sábado, 16 de septiembre de 2017

Dulce Asesino Capitulo 5

Capitulo 5
Rosalie hizo la entrada con Edward en el remolque. Y quiero decir literalmente a cuestas. No dije ni una palabra durante todo el camino, no importa cuánto Edward trató de involucrarme en una conversación, por lo que, a la mitad del camino se dio por vencido y empezó a ser demasiado atento con Rosalie de nuevo. Ella se lo trago, más tarde cuando salieron del coche, se aferró a él con tanta rapidez que podrías creer que era un bolso de diseñador de seis millones de dólares.

Las presentaciones comenzaron con la mejor amiga de mi hermana, y la anfitriona de la fiesta, Alice. En cuestión de segundos una multitud de chicas interesadas desfilaban. Di un paso atrás, deseosa de escapar, pero entonces unas de las otras amigas de Rosalie, Victoria, me agarró del brazo.


—¿Y quién es esta? —le preguntó a Rosalie. Me miró preguntando—: ¿Eres nueva también? —Luego se giró hacia Edward antes de que yo pudiera responder—. ¿Es esta tu hermana?

La mayoría de los amigos de Rosalie no son exactamente material de la Ivy League, pero ese comentario era cruel, incluso para Victoria. No sólo era una de las mejores amigas de mi hermana, sino que se sentó detrás de mí en economía del hogar durante todo el año pasado.

Rosalie y yo intercambiamos una mirada y Rosalie fue la primera en decir.

—Victoria, esa es Bella.

Victoria me miró sorprendida. Antes de que pudiera decir nada, algo como que no sé que decir, dijo—: ¿Quién es Bella?

—¡Mi hermana! —espetó Rosalie, frustrada.
El chico me sonrió de una manera que me sorprendió.

—Puedo ver porque la ha mantenido encerrada.

No quedé impresionada con ese comentario, sólo aturdida. Fue un alivio cuando este tipo Emmett, quien juega hockey en algunas ocasiones, pasó adelante y dijo—: ¿Swan?

Incluso se encontraba de pie junto a Mike Newton y me miraba como si me hubiera crecido un tercer ojo.

—¿Qué pasa, Emmett? —le dije, tratando de asentir casualmente.
—Yo ¿eso qué? —Emmett me miró de arriba abajo con una lentitud exagerada y luego dijo—: Maldita chica.

Le di un golpe pero ellos se reían entre ellos y luego Mike resopló.

—Todo este tiempo Swan y nunca supe que eras una chica.

—Es divertido —le dije, pensativa—. Siempre supe que lo eras.

Cuando Mike dio un paso hacia mí, Emmett lo detuvo y me dijo—: ¿Estás en fútbol Frisbee?

Asentí con la cabeza. —Claro, desde hace tiempo. Le debo a Newton una fractura en la nariz.

Mike se agarró así mismo con rudeza y me moví de un tirón, también, pero esta vez no se reía.

Me giré y todo el grupo de los populares amigos de Rosalie me miraban. Cuando los desafié con una mirada, los ojos de Edward ardían con diversión malvada.
Hacía todo lo posible para no reír.

—Déjame saber cuándo es hora de irse —me quejé con Rosalie y luego me marché a buscar una soda. Agarré un Mr. Pepper y un perro caliente, luego encontré un lugar para sentarme desde donde podía vigilar a mi hermana sin ser molestada.

Edward se pegó como una lapa a Rosalie por un rato, tocándola a su manera o burlándose de ella innecesariamente, pero me di cuenta cuando se aburrió de Rosalie. Aparentemente, no tenía ninguna intención de hacerle daño o tomar ventaja. Sólo jugaba conmigo. Sabía que yo sólo había venido por él al igual que sabía que vigilaba todos sus movimientos.

Me había estado manipulando desde el momento en que Rosalie nos encontró en la calle, totalmente actuaba como una idiota. Cuando esto se hizo evidente, me enojé conmigo misma por haberle permitido llegar a mí. Me negué a seguirle la corriente un segundo más.

Con la esperanza de que ignorándolo por completo lo hiciera enojar, fui a entrar en el juego de fútbol frisbee que seguía en marcha. Cuando me acerqué, me recibieron con unos pocos silbidos, todos provenientes de los chicos con los que había jugado en contra de los J.

