CAPÍTULO 2
—Estás bromeando,
¿verdad?—
Jake la miró, los ojos y la boca muy abiertos.
—No, no lo estoy.—Esto no estaba yendo
tan bien como Bella esperaba. Por lo menos no la había echado del bar. Aún. —Dijiste que te hiciera
saber si estaba interesado.— Se encogió de hombros. —Y lo está.
—Estaba bromeando. Bueno,
sólo la mitad en broma, pero ¿deseas ver?— Su risa rayaba en el desprecio.
—Bueno... ¿sí?—La duda la asaltó. Bella
se desplomó en el taburete. —Todo esto sonaba mucho más fácil la
noche pasada.
—¿Mientras estaba
caliente y dispuesto a aceptar cualquier cosa?
—No. Bueno, sí, estaba caliente. Los dos lo estábamos.
Mayormente calientes.—
Ella exhaló duro recordando sus orgasmos. Sólo el recuerdo la tenía lista para
correrse de nuevo. Con o sin Edward.
—Demasiada información,
cariño.—
Jake serpenteó a través de un laberinto de mesas altas y taburetes, hacia la
entrada de la barra, volteando el cartel de "abierto" y desbloqueando
la puerta. Se dio la vuelta sobre sus talones para mirarla.
—Pero, ¿qué te hace
pensar que quiero a una mujer hetero -incluso tú, observando mis movimientos?
—Oh.— Su cuerpo se tensó y
su garganta se apretó. Ella no esperaba ese argumento.
Jake rompió en carcajadas mientras se deslizaba
detrás de la barra.
—Te ves como alguien a
quien acaban de robar su cachorro.
—Bueno.— Bella saltó del
taburete siguiéndole, para detenerse en el lado de los clientes de la barra de
madera pulida.—Demasiada
información o no, no tienes idea de lo excitada que
estaba. O él.
—¿Por la idea de estar
conmigo?—
Jake levantó una ceja, y luego barrió una mano hacia abajo. —¿O simplemente cualquier
otro hombre?
La
conversación de anoche en la cama, brilló en su mente. Ella no había mencionado
a Jake hasta después de la primera ronda. Por otra parte, Edward se había
recuperado realmente rápido después de que ella lo hizo.
—No sé seguro. Las
cosas... eh, despegaron de nuevo después de que tu nombre fuera mencionado.
—Hmmm... — Su ceño se profundizó
y alcanzó su labio superior con los dientes.
—No voy a insistir en el
tema, pero por favor, piensa en ello.
—Oh, estoy pensando bien
en ello. —Dejó
caer un vistazo detrás de la barra e hizo una mueca. —¿Por qué crees que me
moví aquí detrás? Sin embargo, ¿has pensado realmente en eso, verdad?
—No puedo pensar en otra
cosa. — Su cuerpo tarareaba
con las posibilidades que no podía sacar de su cabeza.
—No sólo las partes más
divertidas. Me refiero a las posibles repercusiones.
—Oh.— Ella no había querido
pensar mucho mas allá de las necesidades de su coño. Tan pronto como
aparecieron las dudas, las pisoteó con una imagen de Edward con Jake. El bueno
de Jake, echar a perder su diversión trayéndola a la realidad. Podría haber
problemas. Se quedó sin aliento en la garganta. ¿Qué pasaría si estar con un
hombre sacaba necesidades de Edward que se había negado a admitir antes? ¿Qué
pasaría si él decidía que preferiría tener una relación con un hombre? Podía
perderlo.
Bella
se mordió el interior de su mejilla.
—Creo que no habrá
ninguna.
—Mentirosa.
—Sólo hemos estado
saliendo unos meses. No es como si estuviéramos casados ni nada. Unos
meses fabulosos. Se habían conocido cuando él tuvo que dar una declaración en
la oficina de abogados donde ella trabajaba. Como Asistente Paralegal[1],
por lo general estaba presente en las declaraciones. Desde el primer día, había
estado caliente por el policía guapo, pero la ética en torno al caso le impedía
actuar. Un mes más tarde, después de que el caso fuera cerrado, él la llamó.
—Estas más metida con
él que con cualquier hombre con que te he visto.
