lunes, 27 de junio de 2011

OUTTAKE 6 PO


CAPITULO 7 : EL CORAZON DE UNA MADRE (ELIZABETH MASEN)

POV ELIZABETH

Hacia casi 4 años que sabíamos de la existencia de Edward, el principio fue difícil, sobre todo por Lucas, pero el siempre seria el niño de mi corazón, siempre.

-elizabeth-dijo reene de pie en la puerta-Lo encontré-susurro agitando el viejo cuaderno en sus manos, era color café, con un lazo rosa, y la palabra “diario “grabada, nos habia tomado mas de un año encontrar ese vejestorio, pero al final aquí estaba, sonreí inconcientemente, y reene sonrio conmigo.

-Gracias-le dije al final, tomando el diarimentre mis manos, es increíble como un viejo y casi inservivble pedazo de papel, puede decidir el futuro de los seres que amas.

-ellos tambien son mi familia-contesto reene-

-Mamá-dijo lucas entrando en el cuarto, venia cargando una vieja casa de cartón repleta de polvo por el paso de los años. Le sonreí.

-Reene lo encontró-le dije, el medio sonrio, sabia que no estaba en sus planes que alguna vez se supiera esto, si fuera por nosotros nunca lo diríamos, esto quizá solo trajera mas dolor, pero era necesario, se lo debía a mis hijos, por que asi los consideraba, a los tres, a lucas, Edward y bella, esa hermosa princesita no merecía sufrir por esto, y pese a la negativa de mi esposo Anthony, tenia que decirlo y buscar el Diario de Carmen, era la única solución de probar lo que sabíamos.

-Que bien-susurro

-Lucas-le dije

-esta bien madre-me dijo el-Bella es mi hermana y quiero que sea feliz, esto le traerá felicidad a ella, pero ¿Y a sus padres?-me dijo, suspire con tristeza, quizá no fuera la forma correcta, pero no podía verlos sufrir mas, ya no, estas pocas semanas de conocer a Edward, tratarlo e interactuar con el en persona y no por medio de intermediarios, me mostraron el gran chico que era, y sin dudar el merecía ser feliz.

-Lo necesitan, lucas-dijo reene-Ellos si tienen la posibilidad de ser felices-añadio, suspirando con tristeza, le sonreí, sabia cuanto sufria ella con la situación de los chicos, lo vi en su mirada el dia que se lo conte, no los conocía en persona, pero si por medio de fotografías, algunas de las cuales esme le mando cuando Edward y bella eran apenas unos bebés, las mas actuales de bella, adornaban el protector de pantalla de la laptop de Lucas, al igual que su celular, eran su familia, y ella quería que fueran felices, deseaba su felicidad, por que ella no pudo tenerla, quería a Phil, seria mentira decir que no, pero faltaba ese brillo especial, la chispa que uno tiene cuando esta al lado de quien ama.

-Tienes razón tia reene-dijo el, reene sonrio y lo abrazo.

-Vamos a casa-dijo al final.

-¿Segura?-cuestione, ella asintió

-Creo que es hora de enfrentar el pasado-respondi algo melancolica-Charlie es un bonito recuerdo, tal vez el mejor recuerdo que tenga, pero… Phil es mi presenta y tengo que estar con el-

-Vamos a casa-repitio lucas, antes de irnos revisamos la caja que encontró lucas, tenia otro diario asi que lo tomamos, y algunas viejos recortes de periódico y fotos viejas de muchas personas, guardamos todo en la cajuela del auto y emprendimos el viaje de regreso, Anthony seguía algo inconforme con lo que haríamos, pero ¿Cómo negarle la felicidad a alguien que amas?, si sabes que no hay ningun impedimento para que estén juntos, ¿Cómo lo haces?, ¿Serias tan cruel?, ¿solo por no hacer sufrir a otro?, la vida es un instante, que esta conformado por momentos únicos e irrepetibles, donde las oportunidades a veces no se repiten, y si en tus manos esta, el futuro de dos seres que se aman, ¿Quién eres tu para impedir su amor?

-Mamá-dijo lucas tocando mi hombro y agitándome ligeramente

-¿Qué?-dije

-Te perdiste-dijo de repente y luego el y reene soltaron una carcajada, me sonroje.

-Ya basta-les dije, pero ellos disfrazaron sus carcajadas con tos. Despues de un largo tramo de carretera, llegamos a la mansión Masen, todavía recuerdo lo sorprendida que me sentí la primera vez que Anthony me trajo, tenia 16 años y lo mas cerca que habia estado de una mansión como esta, era viendo en la revista del corazón, esa por la cual tenia que trabajar seis días seguidos para después comprarla.

