Capítulo 13
Los
exámenes de mitad de periodo se fueron de un tirón. Era la mejor de todas
mis clases, y aunque dos veces el chico sentado a mi lado o delante
de mí fue elegido para la prueba de ADN, yo nunca lo fui. Fue con
un gran suspiro de alivio que empaqué mis escasas pertenencias y seguí
a Edward
en un transbordador con destino a Apolo.
Era
un vuelo más largo que el que yo había tomado para llegar a la Academia de Forks en
primer lugar, pero el vertedor de propulsión de hidrógeno más Rápido que la
Luz aseguró que aún tardaba menos de un día para llegar a la luna más hermosa
en el sistema Prometeo. Miré ansiosamente por la ventana mientras aterrizábamos,
queriendo ver la belleza de primera mano.
La
mayor parte de las masas de tierra de Apolo eran largas y delgadas—cubrían tres
cuartas partes de la superficie de la luna, casi como franjas. Y entre ellas estaban
kilómetros y kilómetros de océano de azul verdoso claro. La combinación
hacía que casi todos los lugares que visitaras fueran la playa.
Algunas
de las franjas más gruesas de la tierra tenían montañas también, las que
conducían directamente hacia el mar. Según Edward,
la casa de su familia
estaba situada en una de estas.
—¿Has
estado alguna vez en la playa antes? —me preguntó mientras desembarcábamos
en la ruidosa y abarrotada estación de transporte.
Negué
con la cabeza.
—No,
pero he leído sobre ella a menudo. Tengo muchas ganas de verla por primera
vez.
—Vas
a amarla, pero tendremos que encontrarte un traje de baño.
—¿Un
traje de baño? —Sentí mi boca repentinamente seca.
—Por
supuesto. —Él asintió—. No puedes ir a nadar en tu uniforme, renacuajo.
—Supongo
que no —dije con voz débil. Sólo esperaba que el traje que me encontrara
para nadar tuviera un montón de cobertura en todos los lugares correctos.
Justo estaba abriendo mi boca para preguntar más sobre ello, pero Edward
estaba demasiado ocupado llamando un taxi flotante como para llamar su
atención.
Una
vez dentro del vehículo gris y blanco, nos deslizamos silenciosamente a través
de una pequeña ciudad que parecía abastecer a turistas. Había mujeres ligeras
de ropa por todas partes—usando menos de lo que las mujeres de La push
usaban como ropa interior. Aunque estaba segura de que era normal para
Apolo, no pude evitar sentirme un poco sorprendida por su falta de decoro.
Ignorando deliberadamente a los casi desnudos turistas, me concentré más
bien en las pintorescas tiendas de colores brillantes. Muchas de ellas cubiertas
de una capa suave de pelaje azul verdoso, que Edward
me dijo era un
tipo de alga llamada lágrimas de doncella.
—Pero…
¿a la gente no les importa tener algas creciendo sobre todas sus tiendas?
—pregunté.
Él
se encogió de hombros.
—Solía
hacerlo. Los primeros pobladores de Apolo intentaron de todo para deshacerse
de ella. Entonces, cuando la primera gran tormenta se presentó, se dieron
cuenta de que los edificios que estaban cubiertos de lágrimas de doncella se
mantuvieron unidos, un infierno mejor que de los que no tenían. Actúa como una
especie de pegamento natural, una capa protectora. Ahora ellos la animan a crecer.
—Oh.
—Estaba a punto de preguntarle más al respecto, pero el taxi flotante de repente
llegó al final de la ciudad y el escenario cambió abruptamente. Las carreteras
llanas y arenosas se volvieron colinas continuas y pronto estuvimos subiendo
la ladera de una montaña empinada cubierta de árboles con ramas largas
y senderos de ramas llenas de flores de color púrpura—. Esto es hermoso —exclamé,
mirando por la ventana.
Edward
sonrió.