—Puedo estar en un traje de baño —gruñí—. Pero los haré polvo si no cierran su boca ahora mismo.

—Necesitamos uno más acá —dijo alguien. Era el tipo que me había alimentado con una línea de pick-up antes. No podía creer que me miraba como si realmente estuviera interesado en mí. Un hombre, aparte de mi vecino psicópata, nadie nunca había mostrado ningún interés en mí. En especial, no alguien parecido a él.

El tipo tenía el pelo corto rubio arenoso y ojos grises. Era un poco muy musculoso para mi gusto, pero aun así, era bastante caliente. Yo no sabía si agradecerle a Rosalie por hacerme aparecer semidesnuda o molestarme. Hice todo lo que estuvo a mi alcance para no ruborizarme cuando fui a posicionarme a su lado, pero fui capaz de perderme en el juego con bastante rapidez.

Era sólo un juego divertido, amistoso de fútbol todos jugaban a excepción de Mike Newton, que al parecer pensaba que era la NFL. Y también pensé que era un maniquí. Trató de golpearme varias veces y falló, pero la tercera vez no lo vi venir y me empujó hacia un grupo de chicas que observaban al margen.

En la colisión, mi boca choco con una dura sandalia de plástico y alrededor de cuatro vasos de Coca-Cola Light. Después de recuperar mi orientación, sentí mis labios sangrando. Sangraba donde la sandalia me había golpeado.

—¡Oh eso es todo! —le grité.

Emmett me ofreció una mano y tan pronto como me encontraba en mis pies, cerré mi mano en un puño y le di a Mike con todo lo que tenía dentro de mí. Le pegué tan fuerte que voló de vuelta al hombre detrás de él. Mis nudillos gritaron de protesta, pero valió la pena, ya que la sangre brotaba de la cara de Mike como una cascada.

—Ahora estamos a mano —le dije y fui a buscar un poco de hielo para mi mano.

En mi camino a la nevera, me quité la fastidiosa camiseta empapada de tirantes. Odiaba estar desfilando en bañador, pero la camisa no sólo se encontraba empapada con manchas oscuras, era pegajosa. Mojada es una cosa, pero pegajosa es desagradable. Además, necesitaba la camisa.

Trataba de atar la parte superior de mi top con una sola mano cuando alguien se acercó detrás de mí y dijo:

—¿Necesitas ayuda con eso?

Le sonreí tímidamente al tipo que parecía ser mi nuevo admirador y le dejé tomar mi mano. La toma y comienza a examinar mis nudillos por un minuto.

—Eso te va a doler durante un par de días —dijo, y colocó suavemente el hielo en la parte superior de mi mano.
Me lleva a la cubierta del lago de la casa de Alice e hizo mover a alguien para que pudiera sentarme en uno de los sofás. —Soy Garret —dijo mientras se sentaba a mi lado.

—Bella.

—Es lo que he escuchado. —Garret se echó a reír. Miró hacia el grupo de chicos que seguían de pie en la playa. El juego se había terminado—. Eres el principal tema de conversación en estos momentos. Creo que rompiste la nariz de ese tipo.
Me encogí de hombros. —Se lo merecía.

Garret se rió de nuevo y dijo—: Entonces, ¿cómo es que nunca te he visto en ningún partido antes?

—Los partidos no son lo mío.

—Eso es muy malo. ¿Estás segura de saber cómo animar?

Sonreí un poco en eso, pero no sabía qué decir. Después de un momento, Garret rompió el silencio. —¿Quieres ir a nadar? Ya lo hice y el agua está realmente agradable.

Arrugué la nariz. —El agua no es lo mío.

—¿Qué hay de las motos de agua, entonces? Soy un conductor decente. Podría llevarte a dar una vuelta sin abandonar el lago.

Odio tener que admitirlo, pero me acobardó su oferta. No es que sea una cobarde total, pero no podía creer lo que sucedía. Este hombre me pedía estar con él. Era casi como si me estuviera invitando a salir en una cita. Me emocionaba, pero... la idea de tener que estar en la misma moto de agua con él, aferrándome a él y todo.

—Gracias —le dije—. Pero creo que hay que tomarlo con calma por un rato y tal vez encontrar un antiinflamatorio para mi mano.

