miércoles, 29 de junio de 2011

CAPITULO II TICED CAP I


CAPITULO I
POV EDWARD.

Mi día no podía ir peor, encima de que mi hermana había insistido en hacer el viaje conmigo, por su culpa habíamos perdido el avión a marruecos, así que tuvimos que utilizar nuestro avión privado, no es que me molestara pero si solo íbamos a estar un día, para que hacer viajar al pobre de James, el si tiene familia con la cual convivir. Y Alice a veces solo piensa en su comodidad.

En fin, después de todo tampoco es su culpa, no, la culpa es de ese señor, mi dichoso tío lejano, que me heredo sus tierras en marruecos, ni si quiera sabía que existía, pero según lo que me dijo Carslie, quería mucho a mi madre. Y al no tener otros familiares me heredo todos sus bienes a mí.

Pero para reclamarlos tengo que hacer el dichoso viaje a marruecos, tengo que visitar a uno de los mejores amigos de mi tío, él es quien me contacto y con quien tengo que recurrir para que mi herencia sea cobrada.

¿Edward? -La vocecita de mi hermana me saco de mis pensamientos.

¿Qué pasa Alice?-

Crees, que me puedas llevar a la medina, Jane me dijo que hay muchas cosas lindísimas que comprar ahí.-

-Alice, este viaje es de negocios no de placer.

Pero, aunque sea un ratito, anda por fis, por fis,

Ya veremos Alice compórtate si, No hagas que me arrepienta de haberte traído.

Uff, eres tan amargado, por eso no tienes novia.

No, no tengo novia porque no quiero. Le sonreí.

Eres un engreído lo sabes ¿verdad? Me saco la lengua.

Algo me han dicho de eso.

No Eddie enserio, tienes 24 años y aun no tienes novia, a tu edad nuestros padre ya se habían casado.

Si pero el amor, no es igual para todos, no quiero a alguien que este conmigo por mi dinero.

Lo sé, pero hay personas que son buenas, no todas son zorras caza fortunas como Tania Denali.

Alice, Tania tiene su propia herencia, y es solo una conocida.

Si, Una conocida a la que te encamas cada que puedes.

Eso fue solo una vez, y no tengo por qué hablar contigo de esto.

Como quieres, igual me enterare, ella se encargo de divulgar tu pequeño desliz con ella.

Ya Alice, basta.

La voz de la azafata anunciando, nuestro aterrizaje interrumpió nuestra pequeña discusión.

Descendimos del avión, y un sol cegador nos cubrió, jamás había estado en marruecos, es un lugar, muy caluroso, con demasiado sol, cosa que casi nunca se ve en Londres.

Nos dirigimos a la salida del aeropuerto, y tomamos un taxi, gracias a dios algunas persona aquí hablan ingles, antes de ir con el amigo de mi difunto tío, quise pasar al hotel a refrescarnos, el viaje hasta el hotel tuvo algunos pequeños inconvenientes, y es que a medio camino, el chofer se estaciono, se bajo del vehículo, extendió su tapete en el suelo y creo que se puso a orar.

¡Dios! ¿Por qué a mí?

No puede ser, al parecer otro coche se estaciono al lado de nosotros y su chofer hizo lo mismo.

La persona que estaba en el otro vehículo, bajo ligeramente la ventanilla. Y yo me quede perdido, e hipnotizado con unos orbes marrones, muy profundos y expresivos, era una chica, una chica musulmana, por lo poco que alcance a ver, llevaba toda la cara cubierta y solo pude apreciar sus ojos, sus hermosos ojos, el velo que cubrió su rostro era azul, me quede perdidamente hipnotizado con sus ojos, Hasta que alguien dentro de su vehículo llamo su atención, le dijo algo en árabe y ella le respondió, después de eso, subió la ventanilla de su auto, yo quería hablarle, decirle algo, pero no me percate en qué momento el chofer subió al taxi y comenzó la marcha rumbo al hotel, al otro auto lo perdimos en una esquina.

¿Y a ti que te pasa?

Nada, que me va a pasar.

Desde que bajamos del taxi, esta como idiota, tengo como 5 minutos llamándote y tu estas en la luna Edward.

No pasa nada Alice, Nada.

Como digas, me voy a duchar para acompañarte con el Señor, Alejandro. No olvides llamar a marco, no cono conocemos este lugar.

