lunes, 12 de febrero de 2018

Seducido por un Angel Capitulo 6

Capitulo 6

Todos estamos respirando con dificultad cuando finalmente se alejan, de pie a cada lado de la cama, con los ojos llenos de lujuria mirando mi cuerpo.

—Menos mal. —Papi suspira—. ¿Ves con lo que estoy tratando?
Te dije que necesito ayuda para mantenerla domada. —Me guiña un ojo, y me río, abro mis piernas y me aseguro de que mis rodillas estén dobladas, tentando. Mordisqueo mi labio inferior, aleteo mis pestañas y gimo.

—Eres una traviesa, ¿no?


Me río. —Sí, Tío Emmet. ¿Las chicas traviesas no consiguen que sus culos sean follados? ¿O sus bocas? —He tenido suficiente juego con las corbatas de seda que soy capaz de darme vuelta sobre mis rodillas, agarrar las barras de metal y menar mi culo—. Estoy lista para mi castigo, Tío Emmet. —Sacudo mis caderas, con las nalgas al aire, presiono mis piernas juntas, de manera que mi pequeño clítoris reciba algo de atención.

—Joder, ¿estás seguro, Edward? Este es culo caliente. —Miro, encontrándolo a mi derecha, desnudo y su polla gruesa está dura y lista. Pasa la mano por su polla, lo acaricia desde la raíz hasta la punta y una caída de líquido pre-seminal se forma a lo largo de la hendidura. Él está probándome. Yo me muero por probarlo. Tengo tantos agujeros y tan pocas pollas.

—Quiero que folles mi culo. Dámelo.

—Ya oíste a la mujer. Dale lo que quiere, Emmet.

Miro a Edward, con una sonrisa amplia. —Gracias, Papi.

Meneo mi culo. —Polla, ¿por favor?

Tío Emmet ladra una carcajada. —Muchacha descarada. —Él golpea mi culo, luego arrebata la botella de lubricante que no había visto antes en la mesilla de noche. Un chorro rápido y está bombeando su polla y cubriéndola con la capa de lubricante antes de arrastrarse sobre la cama detrás de mí. Otro chorro y el gel fresco se deslizan a lo largo de la raja de mi culo, dedos romos siguiendo a su paso.

Él hace círculos en mi agujero, esos nervios sensibles queman a la vida con su toque, la sensación de lo prohibido correr a través de mí, con ansias juguetonas desbordándose. Mi coño se tensa, cada vez más mojado, el dolor aumenta con cada segundo que pasa.

—Joder, sí. —Estoy tan necesitada. Empujo un poco hacia atrás contra su toque.

—Ella es una pequeña puta, ¿no? —Emmet desliza un dedo grueso en mi culo, con la agradable plenitud enviando un escalofrío por mi columna vertebral.

—Oh, sí. Mi nena es una puta caliente. —La cama se hunde y Papi está a mi lado, con la polla dura una vez más, la mano bombeando la verga que conozco tan bien.

—Papi. —Lloriqueo, centrándome en esa polla que quiero chupar—. Dile que me folle, Papi. Lo quiero.

Como un rayo, empuña mi cabello y tira mi cabeza hacia atrás, así estoy mirándolo a los ojos. —¿Quieres que tu tío ponga su polla en ti, niña mala? ¿Que ponga esa polla en tu coño?

Gimo y retrocedo cuando los dos dedos empujan más allá del anillo de los músculos de mi agujero. —Sí, sí, sí…

—Chupa mi polla como una chica buena y quizás te conseguiré lo que quieres. —Apunta la cabeza de su verga hacia mi boca, y la abro con entusiasmo, tragando cada centímetro de lo que me alimenta.

—¿Quizás? —Tío Emmet empuja otro dedo dentro de mí, añadiendo una pizca de dolor a mi excitación. Está jugando con mi culo como un profesional, trabajando dentro y fuera, cortando y estirándome.

La polla de Papi sabe tan bien, salda y dulce, arrugas y líneas familiares que se sienten como a casa. Trago su alrededor, lo chupo hacia abajo, lo tomo como si follara mi cara. No puedo moverme, solo gemir alrededor de la polla de Edward.

Un cuarto dedo casi rompe mi culo a la mitad y yo grito, mucho placer y un poco más de dolor golpeando a través de mí. Tío Emmet rápidamente alivia el dolor al llegar y tocar mi coño, hormigueos de relámpagos se extienden desde ese dulce clítoris. El grito cambia a gemido y él continúa. Golpea y folla mi coño y culo, dándome y preparándome para esa polla gorda suya.

