miércoles, 18 de julio de 2018

Un Alma Compartida Capitulo 26

Isabella

—¿Domingo divertido? —Fruncí mi nariz con una pequeña sonrisa—. ¿Siquiera quiero preguntar?

Alice se rió mientras entrábamos en el centro comercial, Jasper se apresuró detrás de nosotras y puso un protector brazo alrededor de nuestras cinturas. Sonrío, mordiendo la punta de su lengua.

—En realidad solo es una excusa para ver a nuestras mujeres en traje de baño.

Hacía calor y todo, pero no era clima playero.

—¿Y dónde es la diversión?

Alice me lanzó una sonrisa de disculpa.

—Donde Emmett. Tiene una piscina climatizada en el patio trasero.

Oh, a la mierda. No estaba interesada.

—Bueno, entonces pásenla bien en su día divertido.


Alice gruñó, quitándose el brazo de Jasper y caminando junto a mí. Poniendo su cabeza en mi hombro, lloriqueó:

—Isabella, vamos, sé que tienen problemas y todo...

Resoplé.

—¡Trató de sobornarme para que me mantuviera alejada de Edward!

Sus cejas se levantaron y pinchó mi brazo ligeramente.

—En un intento por deshacerse de una interesada por el dinero, lo que por cierto, no funcionó, así que todo bien. ¡Pasaste su prueba! —Ondeó una bandera imaginaria y dejó salir un pobre intento débil de una porra—. ¡Hurra!

Dejé de caminar y me giré, mirándola. Se estremeció ante mi firme mirada.

Tenía suerte de que la amara.

Jasper se empujó entre nosotras, envolviendo sus brazos a nuestro alrededor.

—Damas, damas. No necesitan pelear por mí. Hay suficiente Jasper. Ahora —habló como estableciendo hechos—, esos trajes de baño no se van a probar solitos.

Miré hacia  Alice.

—¿Por qué está aquí?

Ella rodó sus ojos.

—Escuchó trajes de baño e insistió en venir —hizo comillas en el aire—, para protegernos.

—Ya veo. —Miré a Jasper de arriba abajo. Él sonrió, lanzándome un beso. Giré mi cabeza hacia un lado y le mordí su pecho. Brincó hacia atrás, sosteniendo su pezón y mirándome.

—Auch. Eso dolió. Tus actos de violencia física están lastimando el amor que te tengo. —Se movió para levantar su camiseta sobre su pezón y se me acercó—. Ahora mejor bésalo.

Estallé en carcajadas y corrí para alejarme de él, escondiéndome detrás de Alice. Ella nos rodó los ojos a ambos, pero lo hizo sonriendo. Mis amigos son bastante asombrosos.

Enganché mi brazo alrededor del de ella.

—Está bien, iré, pero si Emmett empieza a mirarme como un idiota, me voy.

—Lo que sea —murmuró Alice quedo—. Van a tener que superarlo. Ambos. Emmett ama a Edward. Tú amas a Edward. Ambos necesitan calmarse y seguir adelante.

Estuve inmediatamente a la defensiva.

—No es mi culpa. Fácilmente podría superarlo y lo haría, por Edward, pero Emmett no me lo permite. Con cada oportunidad que tiene me dice cosas desagradables o me lanza esa mirada aterradora, como que soy inferior a él, como que solo soy basura. Por alguna razón, no creo que dejaras pasar eso si fueras tú, Alice.

Concordó.

—No, no lo haría. Pelearía por eso.

—Oh, sí, me amaría por hacer ello —murmuré.

—No, no lo haría —se detuvo un momento—, pero podría respetarte por ello. Somos personas divertidas, Isabella.

Entramos en una tienda de lencería y nos dirigimos directamente a los trajes de baño. Mientras caminamos, Jasper nos llamó, sosteniendo un gancho para ropa.

—Creo que este luciría genial en ti, Isabella.

Parpadeé hacia el gancho.

—No hay nada en él.

Él sonrió.

—Lo sé.

Alice gruñó dolorosamente ante la estúpida broma. Cuando levanté una toalla doblada y se la lancé, estalló en carcajadas. Alice sacudió su cabeza.

—Ni siquiera sé por qué desperdicio mi tiempo contigo.

Jasper se dirigió hacia ella, como si estuviera en un cateo.

—Porque soy lo mejor que has tenido alguna vez.

