Capitulo 24
Edward
¿Te sientes bien? —Me
había quedado atascado con Bret Allanadle durante tres cuartos de hora. Encontrando
a Isabella en el patio mirando la puesta de sol sobre el agua, envolví mis
manos alrededor de su cintura y me puse detrás de ella.
—Estoy bien.
Sin pensarlo, mis
dedos acariciaron su vientre plano. Había gente rodeando el patio, así que bajé
la voz.
—Pensar que mi hijo
podría estar creciendo dentro de ti, dentro de este hermoso cuerpo, es
absolutamente increíble.
—Edward...
—Lo sé. No crees que
estés lista. Pero creo que serás una madre asombrosa. ¿Cuán molesta estarías si
admitiera que una parte de mí espera que estés embarazada? De esa manera
no tendrás más remedio que tolerarme. —Aparté su cabello a un lado y le besé el
cuello.
—¿Puedo preguntarte
algo?
—Cualquier cosa.
—Si estuviera
embarazada, ¿querrías criar al niño juntos?
—Por supuesto, ¿por
qué lo preguntas?
—No lo sé. Estoy
cansada y emotiva, supongo. Ha sido un largo día.
—Bueno, entonces,
salgamos de aquí pronto. De todos modos, probablemente deberías descansar.
Después que el sol se
puso completamente, decidí que era hora de irnos. Había visto a Chloe
bostezando dos veces, y tampoco parecía que iba a resistir mucho más. Estaba
sentada ante una mesa de tamaño infantil con otra niña, moldeando algo en
plastilina de color rosa. Saqué una pequeña silla para Isabella con un guiño, y
ambos nos sentamos.
—¿Qué estás
construyendo?
—Un muñeco de nieve.
—¿Un muñeco de nieve
rosado?
Dejó de amasar y me
miró como si acabara de decir algo ridículo.
—Es un muñeco de
nieve niña.
—¿Disfrutaste de tu
fiesta, Chloe? —preguntó Isabella.
—Sí. Pero no ha
terminado. Mi cumpleaños dura todo el fin de semana.
Isabella se rió entre
dientes.
—Lo hace, ¿verdad?
Chloe asintió
rápidamente.
—Mañana por la
mañana, cuando nos despertemos, comeremos panqueques de chocolate y leche de
fresa.
—Lamento que nos lo
perdamos. Eso suena delicioso —dije.
—¿Por qué nos lo
perderemos? ¿Dormirás hasta tarde?
—En realidad, no.
Pero no nos quedaremos aquí esta noche, cariño.
—¿No quieres
desayunar conmigo?
—Por supuesto que sí.
—¿Quién va a juntar
el resto de mis juguetes por la mañana? Mamá dijo que montarías mi auto y la
casa de mis sueños.
—Lo dijo, ¿verdad?
—Por favooooooor.
Miré a Isabella,
inseguro de cómo decirle no a mi hija. Tenía encuentros limitados con niños, y
la idea de decepcionarla cuando acababa de conocerla no era algo que estuviera
listo por hacer. Isabella cubrió mi mano con la suya y la apretó.
—¿Qué tal esto,
Chloe? Edward y yo podemos volver temprano mañana y desayunar. Entonces puede
preparar tus regalos.
—¿De verdad?
Isabella me dio un
asentimiento reconfortante antes de volver a Chloe con una sonrisa.
—De verdad, cariño.
Hicimos una rápida
ronda de despedidas, y luego Tanya nos acompañó hasta la puerta.
—Chloe está muy
emocionada que regreses por la mañana. Es una pena que no te alojes por la
noche. Hay mucho espacio. —Pareció dirigir su atención a Isabella—. Sé que le
encantaría despertar y tener a su padre bajo el mismo techo, a pesar que podría
no saber quién eres tú para ella todavía.
—¿A qué hora es el
desayuno?
—Irina va a salir de
la ciudad por la mañana para unirse a nosotros. Estará aquí a las nueve. ¿Por
qué no a las nueve y media?
—Está bien. Nos vemos
por la mañana.
—Estoy deseando que
llegue, Edward. —Tanya me puso la mano en el brazo y bajó la voz—. Chloe tiene
suerte de tenerte. Sé que cometí algunos grandes errores, pero espero que, por
su bien, podamos superarlos. Realmente me gustaría que Chloe conociera a su
padre... que tuviera una familia real.
***
Isabella estaba
inusualmente tranquila durante el corto trayecto hasta Harbor House Bed and
Breakfast, incluso después de registrarse. Una vez que subimos a la cama, la
atraje hacia mí y traté de convencerla para que hablase sobre lo que estaba
pasando dentro de esa hermosa cabeza.
—Háblame. No eres tú
misma esta noche. —Su cabeza descansó en mi pecho justo sobre mi corazón, y
acaricié su cabello sedoso en la oscuridad.
La lista de mierda
que podría estar molestándola era interminable en estos días. Estábamos pasando
el fin de semana visitando una casa que solía poseer y una hija que acabo de conocer...
mientras que mi novia, posiblemente embarazada, era despreciada en cada
oportunidad por mi ex. ¿Por qué me estaba jodidamente preguntando qué estaba
mal? Sería más sencillo preguntar qué estaba bien. Aunque esa respuesta era
fácil para mí. Ella tenía razón. Incluso con todo el caos alrededor, no
recordaba un momento en mi vida en que algo se sintiera tan bien para mí. Nosotros
estábamos bien.