De acuerdo Alice.

Me retire a mi habitación y también me di una ducha, aunque en lo único que pensaba eran en los hermosos ojos chocolates que había visto esta mañana.

POV BELLA

¿Bella?

¿Que pasa? nanita.

Eso quiero saber, ¿Qué pasa contigo? Desde que regresamos del mercado estas como distraída,

No pasa nada nana, es solo que…

Es solo que está pensando en el desconocido del coche. Samira me dio una mirada que me hizo ruborizar.

¡Samira! No digas esas cosas tan alto que no ves que te puede escuchar el señor Alejandro.

Hay nana, pero no me diría nada, no es él, el más interesado en que bella encuentre un buen marido y se case.

Hay samira no digas tonterías, aun es muy pronto, tengo que terminar la escuela, e ir a la universidad, quiero viajar, y mis primos deben casarse primero.

Ya lo sabemos Bella, pero bastante hace tu Abuelo con soportar todas tus travesuras, el ya esta grande corazón, lo único que quiere es ver a sus nietos casados, con alguien que los merezca.

Lo sé nana, lo sé.

Bueno, anda a cambiarte, no se que mañia tuya es esa de vestirse como nosotros.

Oye nana, me gusta el aire de misterio queda esta ropa, así que lo seguiré haciendo. Aparte tu bien sabes que si salgo a la medina, sin velo, revolotean como moscas a nuestro alrededor.

Eso si nanita, Bella tiene razón.

Como sea, sube a cambiarte no tardan en llegar los invitados de Samira.

Hay si amiga, vamos a festejar tu cumpleaños. Vamos a celebrar con mucha alegría.

¡Ala lo quiera así! Samira sonrió.

Ya verás que sí. Le sonreí a mi mejor amiga en todo el mundo, samira se había convertido en eso, desde que llegue a vivir aquí en marruecos, luego que mis padres murieran.

¿Bella?

Que pasa dime, samira.

¿Danzaras? Lo prometiste.

Claro que si, tontita, ahora voy a ducharme y arreglarme ok.

Aja, ¿Qué traje quieres que te prepare?

¿Cuál te gusta más samira?

El azul… dijo samira algo dudosa.

Entonces el azul será. Me despedí de Mi nana con un beso y subió las escaleras a mi habitación, pero no podía dejar de pensar en esos ojos verdes, como la esmeralda o como el jade, si creo que eran más parecidos al jade. Jamás había visto unos ojos tan hermosos, aunque todo en ese joven era hermoso, por lo menos todo en su rostro.

¡Ya bella! Es un desconocido, probablemente nunca en la vida lo vuelvas a ver, será un turista. Me reprocho mi subconsciente.

Así que mejor me zambullí en la tina para darme un baño. Un buen baño siempre lograba alegrarme el día.

Cuando termine me dispuse a vestirme, mi traje ya estaba colocado sobre la cama, me lo puse y arriba de este me puse otro vestido árabe un poco más acorde para celebrar un cumpleaños, es que me gustaba que las amigas de samira se sintieran in cómodas en mi presencia, y nada me costaba estar un poco acorde con sus tradiciones. Aparte he vivido tantos años aquí en Marruecos que ya me acostumbre, siempre me he vestido así por lo menos desde que empecé a vivir en el Cairo.

Toc, toc, ¿Bella puedo pasar?

Claro que si samira.

Que linda estas.

¡Gracias! Tú te ves hermosa.

Eso, es gracias a ti, gracias por el vestido.

No tienes nada que agradecer samira, yo te considero como mi hermana. Lo sabes.

Yo igual, samira me abrazo y yo le regrese el abrazo, las dos compartíamos un lazo muy fuerte, tal vez porque las dos habíamos perdido a nuestro padres, por lo menos yo tenía a mi abuelo y a mis primos, pero ella no tenía a nadie, por eso no pensé ni dos veces pedirle a mi abuelo que samira fuera mi dama de compañía, para que viviera con nosotros aquí en marruecos, la quiero mucho.

¡Mis niñas! ¿Puedo pasar?

Adelante nana, ya sabes que tu eres bien recibida siempre.

Solo les vengo a informar que sus amigas ya llegaron las esperan en el salón.

Anda vamos ya samira.

