lunes, 20 de mayo de 2019

Epilogo No puedo Amarte


Epilogo

Edward
Nueve años después

Un trueno perfora el silencio y despierto con un parpadeo mientras los rayos destellan en la habitación. Suspiro, frotándome los ojos con mi pulgar e índice.

Más lluvia, maldita sea.

Nop. No es mi trabajo preocuparme por ello durante las siguientes dos semanas, así que no voy a hacerlo. Emmett puede encargarse, tengo que creer eso.


Isabella y yo nos vamos en la mañana y él está a cargo mientras no estoy. Le prometí que ella y los chicos tendrían mi completa atención mientras estamos lejos, siempre y cuando deje su ordenador portátil en casa y tampoco intente trabajar en nada. El problema con ella es que su trabajo también es su afición, así que en parte me siento mal pidiéndole que se aleje de algo que ama.

Pero tiene razón. Los niños necesitan vernos sin nuestros ojos enterrados en alguna pantalla.

Vuelvo mi cabeza, bajando la mirada a ella junto a mí. Está acurrucada de costado, su nariz y labios enterrados en mi brazo con una mano sobre mi pecho y hombro. Su cabello largo hasta los hombros está extendido por la almohada y bajo la mano y levanto la sábana sobre sus piernas desnudas y bragas blancas. Lleva la camiseta amarilla que compró en nuestra luna de miel en México, y todavía no puedo decir que está embarazada de cuatro meses con nuestro segundo hijo. Nuestro primero, Jasper, está dormido en su habitación por el pasillo. Jasper Ryan Masen. Le puso el nombre de algún tipo de una película adolescente de los ochenta, pero eso no se le digo a la gente. Ella puede decirles, pero yo ciertamente no voy a hacerlo.

Pongo mi mano en su muslo y miro fijamente al techo.

Tengo cuarenta y ocho años. ¿Qué asuntos tengo con un hijo de seis años y otro niño en camino?

Pero maldición, soy feliz.

El repiqueteo de la lluvia golpea los cristales de la ventana y siento a Isabella respirando muy pacíficamente a mi lado. Cierro los ojos. Mía. Mi casa, mi esposa, mi familia… mía. A veces, estoy tan abrumado por cuán afortunado soy, que no puedo entender que todo esto es real. Todavía no puedo dejar de alcanzarla cuando está cerca o dejar de ser ansioso cuando entro en la cama por la noche, sabiendo que al fin estamos solos.

De repente recuerdo la ropa secándose en la cuerda del patio trasero y salto de la cama.

—Mierda —murmuro, poniéndome unos pantalones.

Saliendo de la habitación, camino por el pasillo deteniéndome ante la puerta de Jasper, y la abro silenciosamente. Duerme en su cama, mientras que el hijo de Jacob, Parker, está desmayado junto a él. Ambos se ven como una telaraña de brazos y piernas y me rio en voz baja. Les hemos explicado que Jasper es el hermano de Jacob, lo cual lo convierte en el tío de Parke, pero es difícil para ellos darle sentido a algo como eso cuando tienen la misma edad.

Sin embargo, mi pecho se aprieta cada vez que los veo así. Mi hijo y mi nieto son más como hermanos, y realmente me importa una mierda si parece extraño para otros, porque somos una familia afortunada.

Jacob conoció a su esposa, Angela, cuando estuvo en Okinawa, y ambos están actualmente atendiendo a alguna convención a la que su compañía la envió en Las Vegas. Invitamos a Parker a unírsenos por un par de semanas, así podrían ir por su cuenta.

Cerrando la puerta, bajo las escaleras, pasando por todas la fotos familiares en las paredes, en la mayoría de las cuales estoy, y cruzo la cocina hacia el cuarto de lavandería. Agarro una cesta de mimbre de la secadora y salgo al patio trasero. La lluvia es poca, pero golpea mi espalda como pequeños dardos, afilados y rápidos. Corro hacia el tendedero y empiezo a quitar las toallas de playa y cualquier otra ropa de último minuto que Isabella quiso lavar para guardar en las maletas. Probablemente tenemos más que suficiente empacado para el viaje por carretera por el norte, pero mi suerte, llegaremos a la casa del lago y estará molesta durante dos semanas porque no tiene aquella camiseta rosa que va mejor con las zapatillas que compró esa vez en aquel viaje.

