CAPÍTULO II
CONOCIENDONOS
—Giré sobre mi hombro y lo vi, no voy a negarlo, era guapo, muy gallardo
y varonil, le sonreí, pero no estaba para romance en estos momentos, mi
prioridad era sacar adelante la hacienda, eso era lo único importante, además,
tenía a mi mejor amigo Jacob, no me hacía falta nada más.
—Vaya—dijo Rebecca al verme llegar—Luces hermosa, Bella—dijo antes de
darme un beso en la mejilla.
— ¿Sólo ella? —se quejó Ángela y todos reímos.
—Claro que no Ángela -dijo Jacob—las tres lucen hermosas.
—Gracias—respondió Ángela sonriendo— ¿Han visto a Ben? —preguntó un
tanto sonrojada.
Ben era algo así como su novio, era uno de los peones de la hacienda,
muy buen tipo.
—Estaba en el puesto de dulces—le respondió Rebecca.
—Nos vemos—contestó ella alejándose.
—Ahora sí—dijo Jacob—Salúdame como se debe—sonrío y se acerco a mí, me
dio un beso en la comisura de los labios que me hizo sonrojar.
—Jacob—me quejé, él rió al igual que Rachel y Rebecca.
—Ya deberías aceptar a mi hermano Bella—dijo la ultima con una sonrisa
bailando en sus labios.
— ¡Exacto bella!—apoyo Rachel—Por favor ya libramos de este
malagradecido.
—Oye—se quejó Jacob—No hablen así, ¿Qué pensara bella? —dijo.
—Es broma—dijo Rachel—Y Bella lo sabe, ¿o no? —me preguntó, asentí y
reímos todos juntos, las gemelas me enseñaron el puesto que me tocaba atender
por las próximas dos horas. Jacob me ayudo a acomodar una silla y algunas otras
cosas. Sonreí al verlo terminado, había una cortina que separaba la cabina de
lo demás, y un gran letrero que decía: "BESOS DE A PESO".Y en el
interior una silla donde me sentaría.
Luego de que terminamos se ofreció a llevarme por un helado, caminé
tomada de su brazo, llegamos al puesto y a lo lejos vi al joven de hace un
rato, estaba sentado al lado de Demetri, no pensé que fuera su amigo, pero
pensándolo bien, el tal vez era el nuevo hacendado, eso explicaba muchas cosas,
sentí su mirada insistente sobre mi espalda, sonreí, no era vanidosa, pero ¿A qué
mujer no le gusta ser admirada? muchas en el pueblo me envidiaban porque Jacob
gustaba de mi, y otras tantas por Michael Newton, pero por mí que al último se
lo quedaran, jamás andaría con Newton, es un patán de lo peor, pobre Jessica,
que es la que se echará el paquete sí se casa con él.
—Aquí está tu nieve preciosa—dijo Marcelino, le sonreí, era uno de los
poco señores del pueblo que me caía bien.
—Gracias—dije, Jacob lo pagó y caminamos de regreso al puesto, se quedo
conmigo hasta que termine la nieve.
—Gracias—dije—Estuvo deliciosa—sonreí.
—De nada hermosa—dijo el sonriendo. Sí, Jacob me gustaba…y mucho.
—Nada de besos en la boca—me dijo.
— ¿Cómo si pensara darlos?—me defendí—Lo menos qué quiero es besar a un
borracho—hice una mueca de asco por lo que Jacob rió.
—Eso espero—sonrío—Si alguien te molesta, sólo dímelo —añadió en tono
celoso, sonreí.
—Eso hare—sonreí de vuelta—no te preocupes—le dije.
—Nos vemos hermosa—dijo.
— ¿A dónde vas? —le pregunté.
—A formarme en la fila—respondió—Yo también quiero mi beso—agregó
haciéndome sonrojar.
Di un gran respiro antes de abrir la pequeña cortina que cerraba el
pequeño puesto de besos, literalmente mi boca se abrió al ver la fila de
personas que aguardaba por un beso en la mejilla, no pensé que fuera tanta,
reí. Suspiré y comencé con mi trabajo, al principio fue sencillo, niños de la
primaria que sonreían y se sonrojaban, después uno que otro trabajador de la
hacienda, personas que conocía y quería, fue el turno de Jacob y el tonto me
beso de nuevo en la comisura de los labios haciéndome sonrojar, aproveché el
momento para pedirle que fuera por Camila a la hacienda, Rachel la necesitaba,
aun faltaban doscientos pesos para completar mi cuota, algo absurdo sí
consideramos que no somos más que unos doscientos cincuenta habitantes en el
pueblo, pero en fin, las chicas olvidaron ese pequeño detalle.