—Lo sé. Pero infierno,
ni siquiera hemos llegado a la etapa del “te amo”.
— A pesar de que había
estado a punto unas cuantas veces. Desde la segunda cita, habían sido inseparables e insaciables. Había mordido las
ganas de decirle lo que realmente sentía por miedo a confundir deseo con amor.
La
búsqueda patética de su madre por el amor perfecto, rebotando de un matrimonio
a otro, de la cama de un hombre a la de otro, había convencido a Bella de que
no había tal cosa como la pareja perfecta.
Las
relaciones para Bella eran acerca de su
placer. No eran un largo compromiso de por vida.
—Pero yo te conozco. Estás
bastante cerca. — Jake
se inclinó a través de la barra. Sus dedos le tocaron la mejilla. —¿Quieres arriesgarlo
todo por una fantasía?
¿Quería? ¿Lo
haría?
—Es su fantasía tanto
como la mía.— Inmediatamente,
se estremeció. Sus palabras sonaron un poco a la defensiva.—Él dijo que siempre ha
sido bi. —Nunca
esperó que la relación durara para siempre y la posibilidad de otro encuentro
como éste podría nunca venir otra vez.
Tomando
una respiración profunda, Jake sacudió la cabeza.
—Espero que no lamenten
esto.
El
triunfo hizo a un lado las dudas. Bella se resistió a agitar su puño en el aire
en señal de victoria.
—¿Así que lo harás?
Jake
se encogió de hombros.
—Probablemente, pero
quiero hablar con Edward primero. Solo. Sin ti alrededor para influenciarlo.
—Está bien. —La emoción burbujeaba a
través de sus oscuros pensamientos primitivos. Su coño ya palpitaba de emoción.
—¿No has mencionado
ninguna de mis preferencias particulares...?
—¡No! — Una fiebre intensa de
deseo hizo que le temblasen las piernas.
¿Cómo
podía haberlo olvidado? Se agarró al borde de la barra. La idea de Edward…
—Entonces no lo hagas. —Él agitó su dedo índice
hacia ella. —En
realidad, no puedes llamarlo o decirle nada de lo que he dicho. Lo voy a llamar
esta tarde. Para que se encuentre aquí conmigo. Si él esta realmente bien con
la idea, yo te haré saber mi decisión.
Bella
se levantó de un salto en el borde de la barra y luego se inclinó sobre esta
para plantar un beso en la mejilla de Jake.
—¡Gracias!
—¡No he dicho que sí
todavía!
—Lo sé, pero lo has
observado desde que entró por primera vez en el bar. No serás capaz de resistir
la oportunidad de entrar en sus pantalones.
Bella
se lanzó por la puerta antes de que Jake pudiera decir cualquier otra cosa. Una
toalla del bar acababa de errar a su cabeza mientras corría fuera riendo. Su
sangre corrió por la emoción. No sabía cómo sobreviviría hasta tener una
respuesta. ¿Y si Jake decía que no? Haría frente a ese bicho cuando mordiera.
******
Edward
se sentó en el borde de la banqueta, ocupándose de una cerveza mientras Jake lidiaba con un cliente. Sus
pensamientos iban a la deriva en territorio peligroso mientras observaba al
hombre musculoso moverse con gracia detrás de la barra. La camiseta de Edward
no era lo suficientemente larga para ocultar la reacción de su cuerpo.
Jake
volvió a bajar al estrecho espacio detrás de la barra.
—Mi ayuda de la noche
estará aquí en unos minutos y luego podemos subir a mi apartamento para hablar.
—Claro— Edward deseaba no
haberse presentado tan temprano. La impaciencia acerca de la reunión lo había
traído aquí un total de treinta minutos antes. Él esperaba haberlo dicho
con indiferencia, pero la ligera curva
de los labios Jake le dijo que se engañó. La puerta abierta detrás de Edward se
agito abriéndose. Una mirada sobre el hombro le causo alivio y añadió tensión.
Él
reconoció a la mujer pelirroja como una de las camareras de Jake. Edward
derribó la última gota de su cerveza y respiró hondo.
—Buenas noches, jefe.
—Buenas noches, Ángela. —Jake se agachó hacia el
final de la barra. —¿Cómo
va la vida?
