lunes, 30 de septiembre de 2019

Capitulo 13 Pacto de Hermanos


Capítulo 13

Los exámenes de mitad de periodo se fueron de un tirón. Era la mejor de todas mis clases, y aunque dos veces el chico sentado a mi lado o delante de mí fue elegido para la prueba de ADN, yo nunca lo fui. Fue con un gran suspiro de alivio que empaqué mis escasas pertenencias y seguí a Edward en un transbordador con destino a Apolo.

Era un vuelo más largo que el que yo había tomado para llegar a la Academia de Forks en primer lugar, pero el vertedor de propulsión de hidrógeno más Rápido que la Luz aseguró que aún tardaba menos de un día para llegar a la luna más hermosa en el sistema Prometeo. Miré ansiosamente por la ventana mientras aterrizábamos, queriendo ver la belleza de primera mano.

La mayor parte de las masas de tierra de Apolo eran largas y delgadas—cubrían tres cuartas partes de la superficie de la luna, casi como franjas. Y entre ellas estaban kilómetros y kilómetros de océano de azul verdoso claro. La combinación hacía que casi todos los lugares que visitaras fueran la playa.

Algunas de las franjas más gruesas de la tierra tenían montañas también, las que conducían directamente hacia el mar. Según Edward, la casa de su familia estaba situada en una de estas.


—¿Has estado alguna vez en la playa antes? —me preguntó mientras desembarcábamos en la ruidosa y abarrotada estación de transporte.

Negué con la cabeza.

—No, pero he leído sobre ella a menudo. Tengo muchas ganas de verla por primera vez.

—Vas a amarla, pero tendremos que encontrarte un traje de baño.

—¿Un traje de baño? —Sentí mi boca repentinamente seca.

—Por supuesto. —Él asintió—. No puedes ir a nadar en tu uniforme, renacuajo.

—Supongo que no —dije con voz débil. Sólo esperaba que el traje que me encontrara para nadar tuviera un montón de cobertura en todos los lugares correctos. Justo estaba abriendo mi boca para preguntar más sobre ello, pero Edward estaba demasiado ocupado llamando un taxi flotante como para llamar su atención.

Una vez dentro del vehículo gris y blanco, nos deslizamos silenciosamente a través de una pequeña ciudad que parecía abastecer a turistas. Había mujeres ligeras de ropa por todas partes—usando menos de lo que las mujeres de La push usaban como ropa interior. Aunque estaba segura de que era normal para Apolo, no pude evitar sentirme un poco sorprendida por su falta de decoro. Ignorando deliberadamente a los casi desnudos turistas, me concentré más bien en las pintorescas tiendas de colores brillantes. Muchas de ellas cubiertas de una capa suave de pelaje azul verdoso, que Edward me dijo era un tipo de alga llamada lágrimas de doncella.

—Pero… ¿a la gente no les importa tener algas creciendo sobre todas sus tiendas? —pregunté.

Él se encogió de hombros.

—Solía hacerlo. Los primeros pobladores de Apolo intentaron de todo para deshacerse de ella. Entonces, cuando la primera gran tormenta se presentó, se dieron cuenta de que los edificios que estaban cubiertos de lágrimas de doncella se mantuvieron unidos, un infierno mejor que de los que no tenían. Actúa como una especie de pegamento natural, una capa protectora. Ahora ellos la animan a crecer.

—Oh. —Estaba a punto de preguntarle más al respecto, pero el taxi flotante de repente llegó al final de la ciudad y el escenario cambió abruptamente. Las carreteras llanas y arenosas se volvieron colinas continuas y pronto estuvimos subiendo la ladera de una montaña empinada cubierta de árboles con ramas largas y senderos de ramas llenas de flores de color púrpura—. Esto es hermoso —exclamé, mirando por la ventana.

Edward sonrió.

—Suenas igual que mi mamá, ama la belleza natural porque creció en Midas, donde todo está demasiado industrializado. De hecho, cuando mi papá se lo propuso, le dijo que se casaría con él con una condición, que le construyera una casa en Apolo. —Sonrió—. Y han estado aquí desde entonces.

—Suena como que tus padres son muy cercanos —dije con tristeza, pensando en mi propio y distante padre, y la madre que nunca había conocido.

Edward asintió.

—Sí. Es algo bueno también. No creo que pudieran haber sobrevivido a lo que… le pasó a Seth de otra manera.

—Lo siento —susurré, sin saber qué más decir.

Edward negó con la cabeza.

—No importa. Sólo espera a que veas la casa, mi mamá la diseñó ella misma. Bueno, le dijo a papá lo que quería y él la diseñó, de todos modos.

—¿Oh? —Lo miré con sorpresa—. Siempre pensé que tu padre estaba en el Cuerpo Espacial, como el mío.