Quito la ropa, metiendo las pinzas en la bolsa, y llevo la cesta dentro. Abriendo la secadora, meto todo y enciendo la máquina, asegurándome que esté lista para cuando nos despertemos por la mañana.

Dirigiéndome de nuevo arriba, cierro la puerta de nuestro dormitorio y subo a la cama, Isabella me encuentra de inmediato en su sueño y se acurruca. La rodeo con mi brazo.

—¿Todo bien? —pregunta suavemente.

—Sí. —Beso su frente, poniendo las sábanas sobre nosotros—. Vuelve a dormir. Gran día mañana.

—Sabes que no puedo dormir durante las tormentas.

Mi pecho se sacude con una risa, porque es tan mentirosa. Este asunto de dormir durante las tormentas nunca ha sido un problema en nuestra cama. Duerme como una muerta a mi lado, y me enorgullezco mucho por ese hecho.

De repente quiero ver su rostro, así que alcanzo las cerillas con mi mano libre, prendiendo una y encendiendo la vela sobre la mesita de noche. Apagando la cerilla, la habitación brilla con una luz suave, y bajo la mirada a su rostro, todavía en sombras pero un poco más visible ahora.

Sus largas pestañas y hermosa piel. Sus labios rosas que he besado miles de veces durante miles de horas. Su cuerpo que he amado durante diez años y en un millón diferente de maneras. Pensarías que estaría acostumbrado a ella ahora, pero mi polla empieza a endurecerse ante el solo pensamiento de ella sobre mí de nuevo.

Su cabeza se alza y mira alrededor, sobresaltada.

—Oh, la ropa —suelta.

—Ya me ocupé —le digo, palmeando su pierna para calmarla—. No te preocupes.

Se relaja, asintiendo y bostezando al mismo tiempo.

—¿Los niños están bien? —pregunta, poniendo su cabeza de nuevo en mi pecho.

—Síp. Durmiendo como troncos.

Froto su espalda, intentando calmarla para dormir y siento su pierna cubrir la mía. Aprieto mis dientes, la calidez entre sus muslos filtrándose a los míos ahora. Mi ingle pulsa.

—¿Estás nerviosa? —susurro.

—Un poco.

Hará una presentación en la apertura de los jardines botánicos que diseñó para el nuevo museo en Rockford, mañana. Después de la universidad, trabajó para una firma durante varios años, pero decidió empezar su propio negocio el año pasado. El museo fue su primer y gran proyecto en solitario, y los clientes no solo están extremadamente complacidos con su trabajo, sino que esto ha traído varios proyectos ya. Es una artista.

Pero una que odia hablar en público, así que estoy pensando que será doloroso pero breve mañana.

—Solo recuerda. —Beso su cabello—. Subimos al auto y nos ponemos en camino después.

Sus brazos se aprietan a mi alrededor.

—No puedo esperar.

Después de la presentación, vamos a Minnesota donde alquilamos una casa del lago durante dos semanas. Su hermana Tanya y el último de una lista de novios ricos, también alquilaron una casa cerca, así que van a llevar a su hijo, y tendremos compañía cuando nos apetezca.

Y alguien para llevarse a los niños por una noche cuando no lo hagamos.

Sus dedos trazan mi pecho y arrastra sus uñas ligeramente por mi estómago. Mi cuerpo empieza a volver a la vida bajo mi piel, y no creo que pueda dormir hasta que lo saque de mi sistema.

—Entonces, ¿estás despierta ahora? —me burlo.

Asiente.

—¿Tú?

—Es difícil dormir cuando haces eso.