—Ella tiene un culo un poco hambriento aquí, Edward.

Me empujo contra su mano mientras él me trabaja de nuevo.

—Bueno, aliméntala entonces, hermano. Estoy un poco ocupado aquí.

Me río alrededor de la polla de mi papi, y él la saca de mi boca, yo gimo y hago pucheros.

—Papi…

Él golpea mis mejillas con su polla, una vez a cada lado. —Eres una niña mala. Se buena o no hay polla para ti, señorita.

—Lo prometo. —Asomo mi labio inferior, y me da lo que quiero, regresa esa polla a mi boca, y mientras yo hablaba con Edward, Emmet ha estado ocupado. Su polla está lista en mi ano, buscando la entrada y me alejo un poco, fuera de su alcance, y trabo miradas con Edward.

Toma mi mejilla. —Él está cubierto, nena. Siempre voy a cuidar de mi niña.

Suspiro y me relajo, vuelvo a mi hombre, la polla de Tío Emmet empuja mi culo, con la polla entrando y saliendo de mi boca. La abrazó, acaricio el placer de cerca y lo nutro.

Esa polla gorda y gruesa se facilita dentro de mí, lentamente, pero con seguridad recibo pulgada tras pulgada. El ardor es abrumador, casi empujando lejos mi excitación, pero es demasiado bueno para ser malo. Es demasiado de ambos, y entones el placer triunfa, gana impulso y me rodea. Estoy perdida en esa ola mientras
Tío Emmet se asienta completamente, con sus bolas descansando contra mi coño.

—Oh, joder. Dulce culito. —Me da nalgadas y yo gimo, me muevo de nuevo contra él, satisfaciendo cada uno de sus golpes—. Apretado y caliente.

—Sí. —Papi toma mi mejilla, me acaricia—. Ella tiene el cuerpecito perfecto. Hecho para follar. —Cierro mis ojos, deleitándome con su alabanza—. Sin embargo, eres una chica mala, siendo follada por tu papi y tu tío.

Aumento mi succión, trabajo con Tío Emmet mientras él me folla, tomo y doy, y tomo un poco más.

Mi coño se está batiendo, doliendo, y necesitando cada segundo que pasa. Necesito ser follada más duro, necesito que mi rostro y mi culo sean follados duro. Que sean usados.

Lloriqueo, gimo, retrocedo y avanzo, miro a los ojos de mi papi, rogando con mi mirada. Uno o el otro, o ambos, maldita sea.

—Oh, ¿eso es lo que quieres, pequeña zorra? —Arquea una ceja, leyéndome como un libro.

Él desliza su polla fuera de mí, con un hilo de saliva conectando mi boca con la cabeza de su polla. —Papi…

—Cambio de planes, hermano. Tenemos una chica muy necesitada.

—No creo que pueda dejar ir este culo, hombre. —Él empuja dentro de mí y ambos gemimos mientras presiona con fuerza contra mis caderas.

—Joder, Papi. Lo necesito. Demasiado.

Edward acaricia una mano bajo mi espalda. —Shh… ya te entendí.

Estoy perdida en placer por un momento y luego se ha ido, en culo vacío, los agujeros muriendo por algo. Las corbatas desaparecen y Edward se pone debajo de mí. Me incorporo, lanzándome sobre su polla, suspiro al tenerlo dentro de mí sin nada entre nosotros. —Oh, Papi. Es tan bueno.

Cojo mi ritmo habitual, olvidando completamente que hay otro hombre, otra polla, en la habitación.

Bueno, al menos hasta que las manos ásperas están acariciando mi espalda, haciéndome bajar hacia el pecho de Edward hasta que estamos descansando en la parte superior de ambos.

—¿Edward? —Sé que mis ojos están abiertos de par en par.

—Oh, pequeña. Estás a punto de conseguir algo por lo que has estado muriendo. —Él se impulsa hacia arriba dentro de mí, empujando más profundo—. Vas a ser follada por tu papi y tu tío, porque eres una zorra traviesa, ¿no?

La cama se mueve detrás de mí, la polla de Emmet está colocada en mi culo una vez más y empuja hacia adelante hasta que estoy llena en ambos agujeros, rellena y explotando de placer inducido por las pollas. Ambos hombres están respirando con dificultad, jadeando, y todavía aferrándose conmigo atrapada entre ellos. Estoy ensartada.

Y me encanta.

—Es tan apretada, Edward.