—Tratando de conseguir
una. El trabajo sigue interfiriendo con eso, sin embargo.
Ella
le dedicó una sonrisa descarada antes de agacharse a través del otro lado de la
barra.
—Voy a estar arriba por
un rato. No espero que las cosas estén ocupadas tan temprano, pero grita si me
necesitas. —Jake
miró a Edward y a continuación, inclinó la cabeza hacia la puerta marcada como privado.
—Voy a tratar de no
molestarte. — La amplia
sonrisa de Ángela y un guiño rápido no dejaron ninguna duda acerca de su
evaluación de la situación.
Jake se echó a
reír cuando agitó un dedo en su dirección.
—Mantén tus malos
pensamientos al mínimo. Él ya esta ocupado.
Con
el calor subiendo en sus mejillas, Edward obligó a sus pies a moverse más
lentamente. No tenía sentido atropellar a Jake. Su sangre bombeaba en una
dirección diferente. Su polla estaba tan dura que podría martillar clavos. Jake
tomó los escalones dos a la vez, haciendo sólo una pausa para desbloquear la
puerta en la parte superior de las escaleras.
—Vamos, entra.
Maderas
de color oscuro decoraban la habitación. Varias mesas acentuaban un sofá de
cuero exuberante que coincidía con un reclinable. El bar debía de funcionar
mucho mejor que lo que Edward sospechaba. Gustos caros. O buenas imitaciones.
—Toma asiento.
Edward
cambió su peso de un pie a otro y se trasladó al sofá.
—Gracias. —Frotándose las manos
sudorosas sobre sus muslos, trató de relajarse. El nerviosismo le hacía
acelerarse y la anticipación de la
decisión de Jake le tenía en ascuas.
Una
parte de él quería que Jake dijera que
no. Sin embargo, la parte que había enterrado la mayor parte de su vida tenía
otros planes. La necesidad de explorar el otro lado de su sexualidad casi lo incapacitó
con el deseo. El miedo a perder a Bella por
algo que podría haber detenido seguía burlándose de él.
—¿Quieres tomar algo? —La cara de Jake era
tranquila, casi desinteresada.
—No. Gracias. Estoy
bien. —Se forzó
a tragar más allá del gran nudo en la garganta. No había estado tan nervioso
desde que perdió su virginidad a los quince años. La comparación le golpeó como
una tonelada de ladrillos -la posibilidad de perder otro tipo de virginidad.
Jake
se cruzó de brazos y reclinó un hombro contra una puerta abierta.
—Entonces,
¿cómo tú y Bella decidieron que tenías que ser follado?
Por su tono, podría haber estado
hablando del tiempo.
Edward ahogó un gemido. Su polla tembló como si tratara de hacer un agujero en sus pantalones.
Edward ahogó un gemido. Su polla tembló como si tratara de hacer un agujero en sus pantalones.
—Te
gusta la idea, ¿eh? —La frente
de Jake se arrugó con un ceño fruncido. —Yo estaba seguro de que ella te metió en
esto.
—Nop—.Tenía la boca tan seca,
la lengua pegada al techo de su boca. —Tal vez voy a tomar una copa después de
todo. —¡Contrólate!... Edward no estaba
acostumbrado a estar tan inseguro de sí mismo. Su línea de trabajo requería
confianza, o al menos aparentarla.
Jake desapareció por la puerta
detrás de él y Edward se movió para seguirlo. Antes de que pudiera llegar hasta
allí, Jake volvió a surgir con una botella de agua. Se la tendió a Edward.
—Pensé
que se le había ocurrido esta idea descabellada por lo que dije anoche y te
estaba arrastrando en esto.
—Yo...
eh. Supongo que soy bi. —Edward
se encogió de hombros. Abrió la botella y dio unos
tragos.
—¿Supones? —Una ceja se arqueó,
pero sus labios se curvaron en una sonrisa. —¿Nunca lo pusiste en
práctica?
—Nunca
tuve el valor. Sólo el deseo...
La mirada de Jake se redujo, luego
cayó hacia abajo en dirección a la cintura de Edward. —Se ve como si te
interesara...
Una oleada de calor atravesó a Edward,
pero se mantuvo firme.
