Capitulo 5
La cena nunca había
sido tan... interesante.
Me vi obligada a
comer desnuda. Bien.
La lasaña fue un
éxito. Impresionante.
El pan de ajo era
delicioso. Después de haber sido sumergido en mi coño. Al parecer, el jugo de
coño iba genial con pan de ajo.
Por supuesto para el
momento en que habíamos terminado, yo estaba lista para pollas. El pan no
parecía ser suficiente. Y había terminado de esperar.
Con la mesa
despejada, los platos remojándose, tome una tira de condones que había
escondido al principio del día y me dirigí hacia la sala de estar, papi y el
tío Emmet estaban disfrutando de una copa después de cenar.
No espero, no dudo,
no pido permiso. Simplemente me acerco a mi tío mientras él se relaja en el
sofá y me pongo a horcajadas sobre su regazo, una cadena de protección que
descansa sobre el cojín a su lado. De alguna manera su bebida desaparece y él
envuelve sus brazos alrededor de mí, me aprieta y me besa. No, él me devora.
Enreda su lengua con la mía, y saboreo el sabor de su bourbon, el sabor
inherente de él.
Su polla se endurece
entre mis piernas, la cresta de su polla se alinea con mi deseoso coño, y me
retuerzo contra él, tomando el placer que pueda del contacto. He estado
adolorida, necesitada, desde que había ido abajo en mí y sólo había empeorado
durante la cena. Esos habían sido los juegos previos. Estoy lista para el
evento principal.
Las manos del tío
deambulan, acariciando, burlándose y atormentándome. Se siente como si
estuviera en todas partes, amasando mi culo, acariciando mi espalda,
pellizcando mis pezones y golpeando en mi agujero trasero. Todo el tiempo esos
labios están en los míos, me seduce con su piel.
Él arranca su boca,
sus labios a un pelo de los míos, y compartimos nuestra respiración, la esencia
misma de la vida. Sus manos están guiando mis caderas, meciéndose hacia
adelante y hacia atrás sobre su eje.
La voz de Emmet es
suave, pero dominante cuando habla en contra de mi boca. —Quiero follarte,
nena.
—¿Es eso lo que
quieres, Bella? ¿Quieres que papi deje a tu tío follarte? Sólo chicas sucias
son folladas por sus tíos. —Edward interrumpe nuestro juego, y es como si otra
ola de calor y el placer son vertidas sobre mí.
—Tío Emmet, soy tan
traviesa. —Susurro, pero sé que mi papá oye, porque de pronto un condón abierto
se mete en mi mano. Me vuelvo hacia mi papá y lo encuentro arrodillado en el
sofá, sus pantalones desabrochados y su polla expuesta.
—Follalo y chúpame como
la puta sucia que eres. Vamos a utilizar tus agujeros. —Dios, papi me hace
sentir como una mala chica. Yo lo puto amo.
Mi coño se tensa a la espera, más que
listo. Me deslizo de nuevo en el regazo de Emmet y lo libero en unos instantes,
el látex cubriendo esa polla gruesa sobre la que he estado fantaseando. Está cortado,
largo y me llenara tan bien.
Con una mano en el hombro del tío Emmet,
me levanto y coloco su polla en mi apertura, cubriendo con mis jugos y luego
bajo sobre él, poco a poco.
—Oh, papi, él es tan grande. Es
demasiado, papi. —Me quejo, mordiéndome el labio mientras me extiende incluso
más que Edward.
—Toma esa polla por papi, cariño.
Asiento con la cabeza, bajando más,
más y más desapareciendo en mi coño. En algún momento, el placer se transforma
y se convierte en pura felicidad.
Emmet agarra mis caderas, me ayuda a
deslizarme a lo largo de su eje hasta que lo tengo en mí, llenándome, avivando
esos fuegos que habían sido dejados de lado momentáneamente durante la cena.
Me levanto y caigo sobre su polla,
encontrar un ritmo dulce que nos da tanto esos sentimientos fantásticos. Cierro
los ojos, varío mis movimientos. Meciéndome, dando vueltas, arriba y abajo.
Cambia mientras trato de encontrar ese ritmo perfecto que nos dará más placer.
Me conformo con un pequeño meneo, el pulgar del tío rodeando mi clítoris y mi
coño responde, apretándose alrededor de su eje.
Una mano se anuda en mi pelo, tirando
fuerte contra mi cuero cabelludo, jalando el creciente éxtasis y arrojándolo
aún más alto.
Papi obliga mi cabeza a volverse hacia
su polla, desliza su eje entre mis labios, y yo lo chupo, saborear el sabor
salado de su pre-semen, gimiendo a su alrededor.
