CAPITULO
III
VSITANTE
INESPERADO
EDWARD
Regresamos a la hacienda temprano pese a las protestas de Alice…yo tenía
que madrugar al igual que Emmett y Jasper. Las palabras de Demetri no dejaban
de rondar en mi cabeza…Bella se veía tan joven y había pasado por tanto…no
recordaba muy bien a su madre…pero recuerdo que mi abuela decía que era una
gran mujer…Subí las escaleras pausadamente, al entrar a mi dormitorio encontré
a Tanya sobre la cama con una excusa de camisón que mostraba todas sus
piernas…ella sonreía, y su escote era descarado.
—Hola—dijo ella, le sonreí mientras ella pasaba un dedo sobre el
contorno de sus pechos.
— ¿Qué haces aquí?—pregunté enarcando una ceja…dudaba que me fuera a
desear buenas noches.
—Vengo a desearle dulces sueños—susurró poniéndose de pie y caminando
hacia mí mientras cantoneaba sus caderas.
—Tanya—dije sujetando sus manos que ya habían abierto el primer botón de
mi camisa—Eres hermosa—susurré y ella sonrió con satisfacción—muy
hermosa—agregué—Pero no quiero tener problemas con tu primo por que a ti se te
antoje colarte en las noches a mi habitación ¿entendido?—ella sonrió.
—Soy una chica grande…—respondió—Demetri no puede decirme que hacer y
que no.
— ¿Entonces estamos bien?—pregunté— ¿Nos entendemos?—agregué y ella
asintió.
—Perfectamente—dijo desabrochando los demás botones de mi camisa,
la
sacó por los hombros y besó mi pecho…sería mentira sí dijera que no me gustaba
lo que hacía…era un hombre…y me gustaba el sexo.
La deje que desabrochara mi pantalón…no sé cómo llegamos a la cama pero
ella estaba sobre mí…saltando como posesa. Sus labios estaban entre abiertos …y
la miré…ansiaba que fuera una cabellera castaña la que raspara mi abdomen al
igual que unos ojos chocolate los que me miraran…aun así llegue al clímax poco
después que Tanya…la chica sabía lo que hacía…era como ya lo había dicho…"talentosa".
—No te vi en el pueblo—dije…ella se giro hacia mí.
—Yo si—respondió—Pero estabas muy ocupado con la Niñita Swan—no me paso
desapercibido el tono de su voz.
—Sí—dije recostándome sobre las almohadas— Es muy bella.
—Una simplona para mi gusto—dijo con reproche—Se cree hermosa y coquetea
con todos, aunque se siente superior a todos los demás…por qué a pesar de que
hay muchos que la cortejan…ella nunca les ha dirigido ni siquiera una
mirada—bufó—Es una alzada, una niña mimada y malcriada igual que el estúpido de
su hermano—hablo de corrido, la mueca que hizo al final me decía que algo había
ocurrido entre James y Tanya…se oía resentida y me negaba a creer que Bella
tuviera algo que ver…es decir…su primo me hablo maravillas de ella.
—Vaya—dije—Parece que la odiaras—completé.
—No me cae bien…es todo—dijo ella sonriendo después.
—Pues tu primo habla muy bien de ella—dije y bufó como respuesta.
—Demetri igual que todos en este maldito pueblo…adora el suelo que
Isabella Swan pisa—dijo resentida—No es… tan bonita…no sé porque todos piensan
lo contrario.
—Isabella…es hermosa—dije ganándome una mirada envenenada de ella—Es muy
dulce…
—Vaya—dijo ella—Usted también cayo—suspiró.
—Es hermosa…una chica de familia…inteligente y bondadosa—comencé a
enumerar con los dedos las virtudes mencionadas por Demetri.
—Y está enamorada de su peón—completó ella por mi sonriendo— ¿No se lo
mencionaron?—preguntó—Porque para nadie es un secreto que Bella y Jacob se
entienden—susurró, la mire serio—Sí no me cree pregunte en el pueblo…todos le
pueden contar.