—Jodidamente húmeda y caliente.

—Oh, sí, zorrita, ¿no?

Lloriqueo, apretando el coño y el culo, extrayendo un gemido de ambos. Es tan bueno, solo tenerlos dentro de mí y sentir ese estiramiento. —Lo soy. Tu zorra a la que le gusta la leche, Papi. Es tan bueno.

Comienzan a moverse entonces, alternando empujes, entrando y saliendo de mi coño y mi culo. Empiezan lento, pero descubren el ritmo y trabajan juntos. Lentamente, pero con seguridad aumentan el ritmo, gruñendo y gimiendo, follándome más duro y más duro.

—Sí, follen mi culo, mi coño. Dénmelo todo.

Es más entonces, el endurecimiento de los músculos que no sabía que tenía, el clítoris palpitante, y mi placer está creciendo con cada aliento, embistiendo a través de mí como el viento de un tornado, envolviéndome en franjas de rayos, y todo lo que puedo hacer es jadear y gemir.

—Tómala. Toma esa maldita polla. —Tío Emmet está machacando dentro de mí junto con mi papi, abrumando mis sentidos.

Ni siquiera sé lo que estoy sintiendo, en algún lugar entre el placer y el dolor, y cosas que nunca he sentido antes, pero amo cada segundo. Está gritando a través de mí, los nervios gritando a los cielos y bailando con cada embestida.

—Papi… —gimoteo—. Tío Emmet…

Tío Emmet golpea más duro, empujando profundo. —Dulce culo. Puta sucia.

—Quiero venirme… por favor.

Como si mis palabras fuera un desafío, me folla en serio, bombeando dentro y fuera de mis agujeros, dejándome jadeando y gritando, subo más duro y más alto. Diferentes músculos se retuercen y tensan, la liberación placentera impregna todo mi cuerpo. No puedo respirar, no puedo pensar más allá del próximo escalofrío recorriéndome. Lava se está construyendo en mis venas, cambiando y moviéndose hacia mi coño, hacia mi culo.

Estamos conectados y trabajando hacia el mismo objetivo, en la búsqueda de nuestra propia liberación.

Estoy gruñendo y gimiendo, los hombres me hacen eco con cada movimiento, maldiciendo y alabando, y moviéndose el uno con el otro.

—Es tan bueno. —Mis pezones se frotan contra el pecho de Edward y me desplomo contra él, no tratando de ayudar, sino simplemente tomando lo que están entregando.

Ellos empujan y tiran de mi cuerpo a su antojo, pareciendo arrastrar incluso más placer de mí.

—Joderjoderjoderjoderjoder…

Mi coño está tan apretado, mi culo siguiendo su ejemplo, apretando y ordeñando, y disparando al éxtasis aún más cerca del borde. La manera en que sus cuerpos se mueven contra mí, para que de alguna manera alguien esté frotando el pleno nervio de mi clítoris.

Manos aprietan mis caderas, sosteniéndome como si fuera solo un agujero para ser follado. Más duro y más duro, más rápido y más rápido.

—Damedamedamedame…

—Vamos, putita. Vente en nuestras pollas. Dáselo a Papi.

Ahí está, justo ahí al alcance, y sus palabras me empujan a ese borde de manera que puedo abrazar el placer, bañarme en él. No sé si estoy yendo o viniendo, o bailando o muriendo. Todo es demasiado y no lo suficiente. Sé que estoy chillando y gritando, no, estoy fuera de mi mente con la felicidad, pero no puedo pensar. El mundo podría terminar y no lo sabría.

Estoy sin huesos, escurrida y lista para solo morir en el acto como una chica feliz. Tío Emmet ruge, se queda al ras contra mi culo antes de que se haya ido y yo gima la pérdida. Pero Papi se mueve a mi espalda, se cierne sobre mí, su mirada llena de pasión simplemente perfora la mía.

Él mueve sus caderas, empuja dentro de mí suavemente, una pulgada dentro, una pulgada fuera, agradable y fácil.

Suspiro, alcanzando y acariciando su rostro. —Papi…

Besa la palma de mi mano. —Así es, nena. Solo tú y yo. Ya sabes lo que quiero ahora.

Niego con la cabeza. Acabo de venirme como una explosión nuclear. No puedo hacerlo de nuevo. —No…

Él asiente. —Sí, cariño. Ven a la polla de Papi. Agradable y fácil.