—Chupa la polla de
papá. Folla a tu tío. Puta sucia.
Gimo, mis ojos
cerrados, haciendo lo que me exige.
La follada, la
succión, el pellizcar y la provocación. Se suman, mi excitación alimentándose
de la de ellos. Es bueno y muy, muy malo a la vez.
Soy una chica muy
mala.
Espero conseguir unas
buenas nalgadas después.
El tío Emmet me hace
ir más rápido, obligándome a rebotar en su polla mientras yo mantengo a papi en
mi boca. No puedo contener mis sonidos, los gemidos, quejidos y gimoteos
escapan, amortiguados sólo por la polla en la que tengo mis labios envueltos.
A continuación, la
felicidad que he estado persiguiendo se metió cerca, justo contra mi pecho y
engatusa su camino profundo dentro de mí.
El tío Emmet comienza
a exigir, gruñendo y mandando. — Tomar esa polla, Isabella. —Él aprieta mi
pezón, las estrellas estallando detrás de mis ojos, y que es seguido
rápidamente por flujos de lava de felicidad corriendo por mis venas. —Estoy
usando ese puto coño. Toma esa polla gorda.
Está allí, montando
la línea entre el placer y el dolor, y no puedo esperar a que los fragmentos de
euforia me golpeen.
Arriba y abajo, Tío Emmet
está haciéndome ir más rápido y más rápido ahora, su respiración viniendo en ásperos
jadeos, apretando su agarre, guiándome mientras todavía está dándome los toques
y me empuja al orgasmo que necesito. Está arrastrándose y deslizándose,
arrastrándome a mí al borde.
Papi está usando mi
rostro, usándome como su pequeña zorra que le encanta la leche, yo lo adoro, lo
amo. Quiero su caliente leche en mi boca. Quiero tragarme hasta la última gota.
Los
dos están gruñendo, gimiendo mientras me usan.
—Chupa esa polla.
—Toma eso, niña.
—Puta jode pollas.
Están dándome lo que necesito, lo que
anhelo y sin lo que no puedo vivir.
Otra respiración pasa, otra… Mi coño
se está apretando alrededor de la polla de Tío Emmet, apretando y liberando, estremecimientos
atormentan mi cuerpo mientras toman su propio placer de mí.
Papi es el primero en sucumbir a mis
talentos. —Mierda, me voy a venir. Venirme en todo ese rostro. —Se libera de mi
boca y se masturba la polla un par veces antes de bañarme con su semen, salen
borbotones de su crema blanca que están derramándose en mi pecho y cuello con
su líquido cremoso. Dándome un lindo collar de perlas.
Mi tío sigue rápidamente, chocando
contra mí desde abajo en una serie de golpes fuertes mientras grita a través de
su orgasmo.
Una y otra vez, y otra vez. Alargo mi
liberación hasta que siento como si estuviera en constante estado de venirme.
Él se sella contra mí, tenso e incrustado profundamente en los espasmos de mi
vagina, con su palpitante polla dentro de mi coño.
—Sí, sí, sí…
Después de varios segundos, se relaja
debajo de mí, con la respiración pesada, y el sudor perlando su frente. —Joder,
Bella. Esa fue una follada caliente.
Lamo mis labios, el sabor de mi papi
todavía persiste. Él frota su pulgar sobre mi barbilla. —Sí, lo fue. Y no ha
terminado todavía. —Se inclina hacia abajo, me da un beso suave y luego se
endereza—. Ve a limpiar Bella, y encárgate de los platos.
—Oh. —Abro mis ojos,
de repente recuerdo la lasaña que probablemente está pegada a la sartén y que
necesitaré remojar. Salto del regazo del Tío Emmet, ganando un gemido en
respuesta, y me inclino sobre él, dándole un beso rápido—. Lo siento, Tío Emmet.
Lo haré mejor después.
Le doy un profundo
beso a Papi, me inclino cerca y deslizo mi lengua entre sus labios, acumulando
su sabor y manteniéndolo cerca antes de alejarme. —Gracias, Papi —le susurro
antes de precipitarme.
Tengo que limpiar y
prepararme para lo que las sorpresas
“después” podrían
deparar.
****
Una vez he terminado
con la limpieza, encuentro a ambos,
Edward y Emmet
charlando en el comedor, bebiendo lo que queda de sus vinos, sonriendo y
hablando de negocios.
Definitivamente no
van a follarme.
Cuál es el punto de
esta noche.
—Ejem.
Ellos siguen
hablando.
—Disculpen. —Apoyo
las manos en las caderas, con los pies golpeando ligeramente el azulejo.