—Vaya, vaya—dijo una agria voz que conocía—Si es la hermosa
Isabella—dijo Mike enfrente de mí, por su aliento supe que había está tomando.
—Hola Mike—respondí.
—Hola preciosura—traté de sonreír—Vengo por mi besito— Me tendió el
dinero y yo lo tomé, haciendo acopio de todas mis fuerzas me incliné para
besarle la mejilla, el muy idiota, tomo mi rostro y me besó a la fuerza.
—Suéltame—dije.
—Vamos linda—dijo él con arrogancia— Sé que te mueres por mí, no tienes
por qué negarlo, mejor ven conmigo y vamos los dos solos a algún lugar a
divertimos—añadió acariciando mi mejilla.
—Púdrete Mike—dije—no iría contigo ni aunque fueras el último hombre
sobre la tierra—le grité.
—Oh bella—dijo él tomando mi rostro de nuevo entre sus manos.
— ¡Suéltame!—grité, no sé en qué momento se me ocurrió decirle a Jacob
que volviera a la hacienda por Camila. ¿Ahora quien me ayudaría? — ¡Suéltame!—dije
una vez más, mientras trataba de soltar mi brazo.
— ¡La señorita dijo que la soltara!—hablo una aterciopelada y masculina
voz— Mike giró su rostro al igual que yo para ver de quien se trataba—Sería
bueno que dejara a la señorita seguir con su trabajo, ya que hay personas
esperando por nuestro beso. —Añadió tomando el brazo de Mike haciendo que me
soltara, era un hombre alto, gallardo, el mismo que vi cuando llegué a la
feria, sin duda debía ser uno de los nuevo hacendados.
— ¡No te metas idiota!—replicó él—No sabes con quién te estás metiendo.
—No—respondió el joven—no lo sé, ni me interesa, pero sí vuelve a
molestar a la joven, usted me va a conocer—agregó con voz molesta.
Eso me provoco un ligero estremecimiento, pero no por el susto. Mike
intento darle un puñetazo que él esquivo.
—Detente newton—grité saliendo del puesto, varias personas se habían
acercado para ver que ocurría, el joven tomó a Mike del brazo y lo tiró al
suelo. Pero Mike lo pateó en el torso haciéndolo caer también.
— ¡Mike basta!—grité.
Rápidamente los amigotes de Mike se acercaron hacia nosotros, pero
llegaron Demetri y otros hombres más, para separarlos.
— ¡Me las vas a pagar imbécil!—gritó Mike.
—Cuando quieras—respondió él.
—Tranquilo Edward—le pidió una joven bajita, "Edward" así que
ese era su nombre, "Edward".
—Llévate a Newton—exigió Demetri a Tyler.
—Dile a tu patrón que se cuide. —respondió el.
—No seas idiota niño—respondió el tal Edward.
Tyler lo ignoró y ayudó a Mike a ponerse de pie, miré hacia los lados, y
las personas nos miraban con expresión curiosa. ¡Genial! Esto se haría un
chisme, estas son las consecuencias de vivir en un pueblo pequeño como Forks.
Mire hacia el piso y vi tirado el sombrero que traía Edward.
— ¿Bella estas bien? —Preguntó Rebecca llegando a mi lado, asentí— ¡oh
cielos, no debí mandar a Jacob por Camila! —añadió.
—Está bien Rebecca, tranquila—dije, tomé el sombrero del suelo y camine
hasta donde estaba Edward.
—Gracias— le dije, el me sonrío, el labio le sangraba. —Está herido—sin
querer mi mano viajo por sí sola hasta su rostro, y acarició el golpe, me sentí
idiota y avergonzada, pero ni siquiera lo medite, cuando me di cuenta de lo que
hacía retire la mano. El sonrío.
—No es nada—respondió de nuevo con esa melodiosa voz— ¿Estás bien?
—preguntó tuteándome, asentí.
—Gracias de nuevo—dije—Mike es un idiota—el sonrío de lado, haciendo que
me sonrojara.
—Soy Edward—dijo extendiendo su mano para que la estrechara—Edward
Cullen—lo hice.
—Bella Swan—respondí—Isabella Swan— corregí.
— ¿Seguro que estas bien? —preguntó, asentí.
—Gracias, pero tengo que volver a mi puesto—dije.