Se ríe y se alza, deslizando una pierna sobre mi cuerpo y montándome a horcajadas.

—Oh, qué bien.

Se quita su camiseta y de inmediato toco su estómago, sintiendo el duro y pequeño bulto donde mi hijo o hija está.

Me sonríe, inclina su cabeza juguetonamente, y todavía veo a esa chica arrastrándose por el suelo del cine cada vez que la miro. Me tenía incluso entonces.

—Te amo —digo.

Bajando, se cierne sobre mí, mirándome a los ojos mientras mi mano va a su pecho.

—Oh, espera. —Se incorpora y se inclina para apagar la vela.

—No, déjala encendida —gimo, rodando mis caderas contra ella—. Quiero verte.

Baja la mirada hacia mí.

—¿Bloqueaste la puerta?

Hago una mueca.

—Mierda.

¿Por qué olvidé eso? Solo he tenido hijos durante la mitad de mi vida.

—No podemos dejar que echen un vistazo, ¿no es así? —regaña, pero me sonríe.

Inclinándose de nuevo, cierra los ojos, hace una pausa momentánea, pensando, y luego los abre de nuevo, soplando la vela suavemente. La habitación se oscurece excepto por la luz de luna atravesando la lluvia brillando en la pared de nuestro dormitorio, y veo su contorno bajar de nuevo sobre mí.

Aprieto sus caderas, sintiéndola frotarse contra mí.

—¿Alguna vez vas a decirme lo que deseas? —pregunto.

Me besa, susurrando contra mis labios:

—Trae mala suerte decirlo.

Se mueve a mi cuello, arqueo mi cabeza y cierro los ojos, dejándola entrar.

—Pero lo diré —continúa, mordisqueando mi mandíbula—. Siempre deseo la misma cosa, y cada día se vuelve realidad.

Fin

Autora: Penelope Douglas

Libro: Brithday Girl

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Muchas a gracias a todas por los comentarios por estar pendiente de la adptacion y seguirla ahora me tomare un descanso y tambien de pensar cual sera la sigueinte adaptacion para el blog la de fanfiction aun la seuire actualizando ya que el falta mucho pero de verdad MUCHAS GRACIAS.

12 comentarios:

brigitteluna dijo...

me encanto un muy buen final para esta adptacion ,

marina dijo...

excelente historia. disfrute mucho leyendola y me pone triste que haya terminado. voy a esperar ansiosa tu proxima adaptacion.
la verdad re linda familia formaron edward y bela.

carola dijo...

Ame la historia, me encanto. Y me gusto mucho el final. Casi lloro cuando fue a buscarla al motel y le dijo esas cosas tan lindas.
Extrañare las actualizaciones y estare atenta y ansiosa para leer tu proxima historia.
Muchos cariños!

cari dijo...

Hermosa historia muchísimas Gracias ❤😘💕🌷

k_roline82 dijo...

Muchas gracias por esta hermosa adaptación. Bella y Edward obtuvieron sus felices por siempre, y teniendo la familia que siempre soñaron, me encanta que la diferencia de edad al final de cuentas no los separo, al contrario los fortaleció como pareja. Saludos y bendiciones. Esperando con ansias la próxima adaptación. Saludos y bendiciones

Ana dijo...

Muchas gracias por el capítulo y por la historia

vani dijo...

Muchísimas gracias!!!
Súper emocionada con la historia, muy buen final. Pobre los niños son de la misma edad pero uno es tío y el otro sobrino...
De de un caso asi en mí familia....

Celina Cullen dijo...

Excelente historia, gracias por compartirla con nosotros.

Anónimo dijo...

Gracias, me encantó

Anónimo dijo...

gracias me encanto la historia

Anónimo dijo...

Me gustó mucho el final.
Ya a esperar tu nueva adaptación.
Gracias por compartirla.
PD. Soy Adriana

Anónimo dijo...

Gracias, gracias, me encantó.
Es una historia muy bonita, estoy muy agradecida por darme buenos momentos de lectura

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