Capitulo 3
Su Angel
Una fuerte bofetada a
mi culo me lleva de medio despierta a alerta, el relámpago del dolor forzando
los ojos abiertos mientras miro fijamente a mi papi.
—Vamos, Bella. Es hora de ponerse en
marcha.
Con un resoplido,
entierro mi cara en mi almohada y estiro mi cuerpo, aliviando los dolores que
había causado la noche anterior.
Me doy la vuelta y lo
veo vestirse, ponerse los pantalones y deslizarse en su camisa. Él es mi papi,
mi ex padrastro, de todos modos, y amante.
Dios vaya que es un
amante.
—Edward... —Estoy
gimiendo. Él me había fóllado muchas veces la noche pasada, y estoy agotada.
Saciada, pero agotada.
Él se acerca, se
inclina sobre mí, esos hermosos ojos marrones parecen taladrar en los míos
mientras baja la cabeza y cepilla sus labios con los míos. —Vamos bebe. Tienes
tío Emmet viniendo a cenar hoy, ¿recuerdas?
Mi coño está
desgastado de ayer por la noche, pero eso no evita que se caliente, volviéndose
pesado y doliendo al pensar en mi tío.
Técnicamente, es mi
ex-tío político, pero me excita pensar en él como el tío Emmet. Él es más
grande que mi papá, hombros más anchos y más voluminoso. Él también tiene una
enorme polla. Por lo menos, creo que lo es. El hombre que sabe cómo llenar unos
jeans.
Me estremezco, la
idea de ser llenada por él, tomando el control de mi cuerpo. Con un movimiento
de mi muñeca, tiro de la manta a un lado y me arrastro desde la cama, desnuda
como el día en que nací.
Edward tira me acerca
de un tirón, alinea mi cuerpo desnudo a su cuerpo vestido, y deja caer una mano
a mi culo, apretando el montículo regordete. —¿Supongo que estás feliz de que
él venga otra vez?
Me acurruco más
cerca, inhalando su aroma masculino, me deleita estar cerca de él. Yo amo a mi
papi. No hay duda. Pero quiero a mi tío. Dios, deseo a mi tío.
—Oh, papi... —susurro
contra su pecho, frotando mi mejilla sobre la camisa blanca almidonada. —Yo
sólo quiero que él me folle, papi.
Su polla se contrae
en sus pantalones, llenándose y endureciéndose contra mi cadera. —Minx. —Él da
un golpe a mi culo, agarrando y amasando la mejilla mientras muele su polla en
mi contra. —¿Por qué me haces esto?
Él gruñe y áspero
mientras me empuja hacia la cama. Aterrizo con un rebote y una sonrisa, mi coño
poniéndose más húmedo por el momento, sufriendo y sólo pidiendo a gritos ser
llenado por su polla.
Edward ni siquiera se
quita la ropa, simplemente descomprime y saca su duro eje, acariciándolo un par
de veces antes de que él se arrodilla en la cama. Me arrastro de vuelta,
acostándome y preparándome para él, pero él me mueve de un tirón sobre mi estómago,
golpeando mi culo una vez que estoy en posición.
Con mi trasero
arriba, gimo cuando traza la grieta de mi culo, dedos deslizándose por mi raja.
—Fóllame, Papi. —Otra nalgada, y gimo, mi coño apretándose y deseoso.
Piernas cubiertas de
tela se alinean con las mías, la cabeza de su polla se burla de mi coño. —¿Estás
segura de que es a papi a quien deseas, Bella? ¿No quieres a tu tío Emmet?
Dios, eso solo empuja
mi excitación más alto, los traviesos, pensamientos sucios dando vueltas por mi
mente. De Emmet follandome. En mi coño, mi culo, mi boca. Quiero ser llenada
por pollas Cullen.
Cierro los ojos, lo
imagino detrás de mí, su polla gruesa a la espera de dividirme. Se está
frotando en mi clítoris, mis jugos haciendo el camino suave y resbaladizo. —Fóllame,
tío Emmet. Lo necesito. ¿Por favor?
—Eso es correcto,
pequeña zorra. Quieres la polla de tu tío en ti.
—Él se burla de mí,
una pulgada dentro, una pulgada fuera. Una y otra vez. —Ruégame.