—Vete—dije—Quiero descansar—ella bufó y se puso de pie, recogió su ropa
del suelo y salió de mi habitación dando un portazo…me deje caer de nuevo en la
cama…Tanya estaba resentida eso era obvio pero debía ser algo muy grave para
hablar con tanto malestar de Isabella.
Me desperté temprano por lo que antes de desayunar fui a los establos
por mi caballo trueno, cogí una manzana de la cesta que había en la cocina y
salí hasta llegar al establo…lo encontré en su rincón de siempre, al verme
relincho y me acerqué a él con una sonrisa.
—Hola campeón—dije y le di la manzana, la acabo en un instante, me
permitió acariciarle el hocico y le di una palmadita como despedida…al regresar
a la casa mis hermanos ya estaban sentados en el comedor así que yo tomé mi
lugar y las chicas comenzaron a servir la comida, Tanya me dio una para nada
disimulada risita mientras me servía el desayuno. Y luego se retiró caminando
sensualmente.
— ¡Qué asco!—dijo Alice—Sí veo esto todas la mañanas creo que
enfermaré—se quejó mientras Emmett reía.
—Hay Edward—dijo Rosalie— ¿Tenías que tirarte a la chica que nos da de
comer?
—Yo no…—repliqué pero Alice me cortó.
— ¡O no te atrevas a negarlo!—me apuntó con su tenedor—Anoche la vi
saliendo de tu cuarto, con una risita tonta.
—Alice—le reproché.
—Alice nada—se quejó ella—Por una vez en tu vida deja de pensar con tus
bolas y ponte serio Edward—pidió.
—Amor—dijo Jasper tomando la mano de mi hermana—Tu hermano es un hombre,
así que sabe lo que hace.
—No lo sabe Jazzy—dijo ella—Ayer se miraba feliz con esa chica…con
Isabella—completó mi hermana— ¡Pero no!… ¡Tenía que venir y tirarse a esa
mujerzuela—
—Alice—dije—Sé lo que hago así que deja el drama—pedí antes de beber un
sorbo de café.
—No es drama—respondió ella—Aquí no es como en la ciudad Edward, tú
mismo lo has dicho…dijiste que preferías venir a vivir aquí porque creías que
podrías encontrar una buena esposa.
— ¡No digas que piensas casarte con esa!—dijo Rosalie— ¡Es una!…
— ¡Mujerzuela!—completó Alice la frase.
— ¡A callar las dos!—dije dando un golpe en la mesa, ambas me miraron
cómo sí quisieran matarme—Ella sólo es una diversión—dije—No la tomare como
esposa…ella se me ofreció y saben cómo soy—trate de justificarme.
—Sí—dijo mi hermana—No puedes ver a una escoba con faldas porque
enseguida despiertan tus instintos de bárbaro—se cruzó de brazos. — ¿Pero qué
pasara cuando encuentres a alguien que de verdad te importe? ¿Eh?—inquirió— ¡Ojala
te mande al cuerno!…para que sufras.
—Alice—pidió Jasper—Basta.
—Jazzy pero…
—Amor—repitió él—tu hermano sabrá lo que hace, dejémoslo en paz— quiso o
no la discusión termino ahí.
Después del desayuno salí a recorrer los alrededores en compañía de
Trueno, fui a la cascada con la esperanza de ver aunque sea de lejos a
Bella…pero no tuve suerte, así que regrese a los pastizales a recorrer el
viñedo, la hacienda Tanner era muy grande así que se podían hacer diversos
sembradíos…la "hacienda Tanner"—pensé—Tenía que cambiar ese nombre,
el asunto era como bautizarla…antes de venir a vivir aquí ordené que se
cambiara todo el mobiliario de todas las habitaciones y que se pintara la
casa…la decoración estuvo a cargo de Alice y Esme, así que no tuve mucho de qué
preocuparme, pero el nuevo nombre era algo que no había pensado, de pronto a mi
mente vino el rostro de Isabella—Bella—susurré, ese era un estupendo nombre, a
mis hermanos no les quise comentar nada pero la verdad es que respecto a lo de
la esposa ya tenía una candidata y era la única que yo
quería…"Bella". Tal vez fuera su aire de inocencia o su extremada
belleza, la cosa era que no me la podía sacar de la cabeza…desde antes de saber
su nombre si quiera. Trate de despejar mi mente y corrí a todo galope de
regreso a la hacienda. Al entrar al establo vi a Demetri, me baje del caballo y
se lo di a uno de los muchachos.