Le sonreí una vez más y caminé de regreso con Rebecca. Me preguntó de
nuevo sí estaba bien, y hasta que no le confirmé que lo estaba no me dejo tranquila,
me senté de nuevo para terminar mi turno pero al abrir la cortina me encontré
con la sonrisa torcida de Edward.
—Es mi turno señorita—susurró con una sonrisa.
—Es un peso por beso—dije con una sonrisa.
— ¿Cuánto te falta para terminar tu ronda? —respondió él sonriendo de
lado, y acomodando su sombrero.
—Cómo 200 pesos—le respondí.
—Bien—respondió él—Sal de ahí, vamos por algo de beber—agregó.
—No puedo abandonar mi puesto—respondí—Además ¿por qué iría con usted?
—añadí levantando una ceja.
—Mmm—fingió pensar—En compensación por el golpe recibido—dijo al final
haciéndome reír.
—No puedo—dije—De verdad lo siento, pero no puedo irme hasta reunir el
dinero—sonreí.
—Eso—dijo. Con un dedo me indico que lo esperara un segundo, saco su
billetera y me tendió un billete de doscientos pesos, sonreí negando.
—Es demasiado—dije.
—No—respondió él—En vez de besos me puedes acompañar a tomar
algo—suspiré.
—De acuerdo—respondí—Pero sólo un rato, mi hermano no debe de tardar en
venir por mí—agregué,
Él asintió, deposité el dinero junto al resto y se lo di a Rachel quien
me sonrío con complicidad, salí del puesto y ahí me esperaba Edward, me indicó
que lo tomara del brazo y eso hice, caminamos escuchando las protestas de las
personas que no pudieron obtener su beso.
—Creo que me gane varios enemigos—dijo él riendo.
—No lo creo—respondí—Se les pasara cuando Rachel les de su beso—el
sonrío,
Me llevo hasta el puesto de bebidas y me pidió una jícara de popo (*),
también pidió una para él. Nos sentamos en una banca. De reojo noté que me
observaba, eso me puso nerviosa. — ¿Tengo algo en el rostro? —le pregunté, el
negó divertido.
—No—respondió.
— ¿Entonces por qué me miras así? —inquirí.
—Eres hermosa—dijo con una sonrisa—Me gusta apreciar cosas hermosas—lo
ultimo me molestó, yo no era una cosa, era una persona.
—No soy un objeto—dije un poquito más fuerte de lo que me hubiera
gustado.
Pero no pude evitarlo, odiaba que James me dijera que era hermosa, que
debía conseguir un buen marido y casarme, no era un objeto material, era un ser
de carne y hueso, una persona.
—Siento que sonara así—respondió—Es que en verdad eres una belleza—me
sonroje.
—Bella—llamo alguien, miré de dónde provino la voz y encontré la mirada
furiosa de James.
—James—dije poniéndome de pie rápidamente.
— ¿Qué haces? —preguntó jalándome por el brazo.
—Suéltame—dije tratando de quitarme su brazo de encima, me estaba
apretando y dolía.
—Vámonos—ladró él jalándome para que caminara a su par.
—James—le dije—Me estas lastimando—dije apenada por qué Edward estaba a
unos pasos de nosotros.
—La señorita dijo que la soltara—la voz fuerte y molesta de Edward hizo
a james soltar mi brazo.
— ¿Tu qué? —Ladró— ¡Ella es mi hermana, no te metas!—agregó.
—A una dama no se le trata así—replicó Edward, James dio un paso al frente
y yo me puse en medio de ambos.
—Basta James—dije poniendo las manos en su pecho, el me miró.
— ¿Qué fue todo eso de Mike? —ladró, ya se había tardado.
— ¡El imbécil de Mike intentó propasarse conmigo!—me quejé.
—Ese no es vocabulario para una señorita—respondió él.
— ¡Al diablo el vocabulario! ¿No es escuchaste lo que te acabo de decir?
—Casi grité—Mike intentó aprovecharse de mí, y el señor Cullen solo me ayudó,
ahora solamente estábamos tomando algo—me excuse.
—Eso no es…—dijo James— ¿Cullen?—Preguntó con interés, cambiando
completamente el tema la discusión— ¿Edward Cullen? —agregó con el mismo tono
de claro interés y curiosidad, Edward asintió.
—Edward Cullen—extendió la mano, James se la estrechó.