Hundió su cabeza para besar sus labios, mordiéndolos gentilmente. Habló más bajo.

—Y porque me amas.

Alice cerró sus ojos y se acercó a él, besándolo de regreso con todo lo que tenía. La demostración fue tan atrevida y tan caliente, que tuve que girarme para esconder mi sonrojo. Se veían tan bien juntos.

Miraba algunos de los biquinis cuando, desde detrás de mí, vino un:

—Creo que mejor deberías intentar los de una pieza, querida. —Me giré para ver a una joven como de mi estatura, tal vez ligeramente más alta, con largo cabello rubio y brillantes labios rosas, sonriéndome.

No trabajaba en la tienda. Parecía estar buscando algo

Levanté una ceja.

—¿Eso crees?

Sus ojos se sobresaltaron.

—Oh, lo sé. Mira, nosotras las mujeres pequeñas necesitamos apoyarnos y estoy siendo honesta... Parecemos niñas cuando nos ponemos biquinis.

Era un poco graciosa. Me reí.

—Sí, supongo.

Sin permiso, me tomó del brazo y me llevó al estante posterior.

—Esta de aquí es la sección petite. Hay algunos atractivos de una pieza que puedes probarte, o un combo de biquini unido. Tal vez un pareo o una bata. —Sacudió su cabeza—. Lo siento. Me engancho tanto —Extendió su brazo—. Soy Tanya.

—Isabella —dije y tomé su mano—. Gustó en conocerte —admití—. Estoy agradecida por la ayuda. No sé mucho de moda.

ALice se aproximó desde atrás.

—Esos son sexys —dijo, mirando con detalle a mi nueva amiga.

Hice las presentaciones.

—Alice, esta es Tanya.

Alice miraba fijamente a la chica y dijo en mortal calma.

—Sé quién es.

Tanya ya no era dulce, no con Alice de cualquier modo, su labio curvándose poco amablemente.

—Solo ayudaba.

—Tanya. —Alice se hizo hacia adelante—. No nos estás siguiendo, ¿cierto? —Bajó su nariz hacia la mujer—. Sabes que no tengo ningún problema golpeando tu trasero. Y sobre eso —Alice sonrió cruelmente—, veo que tu nariz sanó bien.

Oh, oh.

¿Qué está pasando aquí?

Alice se encogió de hombros.

—Está bien, y tal vez escuché sobre la Gypsy y quise verla por mí misma —Me miró y sus labios se presionaron pensativamente—. Es linda.

No vi a Jasper aproximarse, pero definitivamente lo escuché gruñir.

—¿Estás mal de la cabeza, Tanya? ¿Qué no entiendes sobre aléjate jodidamente de nosotros? ¿Sabes lo que hará Edward si te encuentra siquiera mirando a Isabella?

Cruzó sus brazos sobre su pecho y sonrió, luciendo satisfecha.

—¿Qué? No es como si no hubiera estado siendo amable.

Tanya.. O quien sea que fuera, me habló directamente y dijo:

—Sin remordimientos. —Quitó un traje de baño y me lo pasó—. Pruébate este. —Sonrió amablemente—. Lucirá bien en ti.

Luego se alejó y salió de la tienda.

Todavía mirando el punto por donde había salido, pregunté:

—¿Quién era esa?

Jasper murmuró:

—Tanya Denali.

—Sí —comencé—. No sé quién es ella, chicos.

—La hermana de Irina.

Declaró Alice luego añadió:

—Tanya era mi mejor amiga.

Oh Dios.

Drama, drama por todos lados.

Nuestro viaje de compras llegó a un inesperado final y compré el traje de baño que Tanya había elegido para mí. Fuimos a casa y me dijeron que no dejara la casa hasta que llegara Edward. Estaba bien para mí. No planeaba irme.

Era el momento de averiguar exactamente quién era la familia Denali.

* * *

Mientras esperaba que Edward viniera a casa, me senté en la sala de estar y miré una repetición de Oprah. 

El episodio era sobre mujeres pretendiendo a hombres que ya estaban en relaciones. Hizo que mi labio se curvara con desagrado. Cómo las mujeres podían hacer eso estaba fuera de mi entendimiento. Quiero decir, entendía que se necesitaban dos para bailar el tango, pero activamente provocar a un hombre, sabiendo que está con alguien, sabiendo que estaba con alguien... no.

