para que no se diera cuenta.

Tuve que hacer que parezca que lo que había pasado no me afectó y tenía que reforzar rápidamente la idea de que se trataba de una broma. Había estado cargando la ropa interior de Bella conmigo durante días a la espera de la oportunidad perfecta para burlarme de ella. Así que le dejé la tanga como parte de su propina, con una nota sugiriéndole que se cambiara por ellas porque probablemente las que tenía estaban un poco mojadas.

Me hubiera gustado poder haber visto su reacción.

***

Estábamos empezando a pasar más tiempo juntos. Ella vendría a mi habitación y jugaríamos videojuegos, y yo miraría a hurtadillas su cuello cuando no me miraba.

Reproducía el beso en mi cabeza constantemente, a veces incluso cuando estaba con otras chicas.

Bella y yo podríamos estar comiendo helado juntos, y las ganas de lamer la comisura de su boca era enorme.

Podía sentir cómo me enamoraba de ella en más de un sentido, y no me gustaba.

No sólo estaba atraído por ella, pero era la primera chica cuya compañía realmente disfruté.

 Necesitaba mantenerme bajo control, sin embargo, desde que ir más lejos esto con ella no era una opción. Así, seguí trayendo chicas a casa y pretendí no tener sentimientos por Bella.

Funcionaba bien hasta que me enteré que iba a una cita con un chico de la escuela: Mike. Él era malas noticias. Su amiga terminó pidiéndome unirse a ellos en una cita doble, y aproveché la oportunidad de mantener un ojo en las cosas.

La cita había sido una tortura. Teniendo que ocultar mis celos, me vi obligado a sentarse y ver mientras este imbécil puso sus manos sobre ella. Al mismo tiempo, la amiga de Bella, Victoria, estaba encima de mí, y no había ningún interés por mi parte. Sólo quería llevar a Bella casa con seguridad, pero la noche se convirtió en mucho más de lo que esperaba. Antes de que todo hubiera terminado, casi puse a Mike en el hospital después de que él hubiera confesado que había hecho una apuesta con el ex de Bella que podría desvirgarla. Estallé. Nunca en mi vida sentí la necesidad de proteger a alguien como quería protegerla.

Al día siguiente, Bella devolvería el favor de una manera grande.

Charlie interrumpió en mi habitación y fue con una de sus diatribas abusivas. Ella escuchó y me defendió una manera que nadie lo había hecho. A pesar de que yo fingía estar demasiado borracho como para recordarlo, me aferré a cada palabra hasta que lo echó de la habitación.

Pensándolo bien, estoy bastante seguro de ese fue el momento en que me enamoré de ella.

***

Ese mismo fin de semana, nuestros padres salieron. Fue un mal momento porque mis sentimientos por ella estaban en su punto más alto. Inventé una historia acerca de ir a una cita para que no tener que quedarme a solas con ella.

 Esa noche, me despertó a la mitad de un sueño. Había estado teniendo una de mis pesadillas sobre la noche que mami casi se suicidó.

Traté de aligerar el ambiente porque debo haber parecido como un loco. Le dije algo a ella como—: ¿Cómo puedo saber no estás tratando de aprovecharte de mí en el medio de la noche?

Fue una broma.

 Ella comenzó a llorar.

Mierda.

Caí en un nuevo nivel de bajeza.

 Todas las groserías que le tiraba para ocultar mis verdaderos sentimientos habían hecho estragos en ella. Tenía que parar, pero sin los insultos y chistes para ocultarme detrás, esos sentimientos se convertirían en evidentes.

 Cuando huyó a su habitación, sabía que el sueño no iba a ser posible hasta que yo, al menos, la hiciese sonreír de nuevo. Tuve una idea y agarré su consolador que había estado escondido y lo llevé a su habitación. Empecé a hacerle cosquillas con él.

 Eventualmente, cedió a la risa. Pasamos el resto de la noche acostado en su cama hablando. Esa fue la primera vez que realmente me abrí y cometí el error de admitir mi atracción por ella.

Trató de besarme, y cedí. Se sentía tan bien el probar su boca de nuevo y no tener que fingir que no era real. Agarré su cara y tomé el control de la misma. Me dije que nada malo iba a pasar siempre y cuando podía dibujar la línea en la que se besa. Casi me había convencido cuando me derribó con palabras que me arruinarían.


—Quiero que me enseñes cómo follas, Edward.

 Me asusté y la empujé fuera de mí. Fue la cosa más difícil que he tenido que hacer, pero era necesario. Le expliqué que no podríamos dejar que las cosas fueran tan lejos.

 Traté muy fuerte después de que distanciarme. Sin embargo, esas palabras resonaron en mi cabeza por la noche, en la ducha, prácticamente todo el día. Perdí el interés en otras chicas y prefería masturbarme con pensamientos explícitos del cumplimiento de la petición de Bella en formas que nunca podría haber imaginado.

***

 Pasaron las semanas, y estaba desesperado en volver a conectar con ella de alguna manera. Decidí que la dejaría leer mi libro. Después de que lo terminó, me escribió una nota que selló en un sobre. Tenía miedo de ver lo que decía, postergué el abrirlo.