Gimo, pero sacudo mis caderas contra él, como él dice.
Agradable y fácil, diminutas réplicas se están deslizando a lo largo de mi columna vertebral, tomando control de mi cuerpo mientras me acuesto pasiva debajo de él.

Todavía no he cogido el aliento, todavía no me he venido abajo por todo lo alto de estar con ambos, mi papi y Tío Emmet.
Estaba llena de ellos, teniendo en cuenta el sueño de dos hombres juntos entregados en bandeja, y ahora mi papi solo quiere un pequeño orgasmo.

Gimo, con el placer subiendo un escalón más arriba. Más cerca de mí, pero no del todo a su alcance. Mi coño se aprieta alrededor de la polla de Papi, ordeñándolo un poquito.

—Esa es mi chica. Sabes que quieres hacerme feliz, mi amor.

Asiento, me muevo un poco más, más duro y llevándolo más profundo, abrazando su polla en mi coño. Las astillas de goce se deslizan a lo largo de mi espina dorsal, bailando alrededor de mi coño, tirando de las cuerdas de placer, dándome más.

—Sí. —Suspiro y él se inclina, captura mis labios en un beso abrasador.

Nuestras lenguas enredadas, saboreando, acariciando y tocando la una a la otra, conectadas y explorando. Gimo y jadeo en su boca mientras se presiona más profundamente en mi coño.
Nuestras lenguas se retiran, los labios tocándose apenas mientras respiramos el uno del otro, compartiendo ese último atisbo de intimidad.

Mi liberación está ahí ahora, fluyendo a través de mí, masajeádome de pies a cabeza, y es fuerte y dulce al mismo tiempo. Transcendental y la más suave conexión con el placer que nunca he tenido.

La mirada de alegría del rostro de Edward simplemente lo hace todo mejor, puro y más potente con esa expresión que aumenta mi más elevada excitación. Me sigo viniendo, una y otra vez mientras se congela en el fondo de mi coño, con la polla latiendo y palpitando en mi calor, y alargando mi orgasmo más y más.

Estoy jadeando y resoplando, suspirando su nombre mientras su cuerpo da sacudidas encima de mí, con mi nombre en sus labios. Es tan hermoso, como si el tiempo se detuviera en este mismo momento.

Su semen me llena, y disfruto de la humedad adicional entre mis piernas, la prueba de su deseo por mí. Todo está ahí, el tacto, el sabor, el olor. La perfección en un solo paquete. Un hombre. Mi papi.

Pero, ¿en serio? Follar a Tío Emmet fue malditamente bueno también.

Estoy exhausta, y parece que Edward también. Él cae al lado, un rastro de semen todavía queda en la estela de su retirada. Me acurruco contra él, descaso en su pecho, escucho el latido de su corazón y me dirijo poco a poco hacia el sueño.

Me doy cuenta que estamos olvidando un cuerpo y levanto la cabeza para mirar alrededor de la habitación. Tío Emmet está sentando en una silla, poniéndose los calcetines y los zapatos cuando lo espío. —¿Tío?

—Vuelve a dormir, Angel. —Me guiña el ojo—. Pero gracias por dejar que me uniera a ustedes.

Sonrío y estoy segura que parezco una loca ebria. —Ha sido un placer. Literalmente.

Él se pone de pie, moviendo la cabeza y sonriendo. —Estoy seguro de que lo fue. Recuérdale a Edward que tenemos la graduación de la universidad de mi hijo en un par de semanas, ¿de acuerdo?
Voy a salir.

Hmm… tengo un primo…

Bueno, ex-primo.


Interesante.

5 comentarios:

MELANY dijo...

OMG 😲😲😲😲😲😲
Calor calor
Será jasper 😄😄

Kar dijo...

Está bola es insaciable, ahora quiere al primo, bueno el primo será 😄😄😄

cari dijo...

Y el castigo fue muy duro 😜 seguro se porta muy mal para q la sigan castigando esta niña no aprende es muy traviesa 🔥🔥🔥🔥🔥😜😘❤ gracias

Unknown dijo...

Wow y el q sigue ..... gracias 🔥🔥🔥

Unknown dijo...

OMG! Es una chica de papi (sin duda yo también lo prefiero) pero como disfrutó el castigo del tío Em ... que caliente y traviesa 🔥 😋 ya está pensando en el primo. Muchas gracias por el capítulo.

ORACION A MI SEXY VAMPIRITO

Edward de mi guarda
De mi sexy compañia
Bebete mi sangre
De noche y de Dia
Hasta que caiga en tus brazos
Y sea tu marca de heroina