—Dale agua, por favor.
—Sí, patrón enseguida—dijo tomando las riendas de Trueno.
— ¿Hiciste lo qué te pedí?—pregunté a Demetri.
—Si—dijo él con cierto pesar—Anoche platiqué un poco con
Jacob—suspiró—Al parecer están peor de lo que creía—dijo él.
— ¿Cómo que peor?—pregunté.
—Pidieron un préstamo para comprar semillas y la cosecha no se dio…sí no
pagan a fin de mes…perderán las hectáreas cercanas al río.
— ¿Es muy grave?—lo miré, él asintió.
—Son hectáreas muy importantes de sembradío, además…es su único sistema
de riego…sin el perderán toda lo que resta de la cosecha.
— ¿Y qué se puede hacer?—pregunté.
—Sólo les dan la alternativa de pagar—suspiró.
— ¿Y lo demás?—pregunté.
—En la casa faltan algunas cosas…y han tenido que liquidar a la mitad de
los trabajadores...eso los ha dejado un poco peor de lo que estaban.
—Bien—dije—Veré que puedo hacer, gracias Demetri y está de más pedirte
que no lo comentes con nadie.
—Descuide patrón no lo haré—respondió el.
— ¿Dónde has estado?—me preguntó Alice parada en las escaleras.
—Tengo veintiséis años Alice—dije—No tengo por qué darte
explicaciones—dije.
—Mamá llamó—respondió ella— ¿Quiere saber cómo estamos?
—Le llamare más tarde—dije.
—Edward…—dijo ella, la miré—Lo siento—dijo, suspire y me acerque para
abrazarla—No me gusta que discutamos.
—A mi tampoco peque—dije besando su frente—Sólo olvidemos lo ocurrido.
—Está bien—respondió mi hermana. Me fui al despacho a revisar unos
papeles y pensar en lo único que habitaba en mi cabeza desde hace algunos
días…Bella.
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BELLA
—Ángela—llamé entrando en la cocina.
—Buenos días niña Bella—saludó María, la cocinera.
—Buenos días María—le sonreí— ¿Has visto a Ángela?—pregunté.
—Fue a recoger huevos al gallinero.
—La buscare ahí—dije—Te encargo algo rico de comer para esta tarde…mi
padre regresa hoy—ella sonrió tímidamente su ceño se frunció y supe que quería
decirme algo— ¿Pasa algo?—pregunté.
—La despensa se termino niña. —dijo ella y suspiré.
— ¿No queda nada?—pregunté medio esperanzada.
—Dos cajas de leche y algunas piezas de pan—susurró—Y ya no tengo dinero
para el gasto—agregó aumentando mis preocupaciones sin querer.
—¿No?—pregunté, ella negó—Se supone que James te tenía que dar el dinero
al comienzo de la semana—ella negó de nuevo—¡Maldito James!—exclamé, ella pego
un brinquito asustada—Tranquila María—dije—Ahora veré que hago, si ves a Jacob
dile que me busque…por favor—pedí antes de salir de la cocina…fui a mi cuarto y
saqué mi viejo joyero…sí todavía se le puede llamar así, saqué uno de los
anillos que me había regalado mi papá cuando era niña. Un delicado anillo con
un zafiro azul, una de las pocas joyas que me quedaban…las demás se habían ido
hace mucho junto con algunas de mi madre…salvo su anillo de bodas y un collar
de perlas que le regalo mi padre, yo conservaba mi medalla de nacimiento y tres
anillos mas…bueno ahora solo serian dos más. Toc, toc, golpearon la puerta
— ¿Bella estas ahí?—preguntó la voz de Jacob del otro lado.