—Lo estaba, pero obtuvo un descargo después de que Seth nació. Es un maestro de la arquitectura.

Estaba a punto de preguntar más sobre qué hacía un maestro de arquitectura, pero el taxi flotante subió una última colina empinada y se detuvo enfrente de la más extraña y hermosa casa que alguna vez había visto. Parecía estar construida justo en la ladera de la montaña con ventanas redondas y vidrios multicolores, y con una escalera de caracol conduciendo a la amplia puerta principal hecha de algún tipo de madera flotante. También noté una rampa al lado de la casa que conducía a una puerta lateral. Me preguntaba si se había añadido después para permitir un acceso más fácil al hermano menor de Edward.

Tuve la vaga idea proveniente de Edward, de que él había tenido algún tipo de condición mental débil, ¿pero de qué exactamente había muerto?

—¿Bueno? —preguntó Edward—. ¿Qué te parece?

—Es magnífica —suspiré, siendo realmente sincera—. Puedo ver por qué la
adoras. Tu madre y padre deben ser muy talentosos.

—Lo descubrirás cuando los conozcas. Les dije todo acerca de ti, los llamé mientras estabas recibiendo tu boleto en la estación. —Edward me sonrió—. De hecho, salgamos del taxi, aquí vienen ya mismo.

Mientras él hablaba, dos personas altas y bien vestidas —un hombre y una mujer— salieron por la puerta principal y bajaron la escalera de caracol para saludarnos. Salimos rápidamente del taxi flotante automatizado y Edward deslizó su tarjeta de crédito en la ranura para pagarlo. Zumbó sin hacer ruido justo cuando sus padres llegaron hasta nosotros.

—¡Edward! —La mujer, que tenía el cabello dorado justo como el de Edward, extendió los brazos. Edward la abrazó afectuosamente. Cuando él se retiró, había lágrimas en los ojos de ambos.

—Hola, mamá —murmuró y lo vi secarse los ojos a toda prisa con la manga.

—Es tan bueno tenerte en casa a salvo para el Descanso. —Le sonrió, pero podía ver algo roto en su afectuosa expresión. Obviamente iba a ser duro para ella, tener a Edward en casa sin su otro hijo para completar la familia. Me preguntaba con inquietud si debería haber permitido que Edward me convenciera de venir después de todo.

Entonces el padre de Edward se apoderó de su hijo por el hombro y tiró de él en un abrazo de oso.

—Qué bueno tenerte de regreso, Edward —dijo con voz ronca, cuando liberó por
fin a Edward —. Te hemos extrañado.

—Yo también los extrañé, papá. —Sonrió Edward.

—Ahora bien, no olvidemos que tenemos un invitado. —La madre de Edward tendió una mano para que la agitara, lo que hice torpemente—. Jaz, ¿no? — preguntó y yo asentí.

—Muchas gracias por invitarme a su encantadora casa, Sra. Cullen —dije formalmente, justo como haría durante una tarde de té en La Push.

—¡Oh Dios, esos modales! —Ella se rió—. Tal vez puedas enseñarle a mi hijo un par de cosas.

—De lo que me dice Edward, él ya lo hace. —El padre de Edward volvió sus penetrantes ojos azules que lucían exactamente como los de Cullen en mi dirección—. Gracias por instruir a Edward en Navegación Astronómica. Dice que habría pasado un tiempo difícil sin ti.

—Oh, no. No realmente… —Podía sentir mis mejillas calentarse y luego me preocupó que no fuera una reacción varonil. Edward ya se había acostumbrado a mí, acostumbrado a pensar en mí como un hombre. Pero, ¿sus padres verían a través de mi disfraz? Levanté la barbilla e intenté profundizar mi voz—. Quiero decir, él lo hace muy bien por su cuenta.

—Bueno, eso no es lo que él dice. —El padre de Edward me dio una palmada en
la espalda—. Estamos muy agradecidos.

—Y muy alegres de darte la bienvenida a nuestra casa. —La madre de Edward
hizo un gesto hacia la casa—. Anda, vamos a instalarte.

Subimos las escaleras en fila y entramos por la amplia puerta de madera flotante. En el interior era muy encantador. Todo el mobiliario parecía estar hecho de madera flotante también, pero los exteriores armazones nudosos del sofá y las sillas estaban suavizados por grandes y lujosas almohadas en una variedad de colores. La madre de Edward parecía tener un gusto por las antigüedades de la antigua Tierra—jarrones y figuras estaban esparcidos alrededor, en un estilo genuino y sencillo que se añadía a la cálida sensación de la casa.

—Todo esto es tan hermoso —murmuré mientras Edward, su madre, y yo subíamos otra escalera de caracol, la cual nos condujo al segundo piso—. Nunca he visto una casa tan extraordinaria.