—Lo siento—se disculpó James—Perdón—Soy James Swan—agregó más calmado y
con una sonrisa—Debe disculparme, siempre que se trata de mi hermana pierdo los
estribos, ella es la joya de la familia—dijo pasándome un brazo por los
hombros. Me sorprendió su muestra de afecto, sobre todo por qué nunca las tiene
conmigo, no recordaba la última vez que me había dicho un "te
quiero", y ahora hasta me dio un beso en la mejilla, Edward notó mi
incomodidad y sonrío ligeramente como apoyo.
—Gracias por ayudar a mi "hermanita" —agregó James.
—Para mí fue un placer—respondió Edward con su hermosa voz
aterciopelada. —De hecho como ya le dijo ella, estábamos tomando algo.
—Oh si claro—respondió apresuradamente James—Te veré luego bella, ten
cuidado "cielo" —se despidió de Edward y se encaminó hacia el lado
contrario de donde estábamos. Suspiré de alivio.
—Lo siento—dije después.
—No tienes porque—agrego él.
—No sé qué le pasa a James—dije sinceramente.
—Es obvio, eres su hermana, eres hermosa, y yo soy un desconocido—dijo
señalándose.
—Sí—dije—Eso creo—añadí—Es hora de que regrese al puesto—lo miré y él me
sonrió.
—Creo qué es hora de cobrar mi premio—dijo
— ¿Premio? —pregunté.
—Pague doscientos pesos—dijo el—Así que quiero mi beso.
—Dijiste que no importaba—me crucé de brazos—Así que no estoy obligada a
besarte—respondí cruzándome de brazos. Él rió.
— ¿Serias tan mala de no darle un beso a tu salvador del día? —me
preguntó divertido.
—Bueno sí…Tienes razón—él se acerco a mi—Pero sólo uno—indiqué con un
dedo.
—Por hoy con eso me conformo—respondió él.
Tomó mi rostro entre sus manos y acercó el suyo, podía sentir su cálido
aliento sobre mi boca y pronto sentí el roce de sus labios, sabía que no estaba
obligada a besarlo en la boca, pero quería saber que se sentía, él era guapo y
yo sólo había besado a una sola persona en toda mi vida…a Jacob. Todo fue
rápido pero dulce.
—Eres muy hermosa bella—me susurró antes de soltarme.
—Gracias—susurré en respuesta, sentía mis mejillas arder y no pude
evitar morderme el labio, sus ojos estaban fijos en mi boca. —Creo que…creo que
mejor me voy—dije alejándome.
—Espero que nos volvamos a ver—me dijo, y le sonreí.
—Eso es seguro, el pueblo no es muy grande—respondí.
—Entonces…hasta pronto—susurró.
—Hasta pronto—respondí girándome y caminando hacia el puesto, no pude
evitar acariciar mis labios.
— ¡Oh bella ahí estas!—dijo un muy preocupado Jacob, le sonreí.
—Jake—susurré.
—Perdóname, no debí dejarte—dijo abrazándome, me encerró fuertemente
contra su pecho, sonreí, él era tan…Jacob.
—Tranquilo Jacob—dije—No fue tu culpa, el idiota de Mike es así.
—Por suerte estaba el señor Cullen para ayudarte Bella—susurró Ángela
coqueta.
— ¿Cullen? —Preguntó Jacob— ¿El nuevo dueño de La hacienda Tanner?
—asentí.
—Estaba formado en la fila y me ayudo cuando Mike se puso
pesado—respondí.
—Es guapísimo—dijo Rachel —Y se porto muy lindo con bella—agregó
guiñándome un ojo.
—Sólo fue amable—respondí —Por cierto ¿han visto a James? —pregunté
—En la cantina—susurro Ángela con pena.
—Porque no me sorprende—dije sentándome en una de las bancas.
—Tranquila bella—dijo Jacob—Tu hermano sabe lo que hace—negué.
—Gasta lo que no tenemos Jacob—suspiré—Papá regresa mañana de su
tratamiento en la capital, y ¿Qué le voy a decir?..¿Qué perderemos la hacienda?
él no…no lo soportara—Jacob me abrazo y yo lo abrace a él, en estos momentos lo
necesitaba, suspiré, por esto era que no me podía dar el lujo de pensar en nada
mas que no fuera salvar la hacienda.
— ¿Quieres regresar ya a tu casa? —me preguntó, asentí.
— ¿No estás molesto? —Pregunté—Te prometí que pasearíamos—dije.
—Está bien—dijo el—Ya habrá más ferias.
—Gracias Jacob—dije—Gracias por siempre estar conmigo—bese su mejilla.
—Siempre estaré para ti Bella—dijo él—siempre—le sonreí.