Parecía que el destino me hubiera obligado a mirar ese episodio, porque escuché abrirse la puerta frontal y me apresuré a salir hacia el vestíbulo para saludar a mi guapo hombre, fui abordada por otra imagen.

Rosalie entró junto a Edward, su codo enlazado a través del suyo y su otra mano descansaba sobre su pecho, inclinando su cabeza sobre su hombro.

Rosalie lucía como si estuviera en el cielo.

Edward lucía indiferente, como siempre.

Maldiciones se posaron en la punta de mi lengua, para mandarla a la mierda, pero cuando Edward giró su rostro y sus ojos me sonrieron de esa manera que me hacía casi derretirme, mi corazón me recordó que Edward era mío.

Mi mente estuvo de acuerdo.

Le sonreí.

—Hola, tú. Me preguntaba cuándo regresarías a casa. —Miré a Rosalie, mis cejas se levantaron—. No me di cuenta que tenías planes.

Dio un paso hacia mí, obligando a que Rosalie se descolgara de él. Cuando las puntas de los dedos de sus pies tocaron los míos, me envolvió en un cálido abrazo, estirándose hasta acariciar mi cabello.

—No tengo planes. —Besó mi sien y mi piel ardió por el contacto—. Rosalie se quedó fuera de su apartamento. Me llamó para que la recogiera. Alice tiene una llave de repuesto y está en camino.

—Oh —murmuré, mirando fijamente a la actriz sobre el hombro de Edward—. No es eso solo... —conveniente—… suerte.

Alice abrió la puerta y entró canturreando:

—Toc, toc. —Le dio a Rosalie una sonrisa—. Es la segunda vez este mes, Rose. Por suerte para ti, esta vez estaba en casa.

Rosalie lució un poco cabizbaja.

—Sí, suerte. —Se estaba hundiendo en un agujero—. Pensé que estaban en el centro comercial.

Sonó como una acusación y por suerte para mí, no fui la única que lo entendió así.

Los ojos de Alice se estrecharon hacia su amiga.

—Estábamos. Algo pasó y regresamos a casa. —Su tono implicaba que no le gustaba explicarse, especialmente ante su amiga.

Edward regresó su mirada hacia mí.

—¿Qué pasó? —Ante mi ligero encogimiento de hombros, miró a Alice, con los ojos brillando—. ¿Qué pasó?

Alice se apoyó contra la pared, cruzando sus piernas.

—Tanya quiso conocer a Isabella.

—¿Qué? —siseó, sus brazos apretándose alrededor de mí hasta el punto de dolor, entonces hizo algo estúpido. Apuntó su enojo por la situación hacia Alice—. ¿Dónde estabas tú?

Eso no sonaba como una acusación. Era acusación, así de simple.

El aire de la habitación se espesó a nuestro alrededor.

—Oye —lo tranquilicé, colocando una mano sobre su pecho.

Alice se enderezó, luciendo furiosa y luego habló en un susurro:

—Sé que estás molesto y yo también lo estoy, así que voy a dejar que la forma en que me hablaste hace un momento simplemente vuele. Pero hazlo de nuevo, Edward y verás qué pasa —habló con los dientes apretados—. No eres el único que se preocupa por Isabella.

Me sorprendió lo que pasó después.

Edward me soltó y fue hacia su hermana. Se puso de pie delante de ella, pareciendo perdido, esperaba su próximo movimiento. Cuando lo miró a los ojos, su ira se desvaneció tan rápido como llegó. Ella puso su mano en su brazo y habló tranquilamente no en forma de reprimenda, sino como un recordatorio.

—Cuida tu carácter, pequeño moj.

Él asintió, luciendo aliviado porque ya no estuviera molesta con él y la jaló para un rápido abrazo con un solo brazo. Edward realmente amaba a su hermana. Era la única persona que sinceramente quería a su lado. No lo culpo. Alice era una buena persona para tener de tu lado.

Bajó la cabeza y habló directamente en su oído. No escuché lo que dijo, pero ante su respuesta de “Está bien”, supuse que se había disculpado.

Rosalie decidió que entonces era el mejor momento para hablar.

—Bueno, será mejor que me vaya ahora. —Miró a Edward, sus ojos muy abiertos—. ¿Me puedes llevar a casa?

Edward miró de Rosalie a mí, decidiendo dónde poner sus prioridades y me gustó que no le diera un sí inmediato. Pero Alice, se hizo cargo de Rosalie.