—Suenas
igual que mi mamá, ama la belleza natural porque creció en Midas, donde
todo está demasiado industrializado. De hecho, cuando mi papá se lo propuso,
le dijo que se casaría con él con una condición, que le construyera una casa
en Apolo. —Sonrió—. Y han estado aquí desde entonces.
—Suena
como que tus padres son muy cercanos —dije con tristeza, pensando en
mi propio y distante padre, y la madre que nunca había conocido.
Edward
asintió.
—Sí.
Es algo bueno también. No creo que pudieran haber sobrevivido a lo que…
le pasó a Seth
de otra manera.
—Lo
siento —susurré, sin saber qué más decir.
Edward
negó con la cabeza.
—No
importa. Sólo espera a que veas la casa, mi mamá la diseñó ella misma. Bueno,
le dijo a papá lo que quería y él la diseñó, de todos modos.
—¿Oh?
—Lo miré con sorpresa—. Siempre pensé que tu padre estaba en el Cuerpo
Espacial, como el mío.
—Lo
estaba, pero obtuvo un descargo después de que Seth
nació. Es un
maestro de la arquitectura.
Estaba
a punto de preguntar más sobre qué hacía un maestro de arquitectura, pero
el taxi flotante subió una última colina empinada y se detuvo enfrente de la
más extraña y hermosa casa que alguna vez había visto. Parecía estar construida
justo en la ladera de la montaña con ventanas redondas y vidrios multicolores,
y con una escalera de caracol conduciendo a la amplia puerta principal
hecha de algún tipo de madera flotante. También noté una rampa al lado
de la casa que conducía a una puerta lateral. Me preguntaba si se había añadido
después para permitir un acceso más fácil al hermano menor de Edward.
Tuve
la vaga idea proveniente de Edward, de que él había tenido
algún tipo de
condición mental débil, ¿pero de qué exactamente había muerto?
—¿Bueno?
—preguntó Edward—.
¿Qué te parece?
—Es
magnífica —suspiré, siendo realmente sincera—. Puedo ver por qué la
adoras.
Tu madre y padre deben ser muy talentosos.
—Lo
descubrirás cuando los conozcas. Les dije todo acerca de ti, los llamé mientras
estabas recibiendo tu boleto en la estación. —Edward
me sonrió—. De
hecho, salgamos del taxi, aquí vienen ya mismo.
Mientras
él hablaba, dos personas altas y bien vestidas —un hombre y una mujer—
salieron por la puerta principal y bajaron la escalera de caracol para saludarnos. Salimos
rápidamente del taxi flotante automatizado y Edward
deslizó su
tarjeta de crédito en la ranura para pagarlo. Zumbó sin hacer ruido justo cuando
sus padres llegaron hasta nosotros.
—¡Edward!
—La mujer, que tenía el cabello dorado justo como el de Edward, extendió
los brazos. Edward
la abrazó afectuosamente. Cuando él se retiró, había lágrimas
en los ojos de ambos.
—Hola,
mamá —murmuró y lo vi secarse los ojos a toda prisa con la manga.
—Es
tan bueno tenerte en casa a salvo para el Descanso. —Le sonrió, pero podía ver
algo roto en su afectuosa expresión. Obviamente iba a ser duro para ella, tener
a Edward
en casa sin su otro hijo para completar la familia. Me preguntaba con
inquietud si debería haber permitido que Edward me convenciera
de venir después
de todo.
Entonces
el padre de Edward
se apoderó de su hijo por el hombro y tiró de él en un
abrazo de oso.
—Qué
bueno tenerte de regreso, Edward —dijo con voz ronca,
cuando liberó por
fin
a Edward
—. Te hemos extrañado.
—Yo
también los extrañé, papá. —Sonrió Edward.
—Ahora
bien, no olvidemos que tenemos un invitado. —La madre de Edward tendió
una mano para que la agitara, lo que hice torpemente—. Jaz,
¿no? — preguntó
y yo asentí.