Caminamos para despedirnos de las chicas, nos esperaba un largo camino a
casa.
********************************
EDWARD
La miré caminar a la par con el tipo ese…con él mismo que la había visto
platicar anteriormente, bufé, ¿Cómo podía besarme y después caminar de la mano
de otro tipo? ¿Sera qué no es lo que aparenta? ¿Sera igual que Tanya?, eso
tenía que averiguarlo.
—Demetri—dije, él se acerco a mi mesa.
— ¿Dígame señor? —dijo de pie, le indiqué que se sentara junto a mí.
— ¿Quién es el que va con la chica Swan? —pregunté mirándolos de reojo.
— ¿Jacob? —preguntó extrañado.
—Jacob—repetí— ¿Ese es su nombre? —Él asintió— ¿Es su novio? —pregunté
pidiendo internamente que dijera que no, ella había negado el tener novio pero
nunca se sabe.
—No señor—dijo el—Bella no tiene novio—aseguró—Jacob es el capataz de La
hacienda Swan—completó—Además de ser el mejor amigo de Bella, su padre y el
padre de Jacob siempre han sido muy amigos, por eso ellos crecieron como
hermanos.
— ¿Pero él no la ve como su hermana verdad? — é l negó con un movimiento
de cabeza.
—Para nadie es un secreto que Jacob está enamorado de Bella—dijo—Y en
verdad creemos que ella también lo quiere, simplemente que no se…nunca han sido
novios o por lo menos no que yo sepa, Bella es una chica muy especial y
hermosa—suspiró—Se dedica al cuidado de su padre y de su hacienda, quería ir a
estudiar a la capital pero cuando su padre enfermó prefirió quedarse a su
cuidado, es muy amable, todos en el pueblo la aprecian mucho.
—Es una joya—dije suspirando, me gustaba la descripción que me daba de
ella, salvo el detalle del tal "Jacob"
—Están teniendo serias dificultades con la hacienda—comentó.
— ¿Qué dificultades? —pregunté.
—Bueno—dijo el rascándose la cabeza, supe que estaba debatiéndose entre
contarme o no, yo era su patrón pero sin dudar su lealtad estaba con su gente.
—Vamos Demetri—dije—Sólo es curiosidad— él suspiro antes de continuar
—Bueno, al parecer el tío de Bella hizo malas inversiones al igual que
James, han perdido dos cosechas, su situación económica no es la mejor—bebió un
sorbo de la cerveza que tenía en la mano—Bella hace lo que puede por sostener
su hacienda, trabaja a la par con los peones…y se encarga de atender su casa
también…
— ¿Pero tiene un hermano? ¿No?…—dije, el negó molesto.
—Como sí no lo tuviera—dijo—James es un jugador y borracho…todos los
días está en la cantina, la pobre Bella se la tiene que arreglar sola—eso me
encogió un poco el corazón, se veía tan joven para cargar con todo eso que me
contaba Demetri. —No se llevan muy bien—agregó.
—Si—dije—Ya lo conocí hace rato, no parece un buen tipo—aseguré.
—Antes lo era—dijo él—Pero desde que su tío llego a vivir con ellos,
James cambio mucho…la muerte de su madre le afecto a todos en la hacienda
Swan—dijo con cierta tristeza—La señora Réene era única…era muy buena y dulce
igual que Bella…pobrecilla…su vida no ha sido nada fácil.
—Si—dije—Me doy cuenta de ello.
— ¿Te llevas con Jacob? —pregunté.
—Sí, señor—respondió él—Somos compañeros de juerga a veces—dijo con
cierta vergüenza.
—Perfecto—dije—Investiga que clase de problemas son lo que tienen los
Swan, y que le hace falta con respecto a la hacienda…animales…en fin todo.
—Señor yo…—dijo el nervioso, me miró y dio un gran respiro—No puedo
hacer eso—respondió al final.
— ¿Por qué no? —pregunté.
—Jacob es mi amigo…y Bella también— sonreí
—No es para nada malo Demetri—dije—Bella me callo muy bien y quiero
ayudarlos, cómo bien dices tu...Bella es muy joven para llevar tanto sobre sus
hombros.
—Pero…
—Sólo hazlo Demetri—suspiré—por favor…es para ayudarlos, no es para otra
cosa—dije, me miro por algunos segundos y asintió.
—De acuerdo—respondió
—Gracias—dije, él se puso de pie y volvió con sus amigos, yo también me
retire y fui en busca de mi familia para irnos. Por lo menos ya sabía quién era
la misteriosa ninfa de la cascada.
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