—Bueno, gracias, Jaz. —La madre de Edward me sonrió de alegría—. Amo la
decoración aunque mis hijos me dicen que me voy por la borda algunas veces.
Seth siempre dice… —Se detuvo abruptamente y se aclaró la garganta—. Lo
siento. Seth es… era mi hijo menor. Estoy segura… de que Edward te ha hablado
de él.

—Un poco —dije con cautela. Cuando llegamos a lo alto de las escaleras, me volví para mirarla—. Yo, um, me siento muy apenado por su pérdida.

—Gracias, cariño. —Me dio esa cálida pero rota sonrisa de nuevo—. Y espero no hacerte sentir incómodo. Aún estamos aprendiendo a vivir sin él. Esto… no ha sido fácil.

—Entiendo —le dije—. Es decir, nunca he perdido a nadie excepto a mi madre y eso fue cuando nací. Pero puedo imaginarlo… —Me interrumpí, sintiéndome estúpida, pero la madre de Edward me sonrió de nuevo y puso una mano sobre mi hombro.

—Eres un chico muy dulce. Puedo ver por qué le agradas tanto a Edward.

—¡Mamá! —Las mejillas de Edward se pusieron rojas de la vergüenza, pero me encontré a mí misma sonriendo a su madre, agradándome mucho. Ella era exactamente lo que hubiera deseado para una madre si pudiera haber tenido una.

—Ahora, espero que no te importe, pero vas a compartir la habitación de Edward
—continuó, guiándonos por el estrecho pasillo y abriendo otra puerta de madera flotante. Adentro estaba una habitación enorme, mucho más larga que ancha. Un extremo de la habitación estaba dominado por una gran cama doble y el otro contenía un escritorio, una computadora y un equipo de videojuegos.

Había algo más en el escritorio también—otra foto holográfica de Edward y su hermano menor. Pensé que esta debió haber sido tomada más tarde, quizás cerca del final. Los ojos de Jamie estaban hundidos y vacíos, y su cuerpo obviamente mucho más torcido y deformado que en la foto holográfica que Edward mantenía en la escuela. Sin embargo, había una radiante sonrisa en el rostro de Seth que parecía iluminar toda la habitación. En la imagen, Edward estaba mirando a su hermano menor con el mismo protector y feroz amor que yo sentía por mi querido Jasper. Se me hizo un nudo en la garganta sólo al verlo.

—…compartirán una cama —dijo la Sra. Cullen.

—¿Disculpe? —La miré con incertidumbre, notando que debí haberme perdido lo que estaba diciendo.

—Dije que tú y Edward tendrán que compartir su cama, pero es bastante grande. No será un problema, ¿verdad? ¿Puesto que ustedes dos son compañeros de cuarto? —Me miró expectante, obviamente esperando que permitiera todo el asunto de buena manera para que ella pudiera seguir adelante. Abrí la boca para hacer precisamente eso, pero de alguna manera las palabras no salían, mi educación de La Push se erigió para sofocarme.

—Espero que estés siendo decente —me había dicho Jasper y yo le había asegurado que lo era. Pero ahora, compartiría una cama con un hombre que ni siquiera era mi prometido, y mucho menos mi esposo. Lo que era casi impensable.

—¿Swan? ¿Estás bien? —La pregunta preocupada de Edward me sacó de mi parálisis por la culpa.

—Yo, uh, sí. Muy bien. —Me aclaré la garganta—. Lo siento. Es que… de dónde vengo no lo hacemos…

La madre de Cullen negó con la cabeza en una obvia confusión.

—¿No hacen qué, cariño?

—Él es de La Push, mamá —explicó Cullen—. Tienen todo un conjunto de reglas diferentes allí.

—¡Oh, cariño! —Ella puso una mano en su mejilla—. No lo pensé… Lo siento mucho Jaz, pero la única habitación libre es la de Seth y yo no he… — Parpadeó rápidamente, como si tratara de contener las lágrimas—. No he sido capaz de entrar ahí… para limpiarla todavía.

—Está bien, mamá —dijo rápidamente Edward—. Puedo dormir en el suelo.

—No, no lo harás —dije a la vez—. Está bien, Sra. Cullen, honestamente. Lo siento mucho si la molesté, fui capturado con la guardia baja, eso es todo. Pero no me importa… siempre que Cullen no se acapare todos los cobertores — finalicé, tratando de sonreír.

La Sra. Cullen devolvió la sonrisa amablemente ante mi débil broma.

—Bueno entonces, si estás realmente seguro de que no te importa…

—No, en absoluto —le aseguré apresuradamente.

—Estaremos bien, mamá —se interpuso Edward—. Vamos, Swan. —Atravesó el dormitorio y dejó caer su bolsa de lona en la cama. Lo seguí un poco vacilante y puse mi bolsa más pequeña al lado de la suya.