—Muchas
gracias por invitarme a su encantadora casa, Sra. Cullen —dije formalmente,
justo como haría durante una tarde de té en La Push.
—¡Oh
Dios, esos modales! —Ella se rió—. Tal vez puedas enseñarle a mi hijo un par
de cosas.
—De
lo que me dice Edward,
él ya lo hace. —El padre de Edward volvió sus penetrantes
ojos azules que lucían exactamente como los de Cullen en mi dirección—.
Gracias por instruir a Edward en Navegación Astronómica. Dice
que habría
pasado un tiempo difícil sin ti.
—Oh,
no. No realmente… —Podía sentir mis mejillas calentarse y luego me preocupó
que no fuera una reacción varonil. Edward ya se había
acostumbrado a
mí, acostumbrado a pensar en mí como un hombre. Pero, ¿sus padres
verían a través
de mi disfraz? Levanté la barbilla e intenté profundizar mi voz—. Quiero decir,
él lo hace muy bien por su cuenta.
—Bueno,
eso no es lo que él dice. —El padre de Edward me dio una
palmada en
la
espalda—. Estamos muy agradecidos.
—Y
muy alegres de darte la bienvenida a nuestra casa. —La madre de Edward
hizo
un gesto hacia la casa—. Anda, vamos a instalarte.
Subimos
las escaleras en fila y entramos por la amplia puerta de madera flotante.
En el interior era muy encantador. Todo el mobiliario parecía estar hecho
de madera flotante también, pero los exteriores armazones nudosos del sofá
y las sillas estaban suavizados por grandes y lujosas almohadas en una variedad
de colores. La madre de Edward parecía tener un
gusto por las
antigüedades de la antigua Tierra—jarrones y figuras estaban esparcidos alrededor,
en un estilo genuino y sencillo que se añadía a la cálida sensación de la
casa.
—Todo
esto es tan hermoso —murmuré mientras Edward, su madre, y
yo subíamos
otra escalera de caracol, la cual nos condujo al segundo piso—. Nunca he
visto una casa tan extraordinaria.
—Bueno,
gracias, Jaz.
—La madre de Edward
me sonrió de alegría—. Amo la
decoración
aunque mis hijos me dicen que me voy por la borda algunas veces.
Seth
siempre dice… —Se detuvo abruptamente y se aclaró la garganta—. Lo
siento.
Seth
es… era mi hijo menor. Estoy segura… de que Edward
te ha hablado
de
él.
—Un
poco —dije con cautela. Cuando llegamos a lo alto de las escaleras, me volví
para mirarla—. Yo, um, me siento muy apenado por su pérdida.
—Gracias,
cariño. —Me dio esa cálida pero rota sonrisa de nuevo—. Y espero no
hacerte sentir incómodo. Aún estamos aprendiendo a vivir sin él. Esto… no ha
sido fácil.
—Entiendo
—le dije—. Es decir, nunca he perdido a nadie excepto a mi madre y eso
fue cuando nací. Pero puedo imaginarlo… —Me interrumpí, sintiéndome estúpida,
pero la madre de Edward
me sonrió de nuevo y puso una mano sobre mi hombro.
—Eres
un chico muy dulce. Puedo ver por qué le agradas tanto a Edward.
—¡Mamá!
—Las mejillas de Edward se pusieron rojas de la vergüenza, pero me encontré
a mí misma sonriendo a su madre, agradándome mucho. Ella era exactamente
lo que hubiera deseado para una madre si pudiera haber tenido una.
—Ahora,
espero que no te importe, pero vas a compartir la habitación de Edward
—continuó,
guiándonos por el estrecho pasillo y abriendo otra puerta de madera
flotante. Adentro estaba una habitación enorme, mucho más larga que ancha.
Un extremo de la habitación estaba dominado por una gran cama doble y
el otro contenía
un escritorio, una computadora y un equipo de videojuegos.