-Señora Masen- dijo greta de pie en la puerta, james estaba asu lado y en un segundo estuvo en la cajuela sacando las cosas.

-El señor Masen-dijo greta-Llegara tarde esta noche-suspire, seguís molesto.

-esta bien, greta, gracias-dije en un susurro, la noche se había vuelto fría, helada, seria el termino correcto. Entramos en la casa, y cada quien fue a su habitación, solo salimos para cenar, despues regresamos a descansar, la jornada de hoy me habia dejado exsahusta, tanto física como emocionalmente, nunca pensé en tener mas hijos, lo desee en un momento pero despues de la muerte de mi pobre Anabell, no albergue esperanzas, hasta ahora, sentía que en vez de perder a un hijo, habia ganado dos mas, por que asi veía a los cullen.

-Lizzy-me llamo mi esposo en cuanto entro, era su forma especial de llamarme cuando eramos novios.

-hola-susurre

-¿Estás bien?-me pregunto sentándose a mi lado en la cama, abrió sus brazos y me escabullí en ellos hasta que se cerraron en torno a mi, dándome un calido abrazo, lo necesitaba, su presencia era lo único que mantenía firme, la seguridad de que pese a todo, el estaría ahí, para mi.-¿Qué pasa?-me dijo besando mis cabellos.

-Encontré el diario de Carmen-le dije, el me apreso mas entre sus brazos

-¿Estás segura de lo que harás?-me dijo

-Debo hacerlo-le dije-Carmen, inconsciente mente nos los debe-dije besando su pecho, su olor a colonia mezclado con su esencia natural de hombre inundo mis sentidos, con cuidado tire mi rostro hacia arriba y junte nuestros labios, siempre suaves, siempre calidos, siempre para mi. Con cuidado deslizaso su mano por todo mi vientre y estomago, hasta llegar a uno de mis pechos, el cual estrujo entre su palma, quise gemir pero me contuve, hacia tanto que no hacíamos el amor.

Su mano presurosa solto el nudo de mi bata de dormir, mientras yo quitaba su saco, y corbata, era hasta divertido ver la necesidad que nos embargaba, siempre hicimos un deporte hacer el amor, bueno, eso cambio un poco cuando Carmen, nos visito, pero yo lo amaba igual que antes, incluso pienso que mas, y se que el me ama de igual manera. Terminamos en la cama, susurrando palabras de amor, devosion y entrega mientras nos amábamos, como antes, como siempre.

-Te amo-me dijo clavando su mirada esmeralda en mi, mientras yo acariciaba su rebelde cabello cobrizo, era increíble como se parecía Edward a el, como tenían gestos similares a pesar de no haberse visto nunca. Como fruncían el ceño, como pasaban la mano casi inconscientemente por su cabello cada vez que estaban nerviosos alterados, hasta molestos, su risa era idéntica, Edward era una copia idéntica de Anthony a su edad, hasta tenían el mismo nombre sin saberlo, Edward Anthony.

-Mañana viaje a Forks-dije mientras Anthony besaba y acariciaba mi espalda

-suerte-me dijo el-Ire en cuanto pueda-añadio

-¿Estas seguro?-le cuestione girándome hacia el, jalando la sabana para cubrir mi desnudes.

-Esto debemos afrontarlo juntos-me dijo-Como familia-sonrei y lo abraze

-Te amo Anthony-le dije

-Igual que yo mi pequeña Elizabeth-me dijo besando mi frente, me acurruque en su pecho y asi nos quedamos dormidos, por la mañana lucas entro en nuestra habitación como cuando era pequeño. Se acurruco en medio de los dos.

-¿Qué pasa bebé?-le cuestione, el sonrio de lado, y me abrazo

-Ustedes son los mejores padres, que pude tener-dijo al final- y los amo como tal-añadio

-Tu, eres y siempre seras el niño de mi corazón-le dije dándole un beso en la mejilla.

-Eres mi orgullo lucas-le dijo Anthony-Eres mi hijo, y siempre lo seras-

-Te quiero papá-le dijo el dándole un fuerte abrazo-Y tambien a ti mamá-me dijo, terminamos abrazados los tres, y desayunamos en la cama, era un hermoso cuadro, pero faltaba alguien, mi otro hijo. El otro niño de mi corazón.

Edward.

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ORACION A MI SEXY VAMPIRITO

Edward de mi guarda
De mi sexy compañia
Bebete mi sangre
De noche y de Dia
Hasta que caiga en tus brazos
Y sea tu marca de heroina