—Si—respondí—Pasa Jacob—pedí, el entró con una sonrisa y su sombrero en
mano. —Tengo rato buscándote… ¿Dónde estabas?—pregunté mientras cerraba el
alhajero y lo guardaba en mi cajón.
—Si…lo siento—suspiró—Ayer me dormí tarde tomando algunas cervezas con
Demetri así que hoy llegue directo a las caballerizas y a dar una vuelta por
los sembradíos.
— ¿Cómo está Demetri?—pregunté, hace algunos días que no le veía y
anoche con todas las cosas que pasaron no pudimos platicar.
—Bien —respondió él—Te manda saludos—sonreí.
—Jacob—dije tomando el anillo entre mis manos—Necesito que me hagas un
favor—pedí mirando una última vez mi anillo.
—Lo que sea—dijo él.
—Podrías llevar esto al pueblo y venderlo en la joyería…por favor—pedí,
el me miro con pena.
— ¿Otra vez Bella?—preguntó, me encogí de hombros restándole
importancia, aunque me dolía…eran regalos de mi padre. Y no me importaba darlas
por mantener en pie la hacienda…pero con todo eso no podía evitar el estrujón
de mi corazón al saber que no las vería más.
—La despensa se acabo y mi padre regresa hoy—dije— ¿Qué más puedo hacer?
—Oh Bella—dijo él—Pensé que con las reces que vendieron haces unos días
todavía tendrías algo de dinero—dijo él y yo negué.
—Mateo le dio lo que restaba de dinero a James—suspiré—Se lo pedí pero
no me lo quiso dar…se supone que le daría dinero a María para las cosas de la
casa…y no lo hizo—sentí las lagrimas agruparse en mis ojos—¿Por qué hace esto
Jacob?—le pregunté…él se acerco y me abrazó, yo enterré mi rostro en su
pecho.—A veces…a veces siento ganas de dejar todo e irme—dije sollozando—Ser
como cualquier chica de mi edad…preocuparme por cosas sin importancia y no
problemas de adultos.
—Tranquila Bella—me dijo acariciando mis cabellos.
—Siento que mis fuerzas se acaban—dije—Ya no sé que más hacer…—sollocé
más fuerte—Ya no tengo fuerzas—dije.
—Bella—dijo Jacob obligándome a sentarme en la cama, él se arrodillo
frente a mí. —Eres la chica más valiente que conozco—dijo—La más
Valiente—reafirmo—Nunca te has dejado vencer por nada…y no creo que sea el momento
de empezar a hacerlo…ya encontraremos la forma de pagar las deudas—dijo
acariciando mi mejilla—Aquí estoy Bella…yo nunca voy a dejarte…nunca—limpió mis
lágrimas con el dorso de su mano.
—Oh Jacob—dije rodeando su cuello con mis brazos—No sé qué haría sin ti.
—Aquí estoy bonita—dijo él—Siempre estaré aquí para ti—recosté mi
mejilla contra su hombro.
—Qué bonita escena—dijo una voz con cierta burla, levanté mi rostro y
encontré a James refirmado en la puerta de mi habitación—¿Pasándola bien
hermanita?—preguntó, bufé, llevaba la misma ropa de ayer…tenía el la camisa
entre abierta y los pantalones sucios.
—Sólo conversábamos—dijo Jacob poniéndose de pie.
—Le pregunté a ella no a ti peón—ladró mi hermano.
—James ¡Basta!—grité—Haz lo que te pedí Jacob…por favor— el asintió con
una media sonrisa.
—Ahora mismo Bella—dijo él.
—Eso peón, a tus obligaciones—dijo James mientras Jacob pasaba a su lado
sin mirarlo, una vez que se fue encaré a mi hermano. — ¿Dónde diablos
estabas?—le grité.
—Por ahí—respondió acostándose en mi cama—No es bien visto que la niña
de la casa se vea en su cuarto con los peones—me inspeccionó de pies a
cabeza—Pensé que habías entendido que no quería que le hablaras—añadió con
molestia.
