lunes, 7 de mayo de 2018

Capitulo final No esperaba enamorarme de ti


Epilogo
Edward
Seis años después

Mi esposa estaba ante el ventanal, contemplando las montañas doradas por el sol, una vista que siempre me dejaba sin aliento. Era temprano, justo después de la salida del sol, pero el aire dentro de la casa estaba tranquilo y húmedo, y en él flotaba el lejano sonido de las cigarras que cantaban en los árboles. Iba a hacer calor. Isabella se levantó el pelo que le cubría la nuca y se lo llevó hacia delante, como si estuviera trenzándolo.

Me acerqué a ella y rodeé con los brazos su dilatada cintura para poner las manos sobre su vientre y sentir cómo se movía el bebé en su interior.

—Hola, guapa —dije con la voz ronca por el sueño. Puso las manos sobre las mías mientras yo apoyaba la barbilla en su hombro, aspirando su aroma—. ¿El bebé te mantiene despierta? —pregunté.


—Mmm…. —canturreó—. Es un pequeño muy fuerte. —Se masajeó un punto en la parte inferior del vientre como si le hubiera dado una patada—. He estado diciéndole que tenía que dormir desde las cuatro de la mañana, pero es tan terco como su padre.

Sonreí contra su piel, pasando la nariz por ella y dejando los labios posados en un punto. Ella se estremeció y se acercó más.

—¿Él? —pregunté—. Me parece que más bien es ella.

Volvió la cabeza, riéndose con suavidad antes de rozarme la mejilla con la suya.

—No quería despertarte… Ni a Jasper.

—Jasper va a seguir dormido bastante tiempo. Ayer estuvo horas jugando en el arroyo. —Lo había llevado conmigo a pescar, su primera lección en ese noble arte. «Mi chico». Volví a besarle de nuevo el cuello—. Estaba cansadísimo.

Sonrió.

—Cuidado con ese tipo de comentarios. Así fue como entró aquí este bebé. —Se frotó de nuevo el vientre.

Gruñí por lo bajo.

—Ven a la cama, y te daré un masaje en la espalda.

Ella sonrió y luego tarareó un sonido de satisfacción. Después de girarse, me cogió de la mano para llevarme de vuelta a la cama de matrimonio que presidía nuestro dormitorio.
Nos habíamos instalado en esta antigua casa de campo llena de corrientes de aire a las afueras de Dennville hacía cuatro años. La primera vez que entramos en ella, tuvimos claro que íbamos a necesitar hacer reparaciones, pero cuando pisamos el salón, con aquellos techos altos con vigas de cedro y el enorme ventanal con una impresionante vista de nuestras amadas montañas al fondo, supimos que era exactamente donde queríamos vivir. Era un lugar sencillo, pero precioso y, sobre todo, nuestro.

Y trabajamos en él sin descanso para hacerlo nuestro. Era el sitio donde comenzamos nuestra vida juntos, donde tocaba a Isabella con frecuencia y amor, sin dar por sentado que estaba en mis brazos. Era el lugar donde le llevaba a mi esposa pequeños pastelitos con rosas de azúcar en lugar de ramos de flores, porque sabía que eso era lo que la hacía feliz.

Era la casa donde había traspasado el umbral con mi novia en brazos después de que hubiéramos hecho nuestros votos en una sencilla pero hermosa ceremonia en nuestro campo de lavanda, acompañados de los amigos más cercanos y la familia. Era el hogar al que habíamos traído a nuestro hijo, Jasper, que ahora tenía tres años, y donde me había dicho que estábamos esperando otro bebé. Era la casa que Jacob visitaba sabiendo que era recibido con cariño y amistad, donde venían a cenar cada semana Alice y Emmet con su hijo, Elijah, y la madre de Isabella. Entonces todos nos sentábamos alrededor de la impresionante mesa de madera tallada que Aro nos había regalado cuando nos casamos, aunque era necesario cubrirla con un mantel cuando había niños presentes.