Sabía que el esquema de su polla se mostraba a través de sus pantalones vaqueros, pero mantuvo su mirada nivelada con Jake.
—Tal
vez—.
Jake deslizó la lengua entre sus labios, dejándolos húmedos y tentadores. Su
mirada se deslizó otra vez por el cuerpo
de Edward. —Una
cosa más que debo mencionar. O tal vez sería más fácil de mostrar.
Descendiendo por la sala, Jake hizo
un gesto a Edward para que lo siguiera.
Abrió la primera puerta a la que había llegado y continuación encendió la luz. De pie a un lado, miraba como si esperara una reacción. Edward entró. Algunas luces tenues revelaron varias piezas de equipo, un conjunto de cepos, un arnés, una mesa con puños y correas. Una cama ocupaba una esquina con varias luces apuntando sobre ella. Todo directamente de porno gay de cuero de Internet. Los deseos que Edward había ocultado hasta ahora en su alma, tan profundo que a veces los olvidaba, se precipitaron a la superficie.
El cuerpo de Jake apretó contra él
por detrás. La cresta de su polla tentó el culo de Edward. Aliento caliente
bromeó en su oído.
—¿Te gusta ser atado, Edward?
No podía decir que sí a la pregunta
de Jake, pero su cuerpo respondió con un entusiasmo masivo. Atado, con correas
o cualquier otra cosa que Jake quisiera hacer con él.
¡Maldita
sea! Cruda necesidad corrió a través de él.
Su intestino se retorció con deseo. Él agarró sus testículos, apretando
firmemente. No lo haría venir en los pantalones como un adolescente demasiado
excitado.
—¿Así
que quieres seguir adelante con esto?
—Sí—. Su boca se secó y su
garganta se apretó alrededor de la palabra. Oh,
joder sí.
—Bien. — Jake se apoderó de las caderas de Edward, chocando la polla
contra su culo.
Edward apenas escuchó la pregunta.
Su mente estaba demasiado ocupada jugando con cada pieza del equipo,
preguntándose cómo los puños se sentirían contra su piel, como el arnés se
sentiría contra su espalda. O la madera de los cepos en el cuello y las
muñecas.
La altura de los cepos requeriría
que el… prisionero se doblara por la cintura, dejando su culo a disposición de
cualquiera cosa que su captor tuviera en mente. O su boca nivelada con una
polla por delante de él. El arnés estaba colocado de manera similar. Su culo
justo para que Jake lo…
Edward cerró los ojos mientras le
faltaba el aire. Su mano se presionaba duro contra su polla. Obligó a su mente
a moverse lejos de las visiones jugando en el interior de sus párpados.
—Así
que te gusta, ¿eh? — Jake
llegó en torno a Edward. Su mano se deslizó
debajo de la de Edward, acunando su cubierta de jean. Su cuerpo se impulsó hacia adelante, revistiendo
el trasero de Edward con carne dura.
—Sí—. Los pensamientos de Edward
eran un torbellino de todas las fantasías hechas realidad. Lo único que faltaba
era Bella. La necesidad guió sus manos hacia atrás, le hizo agarrar las caderas
de Jake, tirar de su cuerpo más cerca. El otro brazo de Jake envolvió el pecho de Edward. Sus dedos
tiraron de los labios de Edward.
—Me
gustaría sentir tu boca envuelta en torno a mi polla.
Un dedo se metió en la boca de Edward. El
instinto obligó a sus labios a cerrarse. Chupó el grueso dedo, visualizando la
polla de Jake en su lugar.
—Mmmm... — suaves gemidos
necesitados llegaron a oídos de Edward. Sus propios sonidos de deseo
desesperado.
—¿Qué
te parece si follo tu boca en este momento? Lleno tu garganta con mi corrida...
Un profundo gemido de aprobación
surgió antes de que Edward pudiera detenerlo. Aunque Edward era un poco más
alto, Jake era puro músculo.
Antes de que Edward pudiera reaccionar, Jake le dio la vuelta y luego lo estrelló contra la pared. Los labios duros atacaron salvajemente la boca de Edward en un beso brutal.
Antes de que Edward pudiera reaccionar, Jake le dio la vuelta y luego lo estrelló contra la pared. Los labios duros atacaron salvajemente la boca de Edward en un beso brutal.