— ¡Al diablo con eso!—dije— ¡Maldita sea James, papá llega en unas horas
y mira la facha que traes!—dije— ¿Dónde estuviste?
—Ya te dije que por ahí—cruzó los brazos detrás de su cabeza.
—James—me quejé— ¿Qué hiciste con el dinero que te dio Mateo?
—Invertirlo—respondió.
— ¿En qué?—pregunté— ¿En la cantina?—me crucé de brazos, él sólo bufó. —James
no ves que cada día nos hundimos mas, ¿Por qué no le diste el dinero a
maría?—él no contestó
— ¿James?—exigí.
— ¡Ya deja de regañarme maldita sea!—gritó— ¡No eres Mamá Bella!—lo mire
y no dije nada—No quise decir eso Bella yo…— me dolió su afirmación, sabía que
no era mamá, lo sabía, mis recuerdos aunque eran pocos los mantenía firmes y
claros en mi memoria, yo sabía que no era mamá, nunca podría serlo, pero sentía
que tenía la responsabilidad de cuidar de papá y James…alguien tenía que
hacerlo.
—Tienes razón—dije—No soy mamá, y no pretendo serlo…tu eres el hermano
mayor…así que compórtate como tal—le exigí—No hay nada de desayunar como abras
notado por que una vez más te gastaste el dinero…pero no debería de sorprenderme
¿verdad?—inquirí él tenía su boca en una sola línea—Se un hombre James…ese es
tu trabajo.
—Ya lo sé—respondió el—Pero todo esto sería más fácil sí tu hicieras el
tuyo—gritó.
— ¿Qué yo no hago el mío?—grité en respuesta—Dios sabe cómo me parto el
lomo trabajando todos los días en todo lo que puedo aquí en la hacienda.
—Claro…"Santa Bella", disculpe usted que no le haya hecho un
altar—se mofó haciendo una reverencia.
—No soy una santa ni nada—dije—pero trato de hacer lo que está mi
alcance para impedir que se hunda esta familia—dije señalándolo con el dedo— ¿Y
qué haces tú?—le pregunté—Emborracharte a diario, jugar cartas, salir.
—Ese es mi problema no tuyo—respondió poniéndose de pie.
—Es mi problema sí gastas el dinero de la hacienda—le dije.
— ¡Ese dinero es tan mío como tuyo muñequita!—dijo tomando mi mentón con
su mano derecha— ¡Yo también trabajo todos los días, bajo el maldito sol para
que esas cosechas florezcan!
—No lo suficiente James—dije—No es suficiente que te pasees arriba del
caballo recorriendo todo en tu papel de señor de la casa—le espeté— ¡Trabaja
como los demás…como yo lo hago!
—En vez de andar metiendo las manos en el lodo—dijo él—Deberías ponerte
bonita y aceptar la propuesta de Mike de casarte—dijo—al menos eso nos sacaría
de deudas y tu futuro estaría asegurado—sonrió de lado.
— ¡Primero muerta!—dije— ¡No me voy a casar y menos con Mike!
—No sé qué pero le pones—dijo él—Es mi amigo.
—Valiente amigo—dije yo—Es un tramposo… ¿Cómo crees que te gana en la
baraja?
—Mejor me largo—dijo dirigiéndose a la puerta.
— ¡Eso huye como siempre!— él se giró para verme pero no dijo nada…salió
dando un portazo.
— ¡Ahhh Demonios!—grité golpeando mi almohada. Traté de tranquilizarme,
pasé las manos por mi cabello y me mire en el espejo…estaba hecha un desastre…no
podía permitir que me vieran así…los trabajadores necesitaban verme fuerte…para
darles ánimos, que cruel era la vida…ellos se preocupaban mas por mí que James.
Sin ellos hace mucho que la hacienda Swan hubiera dejado de existir.
—Bella—llamaron del otro lado de mi puerta.
—Pasa Ángela—dije cepillando mi cabello.
—Mi madrina ya preparo algo para desayunar…vamos—dijo con una sonrisa.