Habíamos hablado de que fuera a la universidad, quizá incluso a una donde pudiera asistir mientras Isabella trabajaba, pero al final había decidido que mi vida, mi corazón, pertenecía allí. Así que me había graduado online en ingeniería por la universidad de Kentucky. Había seguido mi camino —literalmente— desde la profundidad de la mina hasta un puesto administrativo en las oficinas poco después de que la madre de Isabella regresara a casa, y luego me ascendieron cuando conseguí el título de ingeniero.

Entonces no había sido capaz de salvar a mi padre y a mi hermano, pero ahora estaba a cargo de la seguridad de todos los hombres que se colgaban una etiqueta metálica y bajaban a la mina valientemente día tras día, arriesgando sus vidas para llevar energía a América. Nadie se tomaba la tarea más en serio que yo. Y cuando estábamos en Evansly y veíamos que se marchaban del pueblo los trenes llenos de carbón, apretaba la mano de mi esposa con fuerza, erguido con orgullo.

En cuanto a Charlie Black, falleció de un ataque al corazón poco antes de que me casara con Isabella. Nunca llegó a reconciliarse con su hijo, y su esposa lo dejó unos meses antes. No podía decir que sentí su muerte cuando me enteré; jamás me había demostrado que fuera otra cosa que un hombre frío, egoísta, que me obligó a quedarme en la mina. Charlie Black murió con todas las posesiones materiales que el dinero podía proporcionar, pero, en mi opinión, se marchó sin nada de valor.

Isabella y yo abandonamos Dennville algunas ocasiones; una para ir a Nueva York dos semanas de luna de miel, otra para asistir a mi graduación, y también pasamos un fin de semana en Louisville. En otro tiempo quería marcharme de Kentucky, tenía planes de irme sin mirar atrás, pero ahora sentía nostalgia cuando estábamos lejos, una sensación que me indicaba que había tenido unas vacaciones divertidas, pero estaba listo para regresar a donde pertenecía. En el fondo era un chico de Kentucky de corazón y siempre lo sería. Algún día, nuestros hijos conocerían y amarían la salvaje belleza de estas colinas igual que nosotros.

En la colina y en algunos otros lugares del pueblo seguían cultivando lavanda y seguían haciendo un buen negocio. Un año después de nuestra boda, hubo un gran festival de la lavanda, y en un periódico de Kentucky se publicó un artículo sobre cómo un pequeño pueblo empobrecido tras un trágico pasado por culpa de una mina de carbón había recobrado la esperanza gracias al cultivo de flores. La noticia había sido recogida por las cadenas de televisión nacionales, y había atraído a gente de todas partes interesada por la cultura de los Apalaches. Personas que compraban mercancías a los artesanos y disfrutaban de la belleza de la zona. Habían surgido nuevos negocios en el pueblo y ahora esperábamos con ilusión que llegaran los veranos. La pobreza no es un problema sencillo, pero a algunos las flores les habían dado esperanza, y, aunque solo fuera por eso, me sentía orgulloso.

La madre de Isabella vivía en Evansly con Alice y Emmet. Trabajaba a tiempo parcial en la clínica de Emmet y los ayudaba con Elijah. Estaba mucho mejor y sabía reconocer las señales de las crisis, por lo que pedía ayuda cuando era necesario. Se quedaba con nosotros durante los veranos, cuando Isabella no tenía que dar clase en la escuela de Dennville. Entonces daban largos paseos por las colinas, afianzando su relación como madre e hija.

—¿Estás cómoda? —pregunté mientras Isabella se tumbaba en la cama, poniéndose la almohada entre las piernas. El ventilador a los pies de la cama emitía un suave zumbido y enviaba aire fresco hacia nosotros. Algún día ahorraríamos lo suficiente para instalar aire acondicionado en esta casa antigua.

—Todo lo cómoda que voy a conseguir estar con esta barriga tan grande —murmuró. Notaba la sonrisa en su voz.

Moví las manos por la piel de la base de la columna, haciendo que suspirara y se relajara.

—Te amo —le dije con ternura.

—Yo también te amo —musitó ella.