—Jasper se está duchando en mi casa. Él te puede llevar a casa.

Pero Rosalie miró su reloj para ocultar la mancha de color rosa de sus mejillas.

—Oh, bueno, realmente tengo cosas que hacer. Me gustaría volver ahora. ¿Edward?

Alice no la creyó. Con un tono tranquilo pero firme, le dijo:

—Puedes esperar. —Entonces Alice se inclinó y pronunció—: Rose, eres mi amiga y te quiero, pero sé lo que estás haciendo y no me gusta. —Se detuvo un momento y luego advirtió—: Detente. Vas a terminar lastimada.

El rostro de Rosalie se sonrojó hasta el más brillante color rojo. Con sus labios delgados, miró a Alice y habló con sus dientes apretados:

—Supongo que entonces iré a esperar a tu casa.

Sin esperar una respuesta, se precipitó hacia la puerta y se dirigió hacia la casa de Alice.

Resoplé dejando salir un largo suspiro.

—Está bien, así que no era sólo yo, entonces, ¿cierto?

Alice suspiró, pasándose una mano por la cara.

—No, definitivamente no eres sólo tú.

Edward, sin tener ni idea, como siempre, preguntó:

—¿De qué están hablando?

Alice se burló en voz alta mientras yo rodé mis ojos. Establecí con calma:

—Rosalie está enamorado de ti, cariño.

—No, no lo está —negó inmediatamente mi reclamo.

Alice asintió.

—Sí, sí lo está, Edward. Siempre lo ha estado.

Su frente se frunció con confusión.

—¿Qué? —Entonces negó con la cabeza—. No, somos amigos. Sólo amigos.

No estaba lista para lo que Alice diría a continuación. Sonaba molesta.

—¿Ah sí? ¿Entonces por qué te dejó tomar su virginidad?

Mi aliento me dejó en una exhalación repentina.

—¿Disculpa? ¿Te acostaste con Rosalie? —Mi cabeza giraba con esta nueva información.

—Sí —respondió Edward con calma y luego se volvió para mirar a su hermana—. No sabía que era virgen.

Alice se acercó rápidamente hacia él, levantando su mano y picándolo en el pecho con su dedo.

—No te hagas el tonto. Se guardaba para ti. Planearon toda su puta vida juntos, que envejecerían juntos y tendrían sus lápidas una al lado de la otra. Entonces la follaste y no le diste nada. Ha estado suspirando por ti desde entonces. —Lo fulminó con la mirada—. La jodiste. Lo arreglaste. Estoy tan harta de esta mierda.

El rostro de Edward perdió toda expresión. Parpadeó, atónito.

—¿Me ama?

Estaba preocupada por la forma en que lo dijo, como si no pudiera creer que Rosalie pudiera sentir algo por él. Mi corazón empezó a correr. Me dolió conocer los hechos. En general, ella era la mejor opción. Era rusa. Era más bonita que yo. Su familia había sido una parte de Chaos. Ya me había dicho que podía estar allí para él de una manera que yo no podría y probablemente tenía razón.

¿Qué significa esto para mí? ¿Para nosotros?

Lentamente, una grieta comenzó a formarse a través del centro de mi corazón. Esto podría ser todo. Podría perderlo. Y tan poco tiempo después de que finalmente lo conseguí.

Sus hermosos ojos miel se encontraron con los míos.

—Espera. ¿Te ha estado haciendo sentir incómoda?

El miedo y la ira me hicieron escupir:

—Solo todo el maldito tiempo maldito. —El pánico me tenía que revelando todo—. Coquetea contigo. Te toca. Se aseguró que te viera golpeando a ese idiota de Moretti. —Si se acababa, se acababa. Mis hombros cayeron—. Te ama, Edward —lo susurré de una manera que decía Si la quieres, ahora es tu oportunidad—. Y hará cualquier cosa para conseguirte.

Edward tendió su mano, esperando. Bajé la mirada hacia ella por un largo rato luego suspiré con alivio, poniendo mi mano en la suya. Sus dedos se entrelazaron con los míos y se sentía como en casa.

Me reprendió gentilmente.

—Te dije que no leo bien a la gente. ¿Por qué no me lo dijiste, Ratón?

Mi corazón desaceleró su ritmo. La sensación de su cálida piel en la mía me tranquilizaba.

—¿Por qué lo haría? Te habría causado problemas. ¿Qué podrías haber hecho? No hubiera importado.