—Bueno, entonces… —Nos sonrió a ambos la madre de Cullen—. La cena será en aproximadamente media ahora. E hice tu platillo favorito Edward, estofado cola de s’roth.

Me volví hacia él mientras ella se iba.

—¿Qué es un s’roth?

Se encogió de hombros.

—Sólo un animal extraño que es nativo de Apolo. Parece un cruce entre un árbol y una vaca de la antigua Tierra. No se mueven muy rápido y tienen una cola carnosa y larga que vuelve a crecer cuando la cortas. Es una especie de alimento básico local ya que no tienes que matar al animal para obtener la carne, funciona de maravilla para todos.

—Excepto para el s’roth aparentemente —dije, colocándome cuidadosamente a un lado de la cama.

Edward se sentó en el otro lado de la cama, transversalmente a mí.

—¿Estás seguro de que estás bien con esto? Lo siento, no pensé que te molestaría tanto.

—No lo hace —dije rápidamente—. Sólo fue… inesperado. Pero estaré bien.

—Si tú lo dices. —Me dio una penetrante mirada y luego la desvió—. Bueno, será mejor que nos preparemos para la cena. Y podría haber tiempo para nadar un poco en el océano después, si quieres.

—No sé cómo nadar —confesé.

—¿No sabes cómo nadar? —Edward me miró como si fuera impensable—. ¿Esa es otra cosa de La Push o simplemente nunca aprendiste?

Me encogí de hombros incómodamente.

—Un poco de ambos, supongo. —Honestamente, era porque una verdadera dama en la Push nunca usaría nada tan escaso como un traje de baño, aunque algunas que se cubrían desde el cuello hasta los tobillos eran consideradas demasiado oportunas para ser apropiado. Pero no podía decirle eso a Edward.

—Bueno, no te preocupes. —Me dio una palmada en la espalda—. Te enseñaré.

—¿Qué? —Lo miré con temor—. No lo sé, Cullen. No estoy seguro de que quiera aprender.

Él arqueó una ceja hacia mí.

—No me digas que el valiente campeón de esgrima quien desafió a Demetri a un duelo, ¿está asustado por un poco de agua?

En realidad, estaba más asustada de lo que el agua podría revelar, pero me limité a negar con la cabeza.

—Es sólo que… no estoy seguro.

—No te preocupes por eso, las olas de aquí son realmente suaves, siempre que vayas en el momento adecuado del día. —Bajó la voz un poco y me miró a los ojos—. Y juro que te mantendré a salvo.

Mi corazón dio un vuelco y no pude protestar más. Aunque sabía que sólo estaba siendo un buen amigo, se sentía como si hubiera una especie de electricidad entre nosotros cuando me miraba de esa manera. Estás imaginándotelo, me dije a mí misma con severidad. Deja de pensar de esa manera

¡sólo empeoras las cosas!

—¿Bueno? —dijo suavemente Edward y me di cuenta de que esperaba por mi respuesta.

En silencio, asentí.

—Bien. —Edward apretó mi hombro—. Vas a amarlo. Lo prometo.

No estaba tan segura de eso, pero parecía haber perdido mi habilidad para decirle que no a él. Esperaba poder recuperarla pronto, por mi propia seguridad, así como por la de mi lejano hermano.
 ******************************
Hola que les parecio nos vemos el miercoles con capitulo nuevo

5 comentarios:

Anónimo dijo...

En verdad ame todos los capitulos creo que edward tmb ya esta enamorado pero sabe que a el solo le gustan las chicas x eso duda y lo toma como una amistad ya veremos que pasara en vacaciones con esos dos durmiendo juntos y si bella puede proteger su secreto ya estoy ansiosa xq otro capitulo

Kar dijo...

Hola hola nena gracias por los capítulos ya extrañaba la historia porque me encanta, siento que Edward ya cayó ante los encantos de "Jazz" y muy en el fondo desee que él sea una chica Ji Ji talces descubra el secreto de Bella en este tiempo que pasen juntos
Gracias por el capítulo nena te leo en el siguiente
Saludos y besos

sueñosliterarios dijo...

Me encanta la historia leí todos los capítulos de un tiron y la gente me miraba raro cuando reía a carcajadas...
Gracias por esta increible historia pero no me quedo claro si es una adaptación o una historia original. No es por nada me es q me muero de curiosidad y si es una adaptación me gustaría sacarme la incertidumbre y disfrutar de estos Edward y "Jazz"

Anónimo dijo...

Gracias por los capítulos. se castigo fue terrible. Y estoy segura que Edward está muy confundido. Espero a ver cómo sale Bella de esta situación.

Ana dijo...

Graciaaaas

ORACION A MI SEXY VAMPIRITO

Edward de mi guarda
De mi sexy compañia
Bebete mi sangre
De noche y de Dia
Hasta que caiga en tus brazos
Y sea tu marca de heroina