Mientras masajeaba la espalda de mi esposa, dejé que mi mente vagara con el corazón lleno de alegría. Una vez pensé que me había perdido a mí mismo por culpa del amor. Pero ocurrió lo contrario. Me había encontrado cuando entregué mi corazón a Isabella, encontré lo que era importante para mí, lo que importaba de verdad. Y ahora, mientras pasaba las manos por su suave piel, sabía que no querría estar en ningún otro lugar que en esta cama, viviendo la vida que vivía. La verdad era que no necesitaba que mi existencia fuera complicada o sofisticada, disfrutaba de la sencilla alegría de pasar la noche en casa viendo la tele, de tener la nevera llena de comida, de poseer el amor de la familia y los amigos, de ver cómo la frágil neblina blanca se levantaba sobre las montañas al otro lado de la ventana cada mañana.

Y, de repente, allí tendido, supe algo. No, no lo supe, lo sentí, lo sentí en mis entrañas, corriendo en mis venas.

—Bella —pronuncié deteniendo la mano sobre su vientre—, ¿sabes qué?

—¿Qué —preguntó adormilada.

—¿Sabes eso que sientes cuando tienes la certeza de que estás haciendo algo destinado a hacerse desde el principio?

Volvió la cabeza y nuestros ojos se encontraron. Se me detuvo el corazón.

—Sí —confirmó en voz baja.

—Pues es lo que estoy haciendo ahora mismo. Estar con mi mujer, con mi hijo y el bebé.

Su expresión se inundó de ternura y me acarició la mejilla con la mano mientras yo me inclinaba para sentir su caricia.

—¿Es suficiente? —susurró, pasándome el pulgar por el pómulo.

Me incliné y la besé. Nunca en mi vida me había sentido más seguro de nada.

—Es más que suficiente —musité contra sus labios—. Mucho más de lo que había soñado.

Teníamos todo lo que necesitábamos. No era gran cosa. La mayoría eran posesiones sencillas. Pero en ese momento sabía que el tamaño de mi casa, de mi coche, de mi billetera, no tenía nada que ver con el tamaño de mi vida. Porque mi vida…, mi vida era grande. Grande, y llena de amor y propósito.


TITULO DEL LIBRO: Kyland
AUTORA: Mia Sheridan

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Hola a todas porfin repararon mi modem y quedo bien que les pareció este final.
Muchas agracias todas por sus comentarios alertas en facebook muchas gracias por seguir esta adaptación por estar pendiente de las actualizaciones realmente muchas agracias a todas por leer.
 no se olviden que seguimos con las votación para elegir la siguiente adaptación  ustedes tienen la decisión esta vez de escoger cual va ser la siguiente .
Bueno muchas gracias a todas nos vemos en la  siguiente adaptación.

Les dejo el link de la pagina donde peden pasar a votar para la siguiente adaptacion para quienes no lo han  hecho.



9 comentarios:

brigitteluna dijo...

un gran final.muchas gracias

Anónimo dijo...

Hermosooooooo.... gracias por esta linda historia.

Adriu dijo...

Holaaaa
Ohh me encantó la historia y también el final muchas muchas gracias
Saludos de mi lindo Ecuador
Adriu

Adriu dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
Kar dijo...

Hola hola Annel el final tenía que ser tan hermoso como fue la historia, ami cada capítulo y aunque derrame algunas lágrimas cuando Bella se fuente en general fue amor puro y romántico
Es difícil soltarlo cuando me encanto pero estoy lista para la siguiente historia
Gracias nena por tu tiempo para realizar estas adaptaciones y dejarnos violarla imaginación con mis personajes favoritos
Te leo en la siguiente historia
Saludos y besos 😘😘😘😘

cari dijo...

GRACIAS hermosa historia el amor lo puede todo y x amor le dio todo y son la familia mas hermosa llena d amor GRACIAS ❤💗❤💗💝 😍😛😉😜😘 nos leemos ,

Unknown dijo...

Que hermosa historiaaaaa. Gracias por compartirla. Me encantó. Saludos.

maru dijo...

hermosa historia ,la ame!!re lindo el final .
Me encanto que edward y bella hayan formado esa hermosa familia.

Celina Cullen dijo...

Hermosa historia, me hizo llorar. Mil gracias

ORACION A MI SEXY VAMPIRITO

Edward de mi guarda
De mi sexy compañia
Bebete mi sangre
De noche y de Dia
Hasta que caiga en tus brazos
Y sea tu marca de heroina