—Tus sentimientos me importan mucho.

Su mano libre se acercó para pellizcar suavemente mi barbilla. Levantó mi rostro para que notara su feroz mirada.

—Le habría dicho que mis afectos le pertenecen a otra, que era más feliz con mi Ratón. Que todo lo que puedo y podré ofrecerle es amistad. —Sacudió mi barbilla ligeramente—. Pero no me diste la oportunidad de hacerlo. Y ahora estás haciendo pucheros.

Mis ojos se estrecharon y mis labios se fruncieron.

—No lo hago.

—Lo haces —me dijo. Entonces sus ojos se suavizaron y besó fuerte mis labios fruncidos—. Para o te besaré hasta dejar tus labios en carne viva.

Soltó mi barbilla y subió las escaleras, dejándonos a Alice y a mí solas en el vestíbulo. Después de un momento, llamé por las escaleras:

—Ahora, ¿eso era una amenaza? ¿O una promesa?

El sonido de arcadas de Aliceme hizo reír en voz baja.


Edward


—Tenemos que hablar —dije en el receptor tan pronto como él respondió.

Eleazar Denali era un hombre duro. Por suerte para él, comprendía a los hombres como él.
Su duro acento ruso me dejó escuchar su desprecio a través del teléfono.

—A menos que me estés llamando para concertar tu iniciación en Zakon, no quiero oírlo, Cullen. —Una pequeña pausa—. ¿Qué quieres?

—Creo que dejé las cosas claras. Tu familia no tendría ningún contacto con la mía. Sin excusas.

Eleazar sonaba cansada cuando comenzó con:

—Si esto es sobre Vanessa...

Por una vez, no se trataba de Vanessa. Lo corté con:

—Tanya se acercó a mi mujer hoy.

Le oí respirar, pero no habló durante un rato.

—Así que, ¿es cierto, entonces? —Él suspiró—. Tenía la esperanza de que Irina y tú superaran sus problemas y se casaran.

Mi labio se curvó.

—Sé que es lo que querías, pero te he dicho una y otra vez que Irina y yo nunca nos casaremos.

Él habló en voz baja, pero era difícil pasar la ira por alto.

—¿Quién es ella, la chica?

Mi mano cayó sobre mi escritorio con un áspero golpe que resonó a través de la habitación. Me puse de pie y gruñí al teléfono:

—No es de tu incumbencia.

Eleazar disfrutó de mi repentino arrebato y trató de alimentarlo.

—Algunos de mis hombres dicen que se parece a un ángel. Que su belleza es inigualable. Tal vez tendría que conocer a esta mujer.

Gruñí, pero él continuó:

—¿Estás seguro de que no prefieres casarte con Irina? —Él podría llegar a ser tan aburrido—. Harías bien en recordar mi promesa, Edward. Sería una lástima que Vanessa desapareciera con su madre. Ya sabes cómo puede ser Irina. Tan frívola. Lo único que tendría que hacer es ponerla en un avión con su hija y…

Mi furia se levantó y lo interrumpí con un grito:

—Es mi hija. Vanessa es mi hija. Irina no fue más que una vasija. —Mi voz temblaba de ira—. Irina no es apta para llamarse a sí misma madre, y voy a esperar el tiempo que sea necesario hasta el día que Vanessa vuelva a su casa, aquí, conmigo.

Eleazar chasqueó la lengua.

—Ese resentimiento. —Luego suspiró—. Entiendo tu preocupación Cullen, pero Irina no es el monstruo que pareces pensar que es. Puede que no sea muy maternal, pero ama a Vanessa. Todos amamos a Vanessa.

Mis ojos se cerraron y tragué saliva. Tuve que recordarme a mí mismo que Irina era una buena actriz y podía mentir tan bien que incluso Emmett estuvo sorprendido por el repentino giro en su carácter. Eleazar no sabía quién era su propia hija.

Si él supiera.

Sabría muy pronto. Todos ellos lo harían. Esme era buena en su trabajo y yo no quería precipitar la situación. Cuando vas con prisa, te vuelves descuidado, y si Irina pensara por un segundo que tengo un plan, desaparecería en la noche con mi bebé.

No podía dejar que eso sucediera. Vanessa era mi mundo, y si la alejaran de mí, no sé lo que haría.

Esta conversación me estaba dando un dolor de cabeza.

—Dile a Tanya que se mantenga alejada.