Había
algo más en el escritorio también—otra foto holográfica de Edward
y su hermano
menor. Pensé que esta debió haber sido tomada más tarde, quizás cerca
del final. Los ojos de Jamie estaban hundidos y vacíos, y su cuerpo obviamente
mucho más torcido y deformado que en la foto holográfica que Edward
mantenía en la escuela. Sin embargo, había una radiante sonrisa en el rostro
de Seth
que parecía iluminar toda la habitación. En la imagen, Edward estaba
mirando a su hermano menor con el mismo protector y feroz amor que yo
sentía por mi querido Jasper. Se me hizo un nudo en la garganta sólo al verlo.
—…compartirán
una cama —dijo la Sra. Cullen.
—¿Disculpe?
—La miré con incertidumbre, notando que debí haberme perdido lo
que estaba diciendo.
—Dije
que tú y Edward
tendrán que compartir su cama, pero es bastante grande. No
será un problema, ¿verdad? ¿Puesto que ustedes dos son compañeros de cuarto?
—Me miró expectante, obviamente esperando que permitiera todo el asunto
de buena manera para que ella pudiera seguir adelante. Abrí la boca para
hacer precisamente eso, pero de alguna manera las palabras no salían, mi educación
de
La Push se erigió para sofocarme.
—Espero
que estés siendo decente —me había dicho Jasper y yo le había asegurado
que lo era. Pero ahora, compartiría una cama con un hombre que ni siquiera
era mi prometido, y mucho menos mi esposo. Lo que era casi impensable.
—¿Swan?
¿Estás bien? —La pregunta preocupada de Edward me sacó de mi parálisis
por la culpa.
—Yo,
uh, sí. Muy bien. —Me aclaré la garganta—. Lo siento. Es que… de dónde vengo
no lo hacemos…
La
madre de Cullen negó con la cabeza en una obvia confusión.
—¿No
hacen qué, cariño?
—Él
es de La
Push, mamá —explicó Cullen—. Tienen todo un conjunto de
reglas diferentes
allí.
—¡Oh,
cariño! —Ella puso una mano en su mejilla—. No lo pensé… Lo siento mucho
Jaz,
pero la única habitación libre es la de Seth y yo no he… — Parpadeó
rápidamente, como si tratara de contener las lágrimas—. No he sido capaz
de entrar ahí… para limpiarla todavía.
—Está
bien, mamá —dijo rápidamente Edward—. Puedo dormir en el
suelo.
—No,
no lo harás —dije a la vez—. Está bien, Sra. Cullen, honestamente. Lo siento
mucho si la molesté, fui capturado con la guardia baja, eso es todo. Pero no
me importa… siempre que Cullen no se acapare todos los cobertores — finalicé,
tratando de sonreír.
La
Sra. Cullen devolvió la sonrisa amablemente ante mi débil broma.
—Bueno
entonces, si estás realmente seguro de que no te importa…
—No,
en absoluto —le aseguré apresuradamente.
—Estaremos
bien, mamá —se interpuso Edward—. Vamos, Swan.
—Atravesó el
dormitorio y dejó caer su bolsa de lona en la cama. Lo seguí un poco vacilante y
puse mi bolsa más pequeña al lado de la suya.
—Bueno,
entonces… —Nos sonrió a ambos la madre de Cullen—. La cena será en
aproximadamente media ahora. E hice tu platillo favorito Edward,
estofado cola
de s’roth.
Me
volví hacia él mientras ella se iba.
—¿Qué
es un s’roth?
Se
encogió de hombros.
—Sólo
un animal extraño que es nativo de Apolo. Parece un cruce entre un árbol
y una vaca de la antigua Tierra. No se mueven muy rápido y tienen una cola
carnosa y larga que vuelve a crecer cuando la cortas. Es una especie de alimento
básico local ya que no tienes que matar al animal para obtener la carne,
funciona de maravilla para todos.
—Excepto
para el s’roth aparentemente —dije, colocándome cuidadosamente a un
lado de la cama.