Bajamos las dos junto con la nana, el salón esta muy bonito, adornado como es la costumbre, los cojines en el piso no faltaban, y los almohadones, al igual las amigas de samira alguna mias también, vestían como la tradición marca, su gran túnica, muy pocas traian vestidos, pero eso si, todas a excepción de mi usaban velos, algunas se cubrían totalmente el rostro y solo mostraban sus ojos, otras, dejaban al descubierto su rostro tapando únicamente su cabello, pero en cuanto llegamos se comenzaron a quitar los velos, ya que éramos puras mujeres las que compartíamos el salón.

Comimos algunos bocadillos típicos, y entre tanto ruido me pareció escuchar la campana de la puerta, pero no estoy segura, mi tío no esperaba ninguna visita me lo hubiera dicho.

Seguimos conversando hasta que samira dijo que era tiempo de que danzara, asi que rápidamente me cambie, y la música comenzó a sonar, samira me pasó mi velo azul, ese que hace juego con el vestido.

POV EDWARD

¿Seguro que es aquí?

Claro Edward ya te lo dije, el amigo de tu tio Cayo, vive en este lugar.

Entonces vamos, toque la campana y después de unos segundos nos abrió la puerta, una señora con la típica vestimenta de los musulmanes, la observe brevemente, no sé que esperaba encontrar, quizá los hermosos ojos chocolate de esta mañana.

¡Salamaleicon! Dijo mi tío marco.

¡Aleicon salam! ¿Puedo ayudarles en algo?

Ehh, si buscamos al Señor Alejandro. Dije yo rápidamente.

Adelante, ahora llamo al señor.

Entramos a lo que supongo era una sala, de una de las puertas que estaba cubierta apenas por unas cortinas verdes, salía música, no era nada que hubiera escuchado antes, era canciones en árabe.

¿Qué será? Mi hermana estaba tan atenta como yo a esa música.

Alice, no, esta no es nuestra casa, compórtate si. La tuve que reprender antes de que siguiera avanzando.

¡Marco!

Salamaleicon Alejandro.

Aleicon salam Marco.

Estos son mis sobrinos, Alice y Edward.

Te pareces mucho a tu padre Edward, y tienes los ojos de tu madre, de Elizabeth.

¿Usted conoció a mi madre?

Si, era una joven muy hermosa, y tu padre muy gallardo, eran una hermosa pareja.

Si, lo eran, concorde con él.

Bueno, supongo que has venido por la carta que te mande verdad.

Si, asi es, me disculpo por venir sin avisar.

Descuida, los familiares de mi difunto amigo Cayo siempre serán bien recibidos.

Pasemos a mi despacho por favor.

Zoraida lleva a la ¿pequeña? Pregunto observando a mi hermana.

Alice, respondió ella con un poco de pena.

Anda Zoraida, lleva Alice, a la fiesta de samira, se aburrirá con asuntos de negocios.

¿Puedo Edward?

Claro ve, con mucho cuidado Alice.

No te preocupes, mi nieta es de su edad, al igual que su dama de compañía. Están celebrando su cumpleaños.

Deje a mi hermana y salimos rumbo a su despacho, hablamos de muchas cosas, pero me incomode al momento que el Señor Alejandro me dijo que no se podía leer el testamento por que el abogado encargado de eso, había tenido una urgencia en el Cairo. Y como no avise tendría que irme y regresar el próximo fin de semana o esperarme hasta que el regresara.

¿Qué dices Edward lo esperaras?

Si, no me queda más remedio, esperare a que el abogado regrese.

Qué bien, te puedes quedar en mi casa si te parece.

No queremos molestar.

No son molestia. Pero por qué no lo consultas con tu hermana.

Si eso hare, puedes buscarla en la sala, de seguro hay esta.

Con su permiso. Me levante y Salí de su despacho

Recorrí el mismo camino que ocupamos para acceder al despacho, pero un murmullo de voces me llamo, había aplausos y grititos de alegría, sentí mucha curiosidad y me acerque a la pared, que era un muro con pequeñas rendijitas por donde se podía mirar, y entonces fue que vi lo que las entretenía tanto, porque todas eran mujeres.