Su cuerpo respondió quedándose sin
aliento y con un fuerte pico de placer. En lugar de luchar, Edward tomó la cara
de Jake entre sus manos y dio tanto como recibía. Calor, lenguas
retorciéndose y choque de dientes asentándose en movimientos de búsqueda
profundos. El roce y el raspado de la barba eran tan diferentes de la piel
suave de Bella. La pura fuerza masculina del manejo brusco de Jake... todo ello
sumado a una avalancha de deseo abrumador.
Edward empujó sus caderas en la
masa sólida del cuerpo de Jake. Su polla se frotó contra la dura carne. Sólo un
poco más... las manos de Jake se clavaron en los hombros de Edward y lo empujó.
El deseo debilitó sus rodillas que cedieron, enviando a Edward al suelo. El
impacto envió agujetas de dolor a través de sus rodillas, pero otras
sensaciones superaron cualquier molestia real. Dedos retorcidos en su pelo. Una
mano se apoderó de la parte de atrás de su cuello. El ligero tirón hacia
adelante no fue necesario.
Edward se inclinó hacia adelante y
luego frotó la cara contra el suave el material de color caqui que ocultaba la
polla de Jake. Sus dedos temblorosos abrieron el botón y luego tiró de la
cremallera.
Calzoncillos ligeros de algodón
separaban a Edward de la carne dura de la polla de Jake. El aroma del almizcle
puramente masculino hizo babear su boca seca.
Hundió los dedos en la cintura
elástica, tirando duro.
Grueso, largo... todo el cuerpo de Edward se estremeció ante la idea de tomar la polla de Jake en su boca, en su culo. Cruda necesidad envió la excitación hasta el borde. Una simple probada de la punta goteando sería suficiente como para hacerlo llegar. Con la mano envuelta alrededor de la base, Jake pasó la punta en los labios de Edward.
—¿Me
quieres chupar?
Un toque ligero de su lengua contra
su boca reunió el sabor que Jake dejó atrás. El teléfono de Jake sonó en el
bolsillo, rompiendo el hechizo. ¡Bella!
—¡Guau! —Edward se empujó hacia
atrás, golpeando contra la pared detrás de él. —Le prometí a Bella… —.Con su respiración
entrecortada, Edward luchó por respirar. —Quiero decir, yo no hago trampa.
—Excepto
con ella aquí—. Los ojos
de Jake brillaban con oscuro intensidad. —Sí. No sería bueno empezar sin ella.
—¿Pero
vamos a empezar? —El
corazón de Edward hacía un ruido sordo en sus oídos y pulsó a través de su
polla.
Jake dio un paso atrás mientras
escondía su polla y cerraba la cremallera de sus pantalones.
—¿Cómo
es tu tarde de trabajo el domingo?
El lamento por la interrupción fue
tan denso que Edward no estaba seguro de que pudiera respirar.
—Sí.
El domingo. —No
es que pudiera recordar su agenda en este momento. Sus puños se apretaban y
relajaban. No le importaba. Lo que sí sabía era que los dos días siguientes
iban a durar una eternidad.
[1] Paralegal, también conocido como Asistente Legal,
asiste a los abogados con la investigación, preparación de la documentación y
otras asignaciones delegadas por sus supervisores. Los Paralegales que son
promovidos a nivel “senior”,
generalmente poseen u aumentan su nivel de conocimiento y experiencia.
Los Paralegales Senior cumplen con asignaciones con un alto grado de autonomía
y sus responsabilidades son mayores que las de los otros asistentes de la
firma.
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muchas a gracias por leer y sus comentarios y que les este gustando la adaptacion esta es diferente pues es un Edward bisexual que quiere probar tengo una que tengo pensado subir pero en esta Bella es mayor que Edward pronto la tendre lista terminando esta adaptacion la subire.
4 comentarios:
Son muy directos estos chicos, jaja. Espero que subas pronto lel siguiente capítulo
������ gracias
🙈🙈😝
No hace trampas y de no ser por el telefono ni se hubira acordado....la calentura puede mas 😔. Claro que ha dee ser dificil reprimir una parte de ti y de repente verte libre de experimentar.
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