Edward
se sentó en el otro lado de la cama, transversalmente a mí.
—¿Estás
seguro de que estás bien con esto? Lo siento, no pensé que te molestaría
tanto.
—No
lo hace —dije rápidamente—. Sólo fue… inesperado. Pero estaré bien.
—Si
tú lo dices. —Me dio una penetrante mirada y luego la desvió—. Bueno, será
mejor que nos preparemos para la cena. Y podría haber tiempo para nadar un
poco en el océano después, si quieres.
—No
sé cómo nadar —confesé.
—¿No
sabes cómo nadar? —Edward me miró como si fuera impensable—.
¿Esa es
otra cosa de La
Push o simplemente nunca aprendiste?
Me
encogí de hombros incómodamente.
—Un
poco de ambos, supongo. —Honestamente, era porque una verdadera dama
en la
Push nunca usaría nada tan escaso como un traje de baño,
aunque algunas
que se cubrían desde el cuello hasta los tobillos eran consideradas demasiado
oportunas para ser apropiado. Pero no podía decirle eso a Edward.
—Bueno,
no te preocupes. —Me dio una palmada en la espalda—. Te enseñaré.
—¿Qué?
—Lo miré con temor—. No lo sé, Cullen. No estoy seguro de que quiera
aprender.
Él
arqueó una ceja hacia mí.
—No
me digas que el valiente campeón de esgrima quien desafió a Demetri a un
duelo, ¿está asustado por un poco de agua?
En
realidad, estaba más asustada de lo que el agua podría revelar, pero me limité
a negar con la cabeza.
—Es
sólo que… no estoy seguro.
—No
te preocupes por eso, las olas de aquí son realmente suaves, siempre que vayas
en el momento adecuado del día. —Bajó la voz un poco y me miró a los ojos—.
Y juro que te mantendré a salvo.
Mi
corazón dio un vuelco y no pude protestar más. Aunque sabía que sólo estaba
siendo un buen amigo, se sentía como si hubiera una especie de electricidad
entre nosotros cuando me miraba de esa manera. Estás imaginándotelo,
me dije a mí misma con severidad. Deja de pensar de esa manera…
¡sólo
empeoras las cosas!
—¿Bueno?
—dijo suavemente Edward
y me di cuenta de que esperaba por mi respuesta.
En
silencio, asentí.
—Bien.
—Edward
apretó mi hombro—. Vas a amarlo. Lo prometo.
No
estaba tan segura de eso, pero parecía haber perdido mi habilidad para decirle
que no a él. Esperaba poder recuperarla pronto, por mi propia seguridad,
así como por la de mi lejano hermano.
Hola que les parecio nos vemos el miercoles con capitulo nuevo
5 comentarios:
En verdad ame todos los capitulos creo que edward tmb ya esta enamorado pero sabe que a el solo le gustan las chicas x eso duda y lo toma como una amistad ya veremos que pasara en vacaciones con esos dos durmiendo juntos y si bella puede proteger su secreto ya estoy ansiosa xq otro capitulo
Hola hola nena gracias por los capítulos ya extrañaba la historia porque me encanta, siento que Edward ya cayó ante los encantos de "Jazz" y muy en el fondo desee que él sea una chica Ji Ji talces descubra el secreto de Bella en este tiempo que pasen juntos
Gracias por el capítulo nena te leo en el siguiente
Saludos y besos
Me encanta la historia leí todos los capítulos de un tiron y la gente me miraba raro cuando reía a carcajadas...
Gracias por esta increible historia pero no me quedo claro si es una adaptación o una historia original. No es por nada me es q me muero de curiosidad y si es una adaptación me gustaría sacarme la incertidumbre y disfrutar de estos Edward y "Jazz"
Gracias por los capítulos. se castigo fue terrible. Y estoy segura que Edward está muy confundido. Espero a ver cómo sale Bella de esta situación.
Graciaaaas
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