jueves, 18 de enero de 2018

Dulce Arrogante Capitulo 24

Capitulo 24
Edward
¿Te sientes bien? —Me había quedado atascado con Bret Allanadle durante tres cuartos de hora. Encontrando a Isabella en el patio mirando la puesta de sol sobre el agua, envolví mis manos alrededor de su cintura y me puse detrás de ella.

—Estoy bien.

Sin pensarlo, mis dedos acariciaron su vientre plano. Había gente rodeando el patio, así que bajé la voz.

—Pensar que mi hijo podría estar creciendo dentro de ti, dentro de este hermoso cuerpo, es absolutamente increíble.

—Edward...

—Lo sé. No crees que estés lista. Pero creo que serás una madre asombrosa. ¿Cuán molesta estarías si admitiera que una parte de mí espera que estés embarazada? De esa manera no tendrás más remedio que tolerarme. —Aparté su cabello a un lado y le besé el cuello.


—¿Puedo preguntarte algo?

—Cualquier cosa.

—Si estuviera embarazada, ¿querrías criar al niño juntos?

—Por supuesto, ¿por qué lo preguntas?

—No lo sé. Estoy cansada y emotiva, supongo. Ha sido un largo día.

—Bueno, entonces, salgamos de aquí pronto. De todos modos, probablemente deberías descansar.

Después que el sol se puso completamente, decidí que era hora de irnos. Había visto a Chloe bostezando dos veces, y tampoco parecía que iba a resistir mucho más. Estaba sentada ante una mesa de tamaño infantil con otra niña, moldeando algo en plastilina de color rosa. Saqué una pequeña silla para Isabella con un guiño, y ambos nos sentamos.

—¿Qué estás construyendo?

—Un muñeco de nieve.

—¿Un muñeco de nieve rosado?

Dejó de amasar y me miró como si acabara de decir algo ridículo.

—Es un muñeco de nieve niña.

—¿Disfrutaste de tu fiesta, Chloe? —preguntó Isabella.

—Sí. Pero no ha terminado. Mi cumpleaños dura todo el fin de semana.

Isabella se rió entre dientes.

—Lo hace, ¿verdad?

Chloe asintió rápidamente.

—Mañana por la mañana, cuando nos despertemos, comeremos panqueques de chocolate y leche de fresa.

—Lamento que nos lo perdamos. Eso suena delicioso —dije.

—¿Por qué nos lo perderemos? ¿Dormirás hasta tarde?

—En realidad, no. Pero no nos quedaremos aquí esta noche, cariño.

—¿No quieres desayunar conmigo?

—Por supuesto que sí.

—¿Quién va a juntar el resto de mis juguetes por la mañana? Mamá dijo que montarías mi auto y la casa de mis sueños.

—Lo dijo, ¿verdad?

—Por favooooooor.

Miré a Isabella, inseguro de cómo decirle no a mi hija. Tenía encuentros limitados con niños, y la idea de decepcionarla cuando acababa de conocerla no era algo que estuviera listo por hacer. Isabella cubrió mi mano con la suya y la apretó.

—¿Qué tal esto, Chloe? Edward y yo podemos volver temprano mañana y desayunar. Entonces puede preparar tus regalos.

—¿De verdad?

Isabella me dio un asentimiento reconfortante antes de volver a Chloe con una sonrisa.

—De verdad, cariño.

Hicimos una rápida ronda de despedidas, y luego Tanya nos acompañó hasta la puerta.

—Chloe está muy emocionada que regreses por la mañana. Es una pena que no te alojes por la noche. Hay mucho espacio. —Pareció dirigir su atención a Isabella—. Sé que le encantaría despertar y tener a su padre bajo el mismo techo, a pesar que podría no saber quién eres tú para ella todavía.

—¿A qué hora es el desayuno?

—Irina va a salir de la ciudad por la mañana para unirse a nosotros. Estará aquí a las nueve. ¿Por qué no a las nueve y media?

—Está bien. Nos vemos por la mañana.

—Estoy deseando que llegue, Edward. —Tanya me puso la mano en el brazo y bajó la voz—. Chloe tiene suerte de tenerte. Sé que cometí algunos grandes errores, pero espero que, por su bien, podamos superarlos. Realmente me gustaría que Chloe conociera a su padre... que tuviera una familia real.

***

Isabella estaba inusualmente tranquila durante el corto trayecto hasta Harbor House Bed and Breakfast, incluso después de registrarse. Una vez que subimos a la cama, la atraje hacia mí y traté de convencerla para que hablase sobre lo que estaba pasando dentro de esa hermosa cabeza.

—Háblame. No eres tú misma esta noche. —Su cabeza descansó en mi pecho justo sobre mi corazón, y acaricié su cabello sedoso en la oscuridad.

La lista de mierda que podría estar molestándola era interminable en estos días. Estábamos pasando el fin de semana visitando una casa que solía poseer y una hija que acabo de conocer... mientras que mi novia, posiblemente embarazada, era despreciada en cada oportunidad por mi ex. ¿Por qué me estaba jodidamente preguntando qué estaba mal? Sería más sencillo preguntar qué estaba bien. Aunque esa respuesta era fácil para mí. Ella tenía razón. Incluso con todo el caos alrededor, no recordaba un momento en mi vida en que algo se sintiera tan bien para mí. Nosotros estábamos bien.

—Solo estoy cansada.