Eleazar respondió con un desinteresado:

—Hablaré con ella. —Luego colgó.

Mi corazón latía con fuerza en mi pecho. Todos los días lejos de mi niña eran una muerte dolorosa. La necesitaba. Ella era la única cosa que había hecho bien en toda mi vida. Ella era la prueba de que incluso la persona más dañada del mundo, podía producir algo especial.

Espera. Sólo espera.

Cerré los ojos y sacudí la cabeza. No. Había terminado con la espera.

Pero era demasiado pronto.

Si sentía que tenía fuerzas para esperar más, lo haría, pero había pasado demasiado tiempo ya. Necesitaba a mi hija.

Marqué el número y sostuve el teléfono en mi oreja. Esme respondió con un feliz:

—Hola, Sr. Edward. ¿Qué puedo hacer por usted?

—Te necesito para acelerar las cosas.

Habló en voz baja:

—¿Cuánto tiempo tengo?

—Una semana —le respondí. No podía esperar mucho más.

Ella dijo con confianza:

—Considérelo hecho, Sr. Edward.

—Dale a Nessa un beso de mi parte, ¿quieres?

Ella susurró su respuesta.

—En una semana, podrá dárselo usted mismo.
*************************
Hola a todas muchas gracias por los buenos deseos bueno que les parecio el capitulo de hoy nos vemos el viernes con capitulo nuevo y no se olviden tambien por pasar a leer desenmascarado que tambien actualizare lunes, miercoles y viernes.

12 comentarios:

Fanny dijo...

Wow! Interesante...

Kari Salinas dijo...

Realmente está muy buena la historia estaba empezando a asustarme que Bella se rindiera pronto pero párese que no

Adriu dijo...

Ohh genial como le dijo a Bella que rose no le interesa...
Me encantó como la defendió y cuidó de eleazar
Y que es lo que tiene planeado para traer a vanessa..
Gracias por el capítulo y la historia
Saludos
Adriu

Chayley dijo...

Woowww... muy buen capítulo!

TataXOXO dijo...

Ughhh de verdad espero que Nessa regrese pronto... y que nadie más se atreva a tocar a Bella ni a Nessa.... además es muy lindo que Edward sea tan inocente en ese tipo de cosas;)
Besos gigantes!!!!
XOXO

vani dijo...

Hola, gracias por actualizar.
Estoy encantada con la historia y muy contenta con la persona cumplidora q eres en cuanto a las actualizaciones.
Saludos, suerte...

Kar dijo...

Hola hola Annel genial el capítulo, creo que aclarado el asunto de Rosalie Edward tomará cartas en el asunto, sabía que Este era más que una simple nana estoy ansiosa por leer el siguiente capítulo
Gracias nena
Saludos y besos 😘😘😘😘😘

Kar dijo...

PD también estoy leyendo desenmascarado y me encanta te felicito tienes muy buen gusto en las adaptaciones que eliges
Saludos y besos 😘😘😘

Unknown dijo...

Oh por dios¡¡¡¡
Es todo lo que diré
Estoy sin palabras

Anónimo dijo...

me encantooooooooooooo
que finalmente alguien pusiera en su lugar a rose
pobrecito ed me da rsa a veces
no se da cuenta de nada pero es tan tierno siendo asi
me alegra mucho que bella luche por su hombre
se extraña a vanessa pequeñita hermosa
me encanta que ed tenga de aliada a esme
un abrazo y gracias por el cap

Unknown dijo...

Siii!!! Dejo a Rosalie en su lugar
Pobre de ella, pero es que si está viendo que es feliz con bella para que se mete.
Aaa!!! Ya quiero ver qué tiene preparado mi edward para traer a Nessa de regreso *w*
Solo espero que las repercusiones no sean tan malas,
Por qué de todos modos la familia Cullen luchará con uñas y dientes.
Y espero que edward sea más demostrativo con bella, un capi con más escenas hot no me molestarían 7u7
Y por cierto también AMO TU OTRA ADAPTACIÓN, en vdd que sabes de libros :D
Muchas muchas gracia por ambas!!! \^w^/

cari dijo...

❤❤❤❤❤❤😘💕 Gracias

ORACION A MI SEXY VAMPIRITO

Edward de mi guarda
De mi sexy compañia
Bebete mi sangre
De noche y de Dia
Hasta que caiga en tus brazos
Y sea tu marca de heroina