Siguen bebiendo.
Maldita sea.
Toso dos veces.
Fuerte y tendido.
Dos pares de ojos
masculinos se centran en mí y cada uno tiene una sola ceja arqueada. Son como
un juego raro de gemelos, ambos mirándome con un dejo disgusto por haber sido interrumpidos.
Pero, ¿hola? Chica
desnuda con varios agujeros listos para ser llenados aquí.
—¿Necesitabas algo,
nena?
Muevo las manos,
haciendo un gesto hacia arriba y abajo en mi cuerpo. —Sí. Pechos turgentes,
coño y culo apretados.
Simplemente lista
para la cogida aquí.
Los dos hombres
intercambian una mirada antes de levantarse al unísono. Ambos todavía vestidos,
solo sus chaquetas tiradas a un lado, y se ven tan malditamente calientes en lo
que queda de sus trajes. Todo ajustado y tallado a sus cuerpos, acentuando las
líneas de sus músculos.
Y todo para mí.
Estoy en un extremo
de la mesa y ellos en el otro, cada uno tomando un lado diferente en un
esfuerzo de llegar a mí. La mirada en sus ojos no es realmente lujuria en este
momento, es una promesa con un toque de advertencia.
Quizá debería
haberlos dejado terminar de hablar.
Retrocedo un paso y
ellos se mueven hacia adelante. Entonces es un paso adelante y dos hacia atrás,
pero sus zancadas más largas todavía los acercaban más a mí.
—Um…
—Será mejor que
corras, niña —me gruñe Tío Emmet y giro sobre mis talones, corriendo hacia el
dormitorio, con un grito y risas juguetonas en mis labios.
—No, no, no… —me río,
rodeo la esquina y corro hasta las escaleras, precipitándome hacia el dormitorio
principal.
Edward está
persiguiendo mis pasos, el tío maldiciendo y riendo justo detrás de él. Irrumpo
en la habitación sin aliento, y me detengo cuando llego a la cama,
arrastrándome al otro lado para hacerles frente, sonriendo ampliamente.
—No, nena, no eso fue muy bueno, hacer
que los hombres mayores corran así. Tendrás que ser castigada.
Sacudo la cabeza, paso mi lengua a lo
largo de mi labio inferior. —No, Papi. No lo harías.
Emmet y Edward
comparten una mirada, ambos hombres tirando de sus corbatas. Una vez más,
dividen su enfoque. Papi se dirige sobre la cama mientras Tío Emmet viene hacia
el extremo. Estoy atrapada.
Felizmente.
La anticipación late
con fuerza por mis venas, mi coño preparándose a sí mismo para ser llenado,
follado duro y dejado exhausto. Mis pezones se endurecen, hormiguean, y estoy empezando
a disfrutar este juego.
El Tío Emmet tiene la corbata en la
mano, Edward exactamente lo mismo. No se arrastró sobre la cama a mi lado como
había anticipado. No, está esperando en el centro del colchón sobre sus rodillas.
—Tío Emmet… —Pongo una mano para que
se quede, tratando de luchar contra mi sonrisa, sondeando el culo.
—No. —Niega con la cabeza—. Las niñas
impacientes no hacen las nuevas reglas, Bella.
Puedo correr a los brazos de Em o de Edward,
pero sé que todo terminará en un placer inimaginable en cualquier situación.
Me lanzo hacia Tío Emmet,
pretendiendo que estoy intentando llegar a él, pero quedó atrapada en sus
brazos, manos grandes me agarran y entonces está trabajándome hacia la cama.
Mis gritos de guerra con sus gruñidos cuando pateo y peleo contra ellos a cada paso,
amando este nuevo lado de nuestra vida sexual. Entonces mis brazos están por
encima de mi cabeza, corbatas de seda aferrando mis muñecas a la cabecera de la
cama forjada de hierro.
Y ahora soy su prisionera.
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Muy traviesa esa niña hola a todas muchas gracias por los comentarios y por leer muchas gracias.
que les esta pareciendo la adaptacion muy fuerte .
4 comentarios:
🔥🔥🔥🔥🔥🔥🔥🔥 muy traviesa la van a castigar 😉😜 gracias
Hot 🔥🔥☄️💫☄️☄️ Muy caliente quiero seguir leyendo
Muy caliente y todo lo q sea pero me encanta quiero seguir leyendo , tenía tiempo q no leía una historia así d caliente ... gracias 😊
Súper traviesa y por eso la van a castigar oh oh! Quien no quisiera tener ese papi y ese tío. Un capítulo hot 🔥🔥🔥 Muchas gracias.
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