No puedo mover mis
caderas, sus manos me mantiene quieta, y no quiero nada más que ser tomada. —Por
favor, tío Emmet. Fóllame. Úsame. Yo soy tu putita. Tu puta.
Trato de sacudirme,
moverme y tomarlo.
Pero no puedo.
Estoy gimiendo ahora,
diciendo cualquier cosa para conseguir que me den lo que quiero. —Úsame. Por
favor, úsame. —sollozo.
Las manos en mis
caderas se contraen y luego su polla está ahí, llenándome y estirándome, y ese
placer, lleno de dolor me consume, corre a través de mí como un tren y casi
detiene mi corazón. Él agarra mi pelo, tira de los hilos mientras me folla,
rápido y furioso, golpeando en mí como si él no pudiera conseguir suficiente.
—Tómalo, bebé. Toma
esa polla.
Me muevo con él,
contra él, empujando las caderas hacia atrás mientras empuja. Quiero todo lo
que me dará. Yo quiero todo.
En mi mente, soy
follada por mi tío, subyugada y dominada, hecha someterme y disfrutar de cada
segundo.
Él va más y más duro,
jadeando y gruñendo con cada embestida. Mi orgasmo se acerca, moviéndose como
un tren de carga sin frenos, golpeando a través de mí. Baila por mi espalda, todas
esas encantadoras pequeñas terminaciones nerviosas que viene a la vida mientras
se mueve dentro y fuera de mi coño. Mi coño se aprieta rítmicamente alrededor
de él, ordeñando su polla, haciéndome temblar y gemir con cada espasmo
involuntario.
—Tío... —Estoy
llorando, rogando, suplicando. Dios sabe lo que está cayendo fuera de mi boca.
Yo no lo sé y no me importa. Sólo el hecho de que me voy a venir, exprimir su
polla y tomarlo todo, es suficiente en este momento.
—Maldito pequeño coño
apretado. —Él está golpeando como un martillo neumático, la cama sacudiéndose y
golpeando contra la pared mientras me folla, toma lo que quiere de mi coño.
—Me voy a venir. —suspiro,
su polla acariciando mi punto G, romperlo en pedazos diminutos.
—Córrete en mi polla.
Maldición sí.
Y así, las puertas se
abren, ese puro placer corriendo a través de mí, mi coño aprieta contra su
pene, apretando hasta que grita y se congela en mi contra. Cada músculo de mi
cuerpo está lleno de esos hormigueos, esos relampagueantes ataques rápidos de felicidad
que soplan a través de mí mientras me vengo. No puedo moverme, no puedo
respirar, no puede hacer otra cosa que sentir como su polla se hincha y palpita
en mi coño, nada si no sus dedos clavándose en mi cadera y la liberación
erótica que él hace salir de mí.
Estamos pegados, él
en mí, mis dedos anudados en las sábanas, una maraña de pelo, y me cuesta
pensar, ni hablar de moverme.
Edward suelta mi pelo
y lentamente sale de mi coño, su semen siguiendo su retirada. —Bella... —Su voz
es un susurro ronco, y miro hacia atrás, con las cejas levantadas. —Ven a
limpiarme, tengo que ir a trabajar.
No dudo. En un
parpadeo tengo mi boca envuelta alrededor de su polla ablandándose, lamiendo y
lamiendo la combinación de nuestros jugos, el salado, dulce almizcle que
hacemos juntos. Trazo las texturas de su polla, me aseguro de que recojo cada
gota, saboreando todo y cada uno de nosotros. Incluso mientras lo baño con mi
lengua, su semilla se desliza por mis muslos internos, recordándome que hemos
prescindido de los condones hace meses.
Estoy usando control
de la natalidad y disfruto de compartir estas partes de nosotros mismos.
Demasiado pronto toca
mi mejilla y lo dejo en libertad con un pop suave, la polla regresando a la
vida bajo mi mirada.
—Basta, nena. Papi
tiene que ir a trabajar.
4 comentarios:
💥💥💥 Gracias
🔥🔥🔥 WOW pero que cortito capituló me dejaste con ganas demás .... gracias hasta el sig capítulo
Aaa!!! Siii!!!
Su tío va a hacer Emmet 7u7
Ya quiero el otro capi y los dos al mismo tiempo
Muchas gracias :D
Esto está que arde 🔥🔥🔥 un capítulo corto pero muy intenso. Muchas gracias.
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