Entonces, llegó la noche cuando todo cambió.

 Bella había salido en una cita. Sabía que el tipo en particular era inofensivo, así que no me preocupaba por ella esta vez. Estaba preocupado por mí. A pesar de que no podía tener a Bella, no quería que nadie más la tuviera, tampoco.

 Lo observaba desde la ventana mientras se dirigía a la puerta con flores. Que maldito marica. Tenía que hacer algo. Cuando llegó arriba para ir al baño, lo abordé en pasillo. Le di un par sus bragas y le dije que Bella los había dejado en mi habitación. Fue un movimiento estúpido, pero me encontraba desesperado.

 Me molestó aún más cuando se fue con él. Cuando me envió un mensaje desde el coche, le pedí que volviera a casa. Pensó que bromeaba. No lo estaba. Sólo había perdido mi fuerza de voluntad por un segundo.

Poco después, el teléfono sonó, y estaba seguro de que era Bella.

Me dio terror después que me di cuenta que era mi madre.

Me llamó para decirme que estaba de vuelta a California, que había sido liberada de la rehabilitación. Me entró el pánico porque no debería haber estado sola en su estado de ánimo. No sabía qué hacer, porque sabía que tenía que regresar de inmediato ahora.

No quería dejar a Bella.

 Pero tenía que ir.

Le envié un mensaje para que regresara a casa de su cita, que algo había sucedido. Afortunadamente, que esta vez escuchó.


Sabía que tenía que decirle la verdad sobre por qué me iba. Cuando vino a mi habitación, se veía tan hermosa en un vestido azul que abrazaba su pequeña cintura. Quería tomarla en mis brazos y nunca dejarla ir.

 Le dije todo lo que pude sobre mami esa noche porque tenía que saber que no fue mi decisión irme.

 Todo sucedía tan rápido. Le dije que se fuera a su habitación porque no podía confiar en mí mismo. Después de mucha persuasión, finalmente escuchó. Realmente era mi intención de hacer lo correcto y se mantenerme alejado de ella esa noche.

Me sentía solo y ya la extrañaba a pesar de que solo estaba en el cuarto de al lado. Decidí abrir su carta, esperando encontrar algunas correcciones gramaticales y pequeñas críticas sobre mi libro.

 Ella dijo que las cosas en esa carta que nadie me había dicho nunca a mí en toda mi vida, las cosas que necesitaba oír: que tenía talento, que la inspiré a seguir sus propios sueños, que me respetaba, que se preocupaba por mí, que no podía esperar a leer más, que se enamoró de mi escritura, que estaba tan orgullosa de mí, que creía en mí.

Bella me hizo sentir cosas que nunca había sentido antes. Me hizo sentir amado.

Amaba esta chica, y no podía hacer nada al respecto.

Sin pensarlo bien, llamé a su puerta y decidí darle lo que me había pedido.

 Podría entrar en detalles acerca de todas las cosas que Bella y yo hicimos esa noche, pero para ser honesto, no es algo que me siento cómodo escribiendo por lo mucho que significaba para mí. Confió en mí lo suficiente como para darme algo que nadie más lo hará alguna vez. Esa noche era sagrada para mí, y espero que ella se dé cuenta de eso.

Lo único que puedo decir es que nunca olvidaré tal mirada en su rostro. Sus ojos se habían cerrado, y fue la forma en que los abrió y me miró en el primer momento que estaba totalmente dentro de ella.

Al día de hoy, todavía no me he perdonado a mí mismo por dejarla la mañana siguiente. Nunca me había sentido tan apegado a nadie. Completamente se entregó a mí. Era mía, y la aparté. Dejé que la culpa y una arraigada necesidad profunda de proteger a mi madre con el fin de justificar mi existencia, a ganar mi propia felicidad.

 No creo que alguna vez Bella se dio cuenta de que la amaba mucho antes de esa noche.


 Mientras escribo esto, lo que definitivamente no sabe es que unos años más tarde, volví por ella, pero ya era demasiado tarde.
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que les parecio la despedida y ahora el libro de su autobiografia toda via falta mucho del libro de edward nos quedan 3 capitulos mas el epilogo para llegar a final de la adaptacion.
muchas gracias por leer y por sus comentarios nos vemos el lunes con los dos penultimos capitulos.

2 comentarios:

cari dijo...

Edward es tan bipolar q dan ganas d patearlo, solo confía en ella y la trata mal es la única q lo trato con amor y respeto , gracias ;)

Belu dijo...

Siento una especie de amor-odio hacia Edward ... me da bronca como trata a bella y a su vez (si bien me encanta la pareja) me hubiese gustado que Bella superara su enamoramiento hacia Edward así el no tendría el poder para hacerla sentir tan mal... Espero el próximo capituló ansiosa ! :)

ORACION A MI SEXY VAMPIRITO

Edward de mi guarda
De mi sexy compañia
Bebete mi sangre
De noche y de Dia
Hasta que caiga en tus brazos
Y sea tu marca de heroina