En medio de la habitación estaba un ángel danzando, se movía magníficamente, sus caderas llevaba un ritmo que te invitaba a perderte en ellas, movía un velo por enfrente de su rostro, lo cual me impedía apreciarlo, usaba un traje azul, era una falda que cubría desde su cintura hasta sus tobillos, la parte de arriba era similar a la de un traje de baño, todo era azul con bordados dorados, que parecía como si fue de oro. Giraba cual bailarina de ballet, tenía una gracia impresionante, todos le aplaudían, su baile era muy sensual, se inclinaba hacia el frente y hacia atrás, dejando su espalda casi en posición horizontal, entonces levantaba un pie y lo movía, pude ver que de su tobillo colgaba un pequeño pulso de oro. Volvía a girar y su cabello suelto revoloteaba con ella, eran de un café hermoso, entonces recode a los ojos chocolate de esta mañana pero no podía ser ¿o sí?

Sin saber cómo me acerque más, y mas, y camine hasta la puerta, hay la podía apreciar mejor, pero aun así no veía su rostro, en una de sus vueltas justo cuando el velo quedaba en su rostro alguien dijo mi nombre.

¡Edward!

Ella se detuvo y todo mi mundo también, al ver sus ojos chocolate, los mismos que esta mañana, ella dejo caer el velo y pude admirar su rostro, era perfecta, parecía un ángel de Botticelli, no ni Botticelli trabajaba también.

Solo fue un segundo en el que en su rostro se dibujo una hermosa sonrisa, para después oír, gritos, y ver que alguien la cubría y la alejaba de ahí.

¡Edward vámonos!

¿Qué pasa aquí? ¿Zoraida?

Señor Alejandro, es que este joven entro en la sala donde estaban las muchachas.

Ahh, es eso.

Lo siento yo no sabía que no debía entrar.

Descuida Edward, no es tu culpa, solo que aquí las costumbres son algo diferentes.

Si es Jaram que una mujer se deje ver sin velo. Un tipo alto, medio rubio, y de ojos azules entro en la habitación.

¿Ahh? Mi hermana tenía cara de no entender nada.

Dimitri, hay estas hijo, este es el sobrino de Cayo, Edward.

Este es mi nieto Dimitri.

Un placer. Extendí mi mano.

Discúlpame pero no puedo decir lo mismo. El volteo hacia otro lado. La suerte de mi prima, acaba de caer, como el velo que estaba usando.

Dimitri. Lo sentencio su abuelo. El no sabía.

Yo lo siento si los he ofendido, me disculpo.

Vámonos Edward, Alice. Mi tío marco hablo algo molesto.

Hasta luego don Alejandro.

Hasta luego pequeña, son bienvenidos cuando quieran.

Gracias. Me despedí con un apretón de manos, el sabia que esa costumbre de besos en la mejilla entre hombre no era de mi agrado.

¿Edward?

Dígame Alejandro.

Recuerda mi propuesta.

Claro lo tendré presente, gracias.

Nos despedimos de Alejandro y salimos de esa casa, claro qué pensaría su oferta sobre todo cuando había encontrado a mis hermosos ojos chocolate.

POV BELLA

¡Edward! Escuche que alguien llamaba a un tal Edward, cuando estaba por finalizar mi vuelta, fue que lo vi, hay justo en la puerta estaba de pie el desconocido de esta mañana, deje que mi velo resbala por mis dedos hasta el piso. Y no pude evitar sonreír.

Un segundo después samira estaba cubriéndome con una túnica y sacándome de ahí.

Solo vi al desconocido mientras samira me arrastraba escaleras arriba.

¿Samira quien era el?

No lo se, pero arruino mi fiesta, y te vio bailando.

Si, eso lo se. Pero era…

Ten la decencia de cubrirte.

¿Dimitri que haces aquí?

Yo… mejor dime que hacías tu danzando en la sala y como se te ocurre dejar caer a si tu velo, como si fueras una…

¡No me insultes!, yo estaba con mis amigas, era una fiesta, no sabía que había visitas.

Pues tu suerte caerá, como cayo el velo de tus manos.

Dimitri. Mi primo salió azotando la puerta de mi habitación.

Tranquila Bella, no le hagas caso a Dimitri, sabes que no le gusta la gente extraña eso es todo.

Si tienes razón.

Aunque en verdad nada me podía molestar en este momento, no después de a ver visto de nuevo a mis ojos esmeralda.

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ORACION A MI SEXY VAMPIRITO

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Hasta que caiga en tus brazos
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