—Gracias—respondí—ahora voy—ella asintió y se fue…me mire una vez más en
el espejo antes de salir de ahí.
…
El resto de la mañana pasó sin tantas complicaciones…no volví a ver a
James, Ángela me informó que lo vio entrando en su habitación así que lo más
probable es que este dormido. Jacob regresó con el dinero que le dieron por mi
anillo. No fue mucho pero por lo menos servía para comprar la despensa para
todo el mes, eso me tranquilizo no tenía que preocuparme por el dinero para la
comida por las próximas cuatro semanas. Eso ya era ganancia.
—Niña Bella—dijo Pedro acercándose.
—Hola Pedro ¿Qué pasa?—pregunté.
—Su padre acaba de llegar, la camioneta está entrando en este
momento—sonreí, mi papá, al fin, después de dos meses sin verlo, al fin estaba
en casa otra vez.
—Gracias—susurré y me di la vuelta corriendo en dirección hacia la casa.
María y las demás chicas estaban en la cocina, sólo Ángela estaba en la sala,
así que ella me acompaño a recibir a mi padre.
Me paré en la puerta y observé la camioneta acercarse, me sentía como
cuando tenía seis años y papá regresaba junto con mamá de alguna salida…salvo
que esta vez venia solo…por que mi mami nunca regresaría.
— ¡Bella!—dijo él mientras Billy lo ayudaba a bajar.
—Papá—corrí a abrazarlo, él me estrecho entre sus brazos y beso mi
frente.
—Oh pequeña cuento te extrañe mi princesita—dijo sonriéndome.
—Yo también papi—le dije—Mucho, mucho—lo volví a abrazar. — ¿pero cómo estás?
¿Cómo te sientes?—el sonrió.
—Mejor pequeña—respondió—ahora que estoy en casa, mucho mejor—dijo—Esos
médicos creen que llenándome de agujas me sentiré mejor, ¡Qué va!—añadió.
—Te extrañe—dije abrazándolo una vez más, no me importaba si parecía una
boba, mi padre era lo único que me quedaba en este mundo, y lo amaba, él era la
única razón de que yo estuviera a un en Forks, cuando lo veía sonreír sabia que
todo lo que padecía valía la pena.
Entramos a la casa seguidos de Billy y Jacob, los trabajadores le dieron
la bienvenida a mi padre y luego nos sentamos a comer, por suerte María tuvo la
comida lista antes de que llegaran.
— ¿Estas mejor?—le pregunté a mi padre una vez que estuvo en su cuarto.
—Sí—me dijo— ¿Y tú hermano?—esquivé un poco su mirada.
—Durmiendo—dije—ayer se desvelo un poco y…—él me interrumpió.
—No lo excuses corazón—dijo él tomando mi rostro en una de sus manos—Sé cómo
es James—le sonreí.
—Descansa papi—besé su frente—Recuerda que tienes que reponer fuerzas y
debes de estar cansado del viaje—él sonrió en respuesta. Salí de su habitación
y bajé las escaleras, en la sala me encontré con Ángela que hablaba con una
chica que no había visto nunca.
—Oh aquí estas—dijo ella y entonces la reconocí…era la chica que estaba
ayer con Edward— ¿Tu eres Bella verdad?—me preguntó dándome alcance en las
escaleras, mire a Ángela y ella se encogió de hombros—Yo soy Alice…Alice Cullen
la hermana de Edward—dijo sonriendo nuevamente.
—Mucho gusto—dije extendiendo mi mano para saludarla pero ella fue más
rápida y me dio un beso en la mejilla y un abrazo.
—El gusto es mío, vamos a ser las mejores amigas—sonrió tomando mi brazo
y arrastrándome escaleras abajo. Sonreí al igual que Ángela, la chica por sí
sola se había invitado a mi hogar, igual de confianzuda que el hermano. Pero la
deje ser…al fin de cuentas…no tenía muchas amigas.
1 comentario:
ola me gusto mucho la novela pero no encuentro los capitulos 4,5,6 me podian ayudar
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