—Así que no tiene nada que ver con pasar tiempo con mi jodida ex perra o haber descubierto recientemente que tengo una hija de cuatro años, o la posibilidad que podrías estar embarazada. ¿Estoy olvidando algo?

Rió en voz baja y luego suspiró.
—Olvidas el desayuno con Irina. Eso debería ser fabuloso.

—Ah. Sí. Nada como una fiesta con dos perras para el desayuno.

Isabella se calló otra vez después de eso. Odiaba ir a dormir sin el aire despejado, pero había sido un largo día, y ella necesitaba descansar. Después de unos diez minutos, su respiración se hizo lenta y constante, y supe que se había quedado dormida. Mirando fijamente en la oscuridad mientras la abrazaba estrechamente, me di cuenta que realmente necesitábamos rehacer el día. A veces, las palabras tácitas son las que más se necesitan decir.

Te amo, Isabella —le susurré a mi bella durmiente—. Joder, te amo.

***

—¿Qué hora es? —Estiró los brazos sobre su cabeza, y la sábana que cubría su cuerpo se deslizó hacia abajo dejando al descubierto sus pezones que sobresalían a través de su top blanco. Había estado sentado en silencio en el escritorio del otro lado de la habitación, trabajando desde las cinco, pero me acerqué a la cama incapaz de resistir poner mis labios en algo de esa piel expuesta.

Bajé la sábana más y levanté su camiseta, trazando una línea de besos en su estómago.

—Son casi las ocho y media. Estabas realmente agotada. — Aventurándome más arriba, lamí bajo uno de sus pechos.

—Mmmm... —El sonido que hizo fue directamente a mi polla—. ¿A qué hora es el desayuno?

—Estoy a punto de tener mi comida de la mañana ahora. —Levantando su top completamente sobre sus pechos, chupé un pezón. Con fuerza. Pasó sus dedos por mi cabello.

—Edward...

—Hmmm... —Me moví hacia el otro pezón y giré mi lengua, mirándola— . ¿Qué puedo hacer por ti, preciosa? ¿Preferirías que te coma, o jugamos al escondite con mi pene?

Sus ojos se cerraron mientras mordía su pezón. Cuando un gemido gutural salió de sus labios, pensé que podría tener un momento adolescente. Resiste, Edward.
Arrastrándome más arriba por su cuerpo, hablé con mis labios contra su boca.

—¿Qué va a ser? Parte de mí necesita estar dentro de ti ahora, Isabella. Decide si es mi lengua o mi polla. —Besé un camino de su boca a su oreja, y de nuevo otra vez antes de concluir que, si ella no iba a responder, me gustaría empezar por debajo de su cintura y hasta arriba, hasta quedar satisfecho. Tomando mi decisión, levanté mi cabeza para decirle y lo que encontré fue una patada en el estómago. Lágrimas rodaban por su rostro.

—¿Isabella? ¿Qué dem…?

—Tengo la regla.

—Oh, cariño... —Cerré los ojos, apoyé mi frente contra la suya.

—Está bien. Yo... yo... realmente no quería estar embarazada de todos modos. —Se secó las mejillas—. Me quedé atrapada en el momento. Observándote con tu hija, dándome cuenta de lo buen padre que vas a ser, supongo que solo quería ser parte de eso.

—No hay nada que me gustaría más. Puede que no sea hoy o mañana. Pero vamos a tener eso algún día.

—¿Cómo puedes estar tan seguro?

—Cuando se trata de ti, no tengo dudas.

—Dios, Edward. ¿Por qué duele tanto? Siento que he perdido algo, aunque nunca lo tuve en realidad. —Lloró durante mucho tiempo mientras la sostenía. Una vez que las compuertas se abrieron, todo salió a borbotones. El dolor en mi pecho al verla angustiada era casi más de lo que podía soportar. Tuve que ahogar mis propias lágrimas más de una vez. Cuando finalmente se calmó, quise tanto decirle que la amaba, pero tenía miedo que pensara que solo lo decía porque estaba triste.

—¿Por qué no te quedas aquí mientras voy a tomar el desayuno con Chloe y luego regreso? Lo último que necesitas es a Tanya en estos momentos.

—Pero quiero despedirme de Chloe.

—Bueno, ¿qué te parece esto? Está a pocos kilómetros de la casa. Tomaré un taxi y desayunaré, así puedes pasar unas horas en la cama. Entonces, cuando te sientas con ánimos, puedes venir a buscarme y despedirte de Chloe.

Ella asintió.

—Me gustaría eso. No creo que pueda tolerar a Irina y Tanya por mucho tiempo.

—Entonces eso es lo que haremos. —Incliné su barbilla para forzar que me mirara a los ojos—. Vamos a superar todo esto. Lo prometo. ¿Está bien?

No tenía idea en ese momento, pero algunas promesas no podían ser mantenidas.



2 comentarios:

Anónimo dijo...

Ay no!!! :’(
Pobre de bella ella en vdd quería un baby y ay luego la HDP de Tanya diciéndole que quiere jugar a la casita. Ash!!
Pero si siento que bella se alejará de edward, aún no pasa, espero que no pase pero mientras ya estoy llorando como magdalena
xD

Laura Natalia dijo...

Y ahora sera q podran tener su final feliz??😨😲

ORACION A MI SEXY VAMPIRITO

Edward de mi guarda
De mi sexy compañia
Bebete mi sangre
De noche y de Dia
Hasta que caiga en tus brazos
Y sea tu marca de heroina