—Solo estoy cansada.
—Así que no tiene
nada que ver con pasar tiempo con mi jodida ex perra o haber descubierto
recientemente que tengo una hija de cuatro años, o la posibilidad que podrías
estar embarazada. ¿Estoy olvidando algo?
Rió en voz baja y
luego suspiró.
—Olvidas el desayuno
con Irina. Eso debería ser fabuloso.
—Ah. Sí. Nada como
una fiesta con dos perras para el desayuno.
Isabella se calló
otra vez después de eso. Odiaba ir a dormir sin el aire despejado, pero había
sido un largo día, y ella necesitaba descansar. Después de unos diez minutos,
su respiración se hizo lenta y constante, y supe que se había quedado dormida.
Mirando fijamente en la oscuridad mientras la abrazaba estrechamente, me di
cuenta que realmente necesitábamos rehacer el día. A veces, las palabras
tácitas son las que más se necesitan decir.
—Te amo, Isabella —le
susurré a mi bella durmiente—. Joder, te amo.
***
—¿Qué hora es?
—Estiró los brazos sobre su cabeza, y la sábana que cubría su cuerpo se deslizó
hacia abajo dejando al descubierto sus pezones que sobresalían a través de su
top blanco. Había estado sentado en silencio en el escritorio del otro lado de
la habitación, trabajando desde las cinco, pero me acerqué a la cama incapaz de
resistir poner mis labios en algo de esa piel expuesta.
Bajé la sábana más y
levanté su camiseta, trazando una línea de besos en su estómago.
—Son casi las ocho y
media. Estabas realmente agotada. — Aventurándome más arriba, lamí bajo uno de
sus pechos.
—Mmmm... —El sonido
que hizo fue directamente a mi polla—. ¿A qué hora es el desayuno?
—Estoy a punto de
tener mi comida de la mañana ahora. —Levantando su top completamente sobre sus
pechos, chupé un pezón. Con fuerza. Pasó sus dedos por mi cabello.
—Edward...
—Hmmm... —Me moví
hacia el otro pezón y giré mi lengua, mirándola— . ¿Qué puedo hacer por ti,
preciosa? ¿Preferirías que te coma, o jugamos al escondite con mi pene?
Sus ojos se cerraron
mientras mordía su pezón. Cuando un gemido gutural salió de sus labios, pensé
que podría tener un momento adolescente. Resiste, Edward.
Arrastrándome más
arriba por su cuerpo, hablé con mis labios contra su boca.
—¿Qué va a ser? Parte
de mí necesita estar dentro de ti ahora, Isabella. Decide si es mi lengua o mi
polla. —Besé un camino de su boca a su oreja, y de nuevo otra vez antes de
concluir que, si ella no iba a responder, me gustaría empezar por debajo de su
cintura y hasta arriba, hasta quedar satisfecho. Tomando mi decisión, levanté
mi cabeza para decirle y lo que encontré fue una patada en el estómago.
Lágrimas rodaban por su rostro.
—¿Isabella? ¿Qué dem…?
—Tengo la regla.
—Oh, cariño... —Cerré
los ojos, apoyé mi frente contra la suya.
—Está bien. Yo...
yo... realmente no quería estar embarazada de todos modos. —Se secó las
mejillas—. Me quedé atrapada en el momento. Observándote con tu hija, dándome
cuenta de lo buen padre que vas a ser, supongo que solo quería ser parte de
eso.
—No hay nada que me
gustaría más. Puede que no sea hoy o mañana. Pero vamos a tener eso algún día.
—¿Cómo puedes estar
tan seguro?
—Cuando se trata de
ti, no tengo dudas.
—Dios, Edward. ¿Por
qué duele tanto? Siento que he perdido algo, aunque nunca lo tuve en realidad. —Lloró
durante mucho tiempo mientras la sostenía. Una vez que las compuertas se
abrieron, todo salió a borbotones. El dolor en mi pecho al verla angustiada era
casi más de lo que podía soportar. Tuve que ahogar mis propias lágrimas más de
una vez. Cuando finalmente se calmó, quise tanto decirle que la amaba, pero tenía
miedo que pensara que solo lo decía porque estaba triste.
—¿Por qué no te
quedas aquí mientras voy a tomar el desayuno con Chloe y luego regreso? Lo
último que necesitas es a Tanya en estos momentos.
—Pero quiero
despedirme de Chloe.
—Bueno, ¿qué te
parece esto? Está a pocos kilómetros de la casa. Tomaré un taxi y desayunaré,
así puedes pasar unas horas en la cama. Entonces, cuando te sientas con ánimos,
puedes venir a buscarme y despedirte de Chloe.
Ella asintió.
—Me gustaría eso. No
creo que pueda tolerar a Irina y Tanya por mucho tiempo.
—Entonces eso es lo
que haremos. —Incliné su barbilla para forzar que me mirara a los ojos—. Vamos
a superar todo esto. Lo prometo. ¿Está bien?
No tenía idea en ese
momento, pero algunas promesas no podían ser mantenidas.
2 comentarios:
Ay no!!! :’(
Pobre de bella ella en vdd quería un baby y ay luego la HDP de Tanya diciéndole que quiere jugar a la casita. Ash!!
Pero si siento que bella se alejará de edward, aún no pasa, espero que no pase pero mientras ya estoy llorando como magdalena
xD
Y ahora sera q podran tener su final feliz??😨😲
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