—Oh, bueno, eso también funciona. Estoy seguro de que tienen en la casa y entonces podemos encontrar un lugar agradable y tranquilo para llegar a conocernos mejor.

Garret se levantó y me ofreció una mano. Me impulsó para ponerme de pie y no soltó mis dedos mientras me conducía hacia la puerta trasera. Cuando llegamos allí, Edward se inclinó casualmente contra el marco, bloqueando la entrada.

—¿Van a alguna parte? —preguntó.

—¿Qué pasa, amigo? —preguntó Garret, tomando inmediatamente la defensiva.
No iba a dejar que Edward iniciara una pelea con este tipo, sabía lo que trataba de hacer. Así que en vez de decirle a Edward que se perdiera, le expliqué.

—Sólo voy a conseguir algunos analgésicos.

—¿Te refieres a estos? —preguntó Edward, sacando una pequeña botella de Motrin de su bolsillo.

—¿Siempre llevas Motrin contigo? —pregunté, tomando la botella.

—Desde que empecé a salir contigo —dijo—. Nunca se sabe cuándo vas a necesitarlo. Ese es el que utilizas ¿verdad?

—¿Cómo sabías que yo…?

—Y para lavar —continuó, dándome una Lata de Dr. Pepper—. Sé que es tu favorito.

Odiaba que misteriosamente Edward sabía demasiado de mí, pero me prometí a mí misma que no le permitiría llegar a mí. Tomé la lata y suspiré.

—Gracias, Edward.

Le sonreí a Garret quien miraba a Edward de una forma, digamos no muy amistosa. Le apreté la mano para tranquilizarlo.

—Parece que nos ahorramos un viaje —le dije, tirando de él hacia el mueble.
Garret me detuvo antes de que pudiera sentarme. Miró a Edward, que seguía apoyado en el marco de la puerta mirándonos y dijo—: Esta un poco lleno aquí ¿Por qué no vamos a dar un paseo por la orilla del algo?

Tragué saliva ¿Un paseo romántico a la orilla del lago con un chico que apenas acababa de conocer? —Um...

—Es casi de noche —señaló Edward, invitándose a sí mismo a nuestra conversación.

Garret se giro hacia Edward. —¿Cuál es tu problema, hermano?

Garret era más grande que Edward, pero Edward ni se inmutó. —Mi problema es que vino aquí conmigo. No voy a dejarla ir vagando en la oscuridad con otro hombre.

Garret volvió su ira contra mí. —¿Has venido aquí con una cita? ¿Planeabas mencionar esto?

Fue fácil para mí enfurecerme. Ninguno de estos tipos me poseía.

—¡Vine aquí con mi hermana! —solté y me volví para irme.

Garret me agarró de la muñeca. —¿A dónde vas?

—Suéltala —dijo Edward, con los ojos brillando en la luz mortecina. Pero su advertencia era innecesaria porque ya había arrancado mi brazo de su agarre.

—Me voy —le dije, mirando a cada uno de ellos, a su vez, para encontrar a algunas personas que no me estén usando como una herramienta.

Alguien inició una hoguera y me dejé caer delante de ella. El sol se había puesto.
Todavía seguía enojada, así que cuando sentí una mano caer sobre mi hombro casi la golpeo, pero cuando me di cuenta que era mi hermana, me retuve.

—Lo siento —murmuré, pero Rosalie se encontraba demasiado entusiasmada con algo como para preocuparse.

—¡No puedo creer lo que acaba de suceder! —exclamó.

—¿Qué pasó?

—Estoy casi por conseguirlo ahora.

—¿Qué estás diciendo? ¿Y por qué hablas conmigo? Estamos en público.

—Bella ¡le gustas a Edward!

Sí, le gustaba atormentarme.

—Quiero decir, había algo que pasaba esta tarde cuando él te coqueteaba. Ahora tiene mucho sentido ¡Trataba de darte celos! Y eso totalmente funcionó, porque has venido esta noche.

—He venido esta noche porque Edward es un psicópata y no confiaba en él a solas contigo.

Rosalie puso los ojos. —Está bien admitir que te gusta.

La fulmino con la mirada, pero ella lo rechaza. —En realidad —dijo—. Estoy muy contenta por ti. Siempre he querido una hermana.

Fruncí el ceño. —Siempre has tenido una hermana.

—Sabes lo que quiero decir —dijo Rosalie, agitando su mano de nuevo—. Una verdadera hermana. Una que se vista como una chica y aplaste a los chicos.

—No voy aplastando…

—Estoy tan orgullosa de ti, Bella. Vienes a tu primera fiesta esta noche y a pesar de que dejaste a un chico ensangrentado, lo cual, para que lo sepas, no es muy genial, no fuiste socialmente rechazada como pensé. Incluso había dos chicos peleándose por ti ¡Chicos Calientes!

—Rosalie.

—Eso fue brillante, irse con ese tipo. Pensé que Edward iba a matar a alguien de lo celoso que se encontraba.

—Probablemente sólo quería matar a alguien —señalé, pero Rosalie no me escuchaba.

—Y luego caminar lejos de ellos ¿Cómo lo hiciste? Probablemente ahora están enloqueciendo. Ahora sólo tenemos que averiguar con cual quieres ir.

—Rosalie.

—Me gustaría ir con Edward si yo fuera tú. Los chicos muy musculosos generalmente se preocupan más por ellos mismo que por sus novias.

—Rosalie.

—Pero aun así, es un bombón, y si realmente te gusta...

—¡Rosalie! —Finalmente escuchó.

—¿Qué?

—No quiero ir con ninguno de los dos.

—Necesitas un novio Bella. No podemos perder esta milagrosa oportunidad. Nunca tendrías otra oportunidad como esta.

—Rosalie, te estoy diciendo que Edward está demente.

—Bueno, sí —coincidió Rosalie, frunciendo el ceño—. Tiene un enamoramiento contigo, eso me hace preguntarme su capacidad mental. Pero, oye, un monstruo para un monstruo ¡Es perfecto! Sólo tenemos que hacer un plan. Apuesto a que podría ser tu novio para el final de la noche.
quiero un novio como Edward. El tipo está desquiciado.

—Hmm —dijo Rosalie, pensando demasiado duro en la materia—. ¿Así que quieres al otro tipo?

Suspiré. Rosalie se había enloquecido igual que Edward a su propia manera.

—¿Quién era él de todos modos? —me preguntó.

—¿Quién?

—El otro tipo.

—No lo sé. Algún senior, supongo. Esta es tu fiesta. Tus amigos. ¿No sabes quién es?

—No creo que lo haya visto antes ¿Cuál es su nombre?

—Garret —le dije.

—Garret ¿qué?

—No lo sé, sólo Garret.

—¿No preguntaste su apellido?
Rodé mis ojos. —Edward llegó antes de que pudiera preguntarle algo.

—¿Y no crees que sea romántico? —preguntó Rosalie, con un suspiro de ensueño.

—¿Estás segura de que no quieres ir por Edward?

La fulminé con la mirada.
—Está bien. Garret. Voy a ver si puedo investigar más sobre él. Quédate aquí y sigue siendo sociable. Si puedes coquetear con alguien más, mejor.

Dejé escapar un suspiro de alivio cuando por fin se fue, pero yo sabía que volvería. De alguna manera había desatado un monstruo.

Emmett y un par de otros chicos se encontraban sentados al otro lado del fuego. Pensé en la solicitud de Rosalie de ser sociable, pero decidí quedarme. Elegí un lugar junto a las otras bebidas del Dr. Pepper y saboreé el hecho de que me hallaba sola.

Sólo pude disfrutar de mi paz por unos diez minutos antes de que pudiera sentir a alguien acechando mi espalda.

—Vete —le advertí.

—Bella. —Edward ignoró mi petición y se sentó a mi lado—. Sé que estás enojada, pero no lo entiendo. ¿Tienes alguna idea de lo que ese tipo trataba de hacer?
—¿Hablar conmigo? —espeté.

—Bella —dijo de nuevo. Su voz era un susurro tan suave que hizo que mi corazón se agitara. Levanté la mirada sin pensar y lo miré a los ojos. Gran error. Se las arregló para atraparme en una especie de hechizo, y cuando llegó y acarició con el dorso de su mano mi rostro, lo permití. Mis ojos se cerraron revoloteando ante su toque.

—Eres tan inocente.
Me estremecí, y no creo que fuera por el frío.

—Me necesitas.
Mis ojos se abrieron de golpe, sus palabras despejando la niebla en mi cerebro.

—¿No te quedaste a ver lo que le hice a Newton? —le pregunté—. No soy impotente.

Edward retiró su mano. —Nunca dudé de tu capacidad para lanzar un golpe —dijo entre risas.

—Estoy seguro de que puedes más que darle su merecido a alguien. Pero ¿tipos como tu amigo de antes? Estás jugando un juego completamente diferente. No tienes las más mínima idea de como jugar.

Tuve que girar mi rostro para que no notara el sonrojo de mis mejillas a pesar de la oscuridad.

—Confía en mí —continuó Edward sucesivamente—. Ese tipo ¿Garret? Era un profesional. Te habría sacado de ese paseo, estarías sola y no habrías sido capaz de hacer nada al respecto. Si crees que antes tenías miedo…

—Para —le dije, todavía incapaz de mirarlo—. Sólo detente. Lo entiendo. —Y lo hacía. Odiaba cuánta razón tenía—. Puede que sea inocente, pero no soy estúpida. Voy a averiguarlo.

—Yo podría ayudarte.

—No quiero tu ayuda.

—No te enojes.

—Vete.
leve brisa se levantó y me estremecí de nuevo. Sentí la mano de Edward descendiendo ligeramente por mi hombro. Pasó los dedos por la longitud de mi brazo, sintiendo la piel de gallina en mi piel.

—Tienes frío —dijo.
Me encogí de hombros lejos de su toque. —Estoy bien.

Edward me dio algo. Después de bajar la mirada, me volví para mirarlo. Se había quitado el sweater que había estado usando y ahora se quedó en una camiseta blanca.

—No necesito tu camisa.

La empujó hacia mí de nuevo, rodando los ojos. —Sólo tómala.

No quería tomarla, pero realmente tenía frío, y yo estaba muy, muy cansada de sentirme desnuda. Enrollé las mangas en mi mano, forcejeé un rato con los botones, pero agradecía estar cubierta.
Iba a darle las gracias cuando Edward dejó escapar un profundo suspiro.

—Bella, Bella, Bella —suspiró y sacudió la cabeza lentamente—. ¿Qué voy a hacer contigo?

—¿Qué? —le pregunté, acercando mis rodillas a mi pecho con timidez.

—Nada —dijo—. Es sólo que... —Extendió la mano para arreglar mi cuello. Sus manos se demoraron más tiempo del necesario. Me aparté un poco y sonrió—. Por mucho que quiera matar a ese chico Garret, realmente no puedo culparlo. Verte llevando mi camiseta me da ganas de llevarte a dar un paseo por una playa desierta.

Me puse de pie y arranque la camisa por encima de mi cabeza y se la lancé a Edward. Esperaba que cayera arena en su rostro mientras me marcho.

—Rosalie —grité.
Rosalie no andaba muy lejos.

—Oh, Dios mío, Bella, te vi hablando con Edward. ¡Tendrían que haberse visto! No me importa lo que digas, están destinados a estar juntos.
Alice y Victoria a su lado asentían vigorosamente.

—Eres muy afortunada —dijo Victoria.

—Es tan hermoso.

—¿Y le dio su camisa? —gritó Alice—. ¡Que romántico!
Todo lo que dije fue—: Estoy lista para irme.

Rosalie frunció el ceño. —Todavía tenemos media hora antes de irnos. Pensé que tenías un buen momento.


—¡Ahora!
*******************************************
hola a todas perdon por no poder actualizar pero es que me resfrie y esta ves me dio fuerte y aun estoy sanando bueno espero les este agradando esta adaptacion .
mucha gracias a todas por leer.
 bueno hoy subire dos capitulo mas les dejare aqui abajo para que leen.
 capitulo 6 leer aqui
capitulo 7 leer aqui

2 comentarios:

cari dijo...

Me encanta q le rompiera la nariz al idiota d Mike, Edward la salvo d ese tipo q tenia muy malas intención con Bella Edward es muy protector y me sigue dando miedito aun q me encanta q cuide d Bella, gracias nos leemos

Lizdayanna dijo...

Hola. Pobre Mike, a metió con la equivocada.

ORACION A MI SEXY VAMPIRITO

Edward de mi guarda
De mi sexy compañia
Bebete mi sangre
De noche y de Dia
Hasta que caiga en tus brazos